Honduras

'Solo el pueblo me puede volar del cargo”

06.06.2014

Tegucigalpa, Honduras

“¡Solo el pueblo me puede volar!”. Esta frase desafiante fue formulada ayer por don Éntimo Vásquez, el alcalde impuesto por el Consejo de Ancianos de San Francisco de Opalaca.

Don Éntimo, pese a no ser reconocido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y por el Ministerio de Gobernación, es quien “despacha” desde la alcaldía de Opalaca, mientras don Socorro, el alcalde legítimo, se refugió en una casa de habitación en la aldea Ojo de Agua, desde donde hace su labor como alcalde.

Este es el escenario político que se vive en el municipio indígena de San Francisco de Opalaca, donde los partidos políticos prácticamente tienen dividida a esta abandonada población lenca.

Don Socorro, quien ganó las elecciones por una diferencia de ocho votos (según la declaratoria del TSE), pertenece al Partido Nacional, mientras que don Éntimo, que lo respalda el Consejo de Ancianos y el partido Libre, asegura que fue víctima de fraude electoral.

Este alcalde admite que mandó a hacer sellos no reconocidos por las autoridades hondureñas pero para él tiene mayor valor el reconocimiento del Consejo de Ancianos, parte de los ciudadanos, la comunidad internacional, que las autoridades centrales.

El pueblo me tiene

“Estoy en la alcaldía no porque yo quiera sino porque el pueblo ha decidido”, dijo don Éntimo.

“Según el acta municipal yo saco 1,596 votos y don Socorro también saca 1,596 votos pero a los días don Socorro se fue para Tegucigalpa y empiezan a tirarlo por la noticia que él ganó por ocho votos”.

Don Socorro, refirió el alcalde del Consejo de Ancianos, “sacó el empate con un gentío que trajo en el bus de don Hernán de allá de Intibucá”.

“El pueblo se indignó y empezó a estudiar el Convenio 169, que le da la facultad de nombrar a sus propias autoridades ya que ellos (el Consejo de Ancianos) son ancestrales”.

¿A usted lo acusan de ser de facto?, se le preguntó a don Éntimo: “Claro, yo sé que me acusan que no estoy respetando las leyes pero aquí se dice que el Tribunal es el que no respeta al pueblo”, se defendió.

“Yo a don Socorro no tengo nada que andar mirándolo bravo, amenazándolo, porque somos pobres, somos del mismo municipio; pero usted sabe que el pueblo es el pueblo y así como ahorita me tienen como alcalde legítimo, si yo hoy me porto mal en la tarde me vuela el pueblo”.

Don Éntimo le pidió al ministro de Gobernación que le mande a él también parte de la transferencia del Estado y a don Socorro, su rival político, le solicitó que deje de andar “con ese miedo perro que aquí la gente no le va a hacer nada”.

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