El manto gris que se apoderó del cielo capitalino en horas de la tarde era el aviso del episodio de desastre que vivieron los habitantes de seis colonias de Comayagüela.
Una fuerte tormenta de una hora bastó para que la quebrada El Sapo desbordara su caudal y ocasionara severos daños en diferentes sectores de la ciudad gemela.
Secuela de caos
Las primeras inundaciones se registraron en las colonias 3 de Mayo y Zapote Centro, donde el pertinaz aguacero llenó de agua 10 viviendas.
Hasta el sector conocido como Los Mangos, que divide las dos colonias, se desplazó un equipo de rescate del Cuerpo de Bomberos.
En los sectores afectados el saldo del paso arrollador de la corriente de agua fue de dos viviendas destruidas, diez inundadas y tres personas rescatadas.
La voz de Rixi Alexander Mendoza, de 24 años, es el eco de la tragedia, pues apenas tuvo unos segundos para escapar con su abuela, Jenny Mendoza, de las bravías aguas.
Y es que la ferocidad de El Sapo arrastró una pared entera y parte de un cuarto del inmueble, ubicado peligrosamente contiguo a la quebrada, de la familia de seis miembros.
“No sé qué decir, estos son momentos que uno...”, y un profundo silencio cerró su expresión, tan llena de pesimismo y confusión, mientras señalaba al enorme agujero.
En el barrio Los Profesores, en el sector conocido popularmente como “El Chiverito”, el caudal del afluente ocasionó severos daños.
Además de hundir más el embaulado y el pavimento en el sitio, la humilde casa de Reynaldo Corrales, de 72 años, sucumbió ante la fuerza del torrente.
El fuerte estruendo que oyó alrededor de las 3:00 de la tarde no era otra cosa que el colapso abrupto del muro de su vivienda, que prácticamente fue succionada por la corriente.
“No quedó nada, todo se fue”, expresó el señor, mientras mitigaba su angustia con un cigarro; su compañera de hogar, Marleny Ochoa, lloraba afligidamente en la casa de un vecino.
Cabe mencionar que en el suceso también resultó dañado el muro perimetral del Centro de Desarrollo Comunitario Las Crucitas, del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa).
Mercados anegados
Minutos más tarde el caos regresó a los mercados de Comayagüela, el colapso del sistema de drenaje dejó anegadas la quinta y sexta avenidas.
Los alrededores del recién construido mercado Colón resultaron inundados y seis ciudadanos quedaron atrapados dentro de sus vehículos en la enorme poza de agua que se formó a inmediaciones de la plaza comercial.
Óscar Triminio, vocero del Cuerpo de Bomberos, relató que los elementos de la benemérita institución realizaron una titánica labor para poder rescatar a las personas atrapadas con sogas y balsas.
En el problemático sector, el agua llegó a 55 pulgadas de altura sobre el nivel del suelo, según detallaron los locatarios.
Y es que los vendedores han implementado artesanales sistemas de medición, con señales métricas en sus puestos.
En las colonias Mary Flake de Flores, Nueva Danlí y Santa Clara, ubicadas al norte de la capital, resultaron afectadas siete casas por filtraciones de agua ocasionadas por el desbordamiento de la quebrada del sector. Los fuertes vientos que acompañaron la tormenta derribaron dos postes del tendido eléctrico en las colonias Los Profesores y Brisas de Olancho.
Así como la caída de árboles en el parque Valle, del centro de Tegucigalpa, y las colonias Altos de la Ulloa y Divino Paraíso.
Otra área que quedó nuevamente devastada, pero desde la madrugada del sábado, fue Los Jucos, del Barrio Morazán.
EL HERALDO constató que varias familias siguen habitando en las cuarterías, declaradas como inhabitables por las autoridades locales.
Las lluvias han dejado una estela de luto en el país, con la muerte en las dos últimas semanas de al menos ocho niños, entre ellos seis que fueron soterrados en Santa Cruz y de Yojoa y dos que fueron arrastrados por la corriente de una quebrada en Copán.
