Miles de nacionalistas que han sido despedidos del gobierno, por no “alinearse” con la candidatura oficialista de Juan Orlando Hernández, comenzaron a manifestarse en las dependencias para las cuales laboraban.
El inconformismo del nacionalismo, que no logró un empleo o fue despedido del mismo, marca el preámbulo de la Convención, que este año se convertirá en un mitín político más del presidente del Legislativo, Juan Orlando Hernández.
Un show político
La Convención, lejos de ser una fiesta para el nacionalismo, es la manzana de la discordia entre los que aspiran a la candidatura del partido de gobierno.
Es así que al evento solo asistirán delegados del movimiento Azules Unidos.
La convención fue instalada en marzo, con poco menos de 400 delegados, de los mil que tiene el instituto político.
Ante el desacuerdo con los candidatos, decidió suspenderse y reanudarse este día, aunque el acuerdo era hacerlo en Siguatepeque y no en La Ceiba.
Debido al incumplimiento y a la cacería de nacionalistas que se mantiene en diferentes instituciones del Estado, los precandidatos con más opciones de triunfo: Ricardo Álvarez, Miguel Pastor, Fernando Anduray y Víctor Hugo Barnica, no estarán presentes en el evento político.
Además estarán ausentes los diputados de la Alianza Parlamentaria Nacionalista y centenares de convencionales afines a estos movimientos.
Fracasa “Pepe” Lobo
Las posiciones entre facciones se caldearon todavía más después de que el presidente Porfirio Lobo Sosa lanzara amenazas de publicar informaciones reveladoras sobre algunos precandidatos, advirtiendo que no ataquen a su gobierno ni lo mezclen en política.
“Pepe” Lobo, que fue quien lanzó prematuramente a los aspirantes nacionalistas a correr por la candidatura, ahora es salpicado por la división entre estos a causa de las ansias de poder de uno de los presidenciales, quien avala el despido de nacionalistas que no están con su movimiento.
En un intento de unir al PN, Lobo ha nombrado a su ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén, como conciliadora y a los expresidentes Ricardo Maduro y Rafael Callejas como testigos de la firma de un pacto de unidad, pero la mediación de Guillén ha fracasado pues cuatro aspirantes consideran que la unidad no debe ser impuesta desde arriba.
En cuanto a la celebración del evento, hasta ayer apenas habían confirmado su asistencia 550 de los mil delegados que conforman la Convención.
No estoy de fiesta
El aspirante Ricardo Álvarez afirmó ayer que no asistirá al evento porque él no puede estar de fiesta cuando la base del nacionalismo está siendo golpeada por la persecución política y falta de oportunidades.
“Mi defensa por el nacionalismo es la razón por la cual, con mucho dolor, no podré presentarme a la Convención, no puedo estar de fiesta cuando el nacionalismo está siendo golpeado”, manifestó.
“Mi corazón y mi mente está con cada uno de ellos, comparto sus ideales de salvar Honduras, de hacer una patria digna para nuestros hijos y nuestras familias, una Honduras donde la justicia nos guíe a todos”, agregó.
Al ser consultado si será defenestrado de la presidencia del Comité Central, Ricardo aseguró que lo podrán suspender, pero que nunca le quitarán su compromiso y amor al partido, su lucha por el nacionalismo y construir una segunda gran victoria.
“Esta no es la fiesta de Juan Orlando ni de Azules Unidos… Es la fiesta de todo el nacionalismo y por eso he invitado por diferentes medios a todos los cachurecos para que asistan a la convención”, declaró ayer Hernández.
El presidente del CN desmintió que se prepare un “golpe” contra el presidente del Comité Central, Ricardo Álvarez, y de montar un show político a su favor, con los dineros de todos los nacionalistas.
Hernández negó que el tema denunciado estaba en agenda.
Empero, dijo que en el marco de la Convención anunciará su retirada como secretario del Comité Central para dedicarse de lleno a la lucha por la candidatura y no descartó que más adelante pida un permiso en el Congreso Nacional, de resultar electo como candidato del PN.
