Honduras

Armando Aguilar: padre como pocos, ciclista como muchos y un abogado para todos

El abogado hondureño, que practicaba el ciclismo como pasatiempo y destacaba por su don de servicio, perdió la vida producto de lo que tanto combatió y buscó erradicar: en un accidente vial mientras pedaleaba por una carretera

FOTOGALERÍA
27.07.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-

-Buenas noches- le dijo Armando a su esposa.
-Buenas noches- le contestó ella con un tono suave.
-¡Buenas noches!- le repitió él esperando de ella más que solo dos palabras.
-I love you, dindo- le respondió ella en inglés, atendiendo el llamado de atención.
-I love you too- concluyó él la conversación que nunca más se va a volver a repetir.

Para cualquiera, esta es una simple charla antes de dormir, pero para Celeste Sorto esas palabras emitidas con dulzura por su amado esposo indudablemente quedarán grabadas como una marca indeleble en su mente y corazón por el resto de su vida.

Estas fueron las últimas palabras que se cruzaron entre ellos… un accidente de tránsito apagó la vida del reconocido abogado la mañana del 27 de mayo de 2021 mientras practicaba ciclismo en la carretera que conduce de Tegucigalpa a El Paraíso, al oriente de Honduras

La tragedia conmocionó a gran parte de ciudadanos, principalmente a la comunidad de ciclistas, alarmados por la súbita muerte de su buen amigo, al igual que el gremio de abogados, dolidos por la partida de un profesional que, en lugar de casos, tomaba causas.

Sus familiares y amigos también lamentaron la pérdida irreparable del abogado Armando, su trágica muerte dejó un vacío en sus corazones imposible de llenar y una perenne tristeza en sus vidas.

A dos meses de su desaparición física, EL HERALDO conversó con Celeste Sorto, viuda del abogado Armando. Ella abrió su corazón y relató la extraordinaria vida de su cónyuge, recordando todos los momentos que vivió a su lado en un matrimonio que duró unos 20 años.

¿Quién era Armando Aguilar?

Cuando la entrevista inició, por las mejillas de Celeste ya rodaban las lágrimas. ¿Cómo ser fuerte tras la pérdida de Armando?

A juzgar por los testimonios recogidos, Armando era un nombre hecho a la medida de lo que fue, porque vino a la vida como un rompecabezas de un hombre ideal.

“Un hombre que vivió a plenitud, deportista, abogado de profesión, padre, esposo, hermano, amigo de muchísimos, un hombre que predicó con su ejemplo, con su vida… un hombre maravilloso”, declaró en una danza de calificativos para su esposo.

Nacido en la cuna de una familia solvente en la capital de Honduras, un 20 de marzo de 1974; tuvo una infancia muy feliz y divertida.

Con el título de único varón entre cuatro hermanos, se hizo acreedor a ser el consentido de don Armando Aguilar Cruz -su padre-, quien también era abogado de profesión.

Su madre, Orestila Arias de Aguilar, era muy alcahueta con el pequeño Armando, pero su fórmula de crianza incluía amor, rigor y disciplina para formar un adulto ejemplar.

Desde infante fue audaz, creativo y curioso, y -como alusión perfecta a su nombre- siempre se encontraba “armando y desarmando cosas”.

-La historia del ciclismo en Centroamérica

Le compraban bicicletas que duraban menos que la emoción de estrenarlas, debido a que a los días las desarmaba y las colgaba como un trofeo, pero eso era algo que lo hacía extremadamente feliz.

Aunque travieso como todo niño, tenía algo en particular: mientras otros preferían andar sus manitos llenas de tierra o sus zapatos llenos de lodo por jugar al fútbol, él prefería llevar un libro en su mano izquierda y con el dedo índice de la derecha cambiar de página.

En 1997 obtuvo el título de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que lo certificó como un hombre de leyes.

En 1997 se graduó de licenciado en Ciencias Jurídicas en la UNAH.

Con un helado comenzó el matrimonio

Celeste y Armando se conocieron en 1994. Tres cruces de miradas y varias pláticas fugaces bastaron para que sus almas se encontraran y sus corazones se cautivaran.

Aunque para llegar a esos momentos se dio la circunstancia que Celeste era maestra de clases dominicales de una sobrina de Armando en la iglesia Vida Abundante.

En una ocasión, Celeste se dirigía impacientemente de camino a la universidad, se le hacía tarde, porque eran las 3:00 PM y apenas salía del trabajo, a las 4:00 debía presentarse a sus respectivas clases en la universidad.

El bus la había dejado y, mientras esperaba otro, repentinamente un vehículo se aproximó y quien lo conducía era aquel joven que conoció en la escuela de la iglesia.

Al verlo, sus emociones se dispararon en direcciones opuestas, una por la impaciencia y estrés que le martillaban por ir tarde y, por otro camino, ver al joven apuesto dirigirse a ella.

“¿Para dónde va?”, le preguntó.

Ella le respondió: “Voy para la universidad, ¡voy tardísimo!”

“¿Quiere jalón?”

'Sí”, le contestó ella, con una mirada tímida y su rostro sonrojado.

“Y entonces me llevó a la universidad, pero aquello solamente fue el jalón. A los días se apareció en mi casa con un amigo en común que teníamos y me invitó a comer helados”, contó.

Así inició un noviazgo de seis años que en el estreno del siglo XXI, en el 2000, se transformó en un matrimonio al darse el sí en el altar ante la presencia de Dios.

Como fruto de su amor, nacieron Samuel, Sara y Josué, las adoraciones de Celeste y Armando.

Celeste relató que su esposo sobresalía en cada una de sus facetas, pero en la de esposo y padre era verdaderamente excepcional.

Pese a que los hombres nunca se fijan en los detalles femeninos, Armando marcaba la diferencia porque “si yo me pintaba las uñas él se daba cuenta, si yo me cambiaba de aritos, él se daba cuenta, si me compraba unos zapatos nuevos se daba cuenta, si me cortaba el pelo, me lo pintaba o lo que hiciera, él siempre lo iba a saber, yo nunca iba a poder llegar a engañarlo, él siempre se daba cuenta”.

Ella considera que llevaron una doble vida, pues siendo esposos nunca dejaron de ser novios. Las flores, que con el tiempo se esfuman, se multiplicaban en este romance mientras más años se sumaban.

-Políticos, periodistas y colegas lamentan la muerte del abogado Armando Aguilar

“Fuimos esposos durante más de 20 años y recibí flores el Día de la Mujer, el Día de la Madre, el día de mi cumpleaños, el día de nuestro aniversario, cuando nos enojábamos y nos reconciliábamos, así que recibía flores por lo menos unas cinco o seis veces al año”, agregó.

Armando siempre le recordó, en un tono novelesco, que su sentimiento no tenía límite: 'Te amo hasta el infinito y más allá'.

A finales de 2020, justo cuando estaban alterados los casos de violencia doméstica producto del confinamiento total en Honduras, el matrimonio Aguilar Sorto renovó sus votos de 20 años de casados, demostrando que pese a las circunstancias el amor siempre debe prevalecer.

“Por alguna razón decidimos hacerlo a los 20 años de matrimonio y no a los 25 como normalmente se hacen, yo creo que Dios sabía que no lo íbamos a poder hacerlo”, analizó Celeste.

“Soy afortunada de haberme casado con él”, expresó con su voz entrecortada y sus ojos cristalinos que presagiaban un llanto.

Celeste Sorto y Armando José Aguilar. Fotografía oficial de su boda el 22 de julio de 2000.

Celeste Sorto y Armando José Aguilar. Fotografía oficial de su boda el 22 de julio de 2000.

Su papel como padre de familia

“El cielo es el límite”, era la frase que repetía de manera constante a sus hijos para recordarles que todo en esta vida es posible, si se hace con amor, constancia y perseverancia.

Sus hijos lo recuerdan como un padre especial, que los apoyaba en todo lo que emprendieran. No se perdía ningún evento en el cuales participaban: iba a partidos de fútbol en donde juegan sus hijos Samuel y Josué, exposiciones de pintura de su hija Sara, presentaciones musicales, juegos de pin pón... lo que fuera, él siempre estuvo allí presente.

En casa era aún más jovial, sus hijos eran su torrente de energía, se esmeraba por sacarles sonrisas todo el tiempo.

'Me hacía reír con sus chistes, con sus bromas, en casa hacía reír a los niños también, tenemos videos inolvidables, porque nosotros nos metíamos en el mundo de los niños y mirábamos las películas que a ellos les gustaban, de superhéroes, de Marvel, los Rápido y Furioso, entonces siempre compartíamos eso con los niños, se aprendía los diálogos de las películas, y nos hacía reír, entonces sí, era un hombre muy, muy alegre”, relata Celeste entre risas.

Familia Aguilar Sorto: Samuel, Armando, Sara, Celeste y Josué.

Familia Aguilar Sorto: Samuel, Armando, Sara, Celeste y Josué.

Su única pasión: El ciclismo

Para Armando, el ciclismo no sólo era un deporte, era su pasión más pura, su estilo de vida, era un momento inefable el que compartía con su bicicleta, quien era su fiel compañía todas las mañanas para respirar aire fresco, sentir el viento en su rostro, escuchar sus pensamientos mientras giran con cada vuelta del pedal.

Su esposa recuerda que cuando se conocieron el ciclismo ya era parte esencial en la agenda de Armando e, inclusive, los primeros años de matrimonio lo practicaba con regularidad.

Sin embargo, al nacer sus hijos sus prioridades cambiaron y tuvo que dejarlo para dedicarse junto a Celeste a cuidar de los pequeños.

“Lo dejó unos años y ahora lo había retomado, se había reconciliado con la bicicleta... como decían, ‘era la otra de él’', expresó Celeste entre risas.

A pesar de que su primordial amor era el ciclismo, a veces coqueteaba -o mejor dicho- le era infiel con el Olimpia y por ratos con el Real Madrid.

'¡Qué lindo ser Olimpia!', gritaba con euforia cuando su amado León anotaba goles. Adepto, además, al Real Madrid, ya que “verlos jugar era algo que disfrutaba, realmente robaban por completo su atención”, recordó con un tono nostálgico la esposa en la entrevista con EL HERALDO. Entre bromas y risas, les recetaba a sus adversarios deportivos un 'tómate una vitaflenaco”.

Caracterizado por ser más a la antigua, prefería mil veces escribir sus recordatorios a puño y letra en pequeños papelitos que colocaba en lugares visibles, que hacerlo en su calendario móvil.

-Cámaras captan cuando conductor atropella a ciclista en Honduras

Su esposa trató encarecidamente de llevarlo a la era tecnológica, pero sin éxito alguno, se oponía rotundamente a dejar de actuar por sí mismo y permitir que una máquina hiciera las cosas por él.

Era un hombre que encontraba placer en las pequeñas cosas de la vida; la calidez en la sonrisa de su familia, amigos y hasta desconocidos, las pláticas amenas, apreciar las maravillas de Dios en la naturaleza, esas cosas que hoy en día pasan desapercibido.

Foto: El Heraldo

El ciclismo se convirtió en su mayor pasión. Luchó por más ciclovías.

La tragedia

Cada día, el abogado oía sonar su alarma que indicaba que ya eran las 4:00 de la mañana en punto. Se levantaba por inercia a encender el calentador de la ducha, el cual podía dejar previamente programado para que él solo se encendiera, pero no, a él le gustaba desafiar la tecnología y hacerlo por sí mismo.

La esposa recordó que todos los días lo sentía que enseguida le decía 'buenos días, mi amor o que te vaya bien, mi amor, Dios te guarde', sin embargo, la mañana del incidente yacía en un profundo sueño que impidió sentirlo por última vez.

Según el informe de la Dirección de Tránsito en poder del Ministerio Público (MP), el reloj sobrepasaba las 6:00 de la mañana cuando en la carretera CA6, que de Tegucigalpa conduce al departamento de El Paraíso, a la altura de la aldea Joya grande, un motociclista invadió el carril contrario en el que venía Aguilar en su bicicleta.

En esa imprudencia, Aguilar se golpeó el tercio frontal lateral, por lo que perdió la vida de inmediato.

Yorvin Manuel Valladares figura como el responsable del accidente. El Ministerio Público lo acusa de homicidio dolo eventual y del delito de conducción temeraria en perjuicio de la administración pública.

Pese a lo acontecido, Celeste Sorto, viuda de Aguilar, expresó su perdón mediante una carta dirigida al motociclista Valladares, con quien su esposo tuvo el infortunado accidente.

'No le guardo rencor, lo perdono porque sé que lo sucedido fue un accidente y que él no tenía ninguna intención de dañar a mi esposo, mucho menos de quitarle la vida', relató.

Aclaró que 'como familia nosotros no hemos procedido en contra de él, sino que la Fiscalía lo ha hecho de oficio, porque para nosotros ya es suficientemente dolorosa la muerte de nuestro esposo, padre e hijo y sabemos que un juicio no traerá de regreso a nuestro ser amado'.

'No le deseamos el mal y nos sentimos apesarados de que ese incidente le haya acarreado consecuencias', enfatizó.

Celeste Sorto celebró los 20 años de casada con Armando. Foto: Johny Magalanes/ EL HERALDO.

En diálogo con EL HERALDO, Celeste contó lo amoroso que siempre fue su esposo. Foto: Johny Magallanes/ EL HERALDO.

Un abogado, no de casos, de causas

Además del amor que le tenía a su familia, al ciclismo y al Olimpia, tenía la responsabilidad de hacer respetar las leyes del país como abogado.

En la plaza Miraflores, lugar en el que se encontraba el bufet de abogados para el que trabajaba, era muy querido y respetado por todos, incluso le llevaba los casos a los empleados de los restaurantes, tiendas, bancos y demás locales ubicados en el interior de la plaza.

“Armando, si había algo que aborrecía era la injusticia y él tomaba a veces algunos casos como propios, él luchaba por los derechos de los ciclistas”, indicó Sorto.

Incluso, se hizo cargo de algunos casos de ciclistas que habían sufrido accidentes.

'Un caso del que se hizo cargo fue el del ciclista arrollado por un vehículo en el valle de Amarateca en el 2017. Armando defendió al fallecido y hasta logró que indemnizaran a su padre por el accidente suscitado', puntualizó.

Fue impulsor incansable de una ley que protegiera al ciclista, asistió a foros en televisoras y radios para hablar acerca de la legislación. Defendía a las ciclovías y el metro y medio de distancia que deben guardar los vehículos en las carreteras cuando ven un pedalero.

“Finalmente lamentó que esa ley nunca se aprobara -deploró-, había una iniciativa de ley en el Congreso Nacional pero no se aprobó y es algo que yo creo que en su corazón él se hubiera sentido realizado si esa ley se hubiera aprobado”.

-Club de ciclistas Upare pedaleó hasta el Hospital María para regalar sonrisas a los niños

Como evidencia de la vulnerabilidad que tanto expuso, su trágico deceso fue causado por algo de lo que luchó de forma incesante y hasta fue ignorada por las autoridades hondureñas.

Aunque las autoridades gubernamentales escuchen y decidan poner en práctica las súplicas de las personas que manejan bicicleta -ya sea como deporte o transporte-, ya es tarde para muchos, porque así como Armando Aguilar han muerto 79 ciclistas de manera trágica en accidentes viales en el último año y medio.

Las dolorosas cifras forman parte de los registros de la Dirección Nacional de Vialidad y Trnasporte (DNVT) del 1 de enero al 5 de julio de 2021. En promedio se trata de un ciclista fallecido cada semana.

“El Gobierno, a través de las autoridades de tránsito, debería modernizar y eficientar los mecanismos para comprobar la capacidad física, mental y psicológica de quienes conducen un automóvil o una motocicleta”, pidió Gabriel Durón, miembro del club de ciclistas UPARE.

“El corazón contento hermosea el rostro” es una frase bíblica con la que la familia recordará al abogado y ciclista Aguilar porque encajaba perfectamente con el temperamento, la tranquilidad en su alma y era lo que reflejaba en su actuar cotidiano.

“Cumplió su propósito aquí en la tierra, el de reflejar el amor de Dios en su actuar y su pensar, de manera que con su fugaz paso por la tierra marcó la vida de las personas con las que coincidió, dejó a sus hijos el regalo más genuino y puro: un legado de fe, amor y honestidad”, concluyó Celeste.

Para sus seres queridos, ahora toca levantar el rostro y ver a Armando surcando el límite del que tanto hablaba: el cielo.

Dedicatorias desde el corazón:

Rubén Darío Sorto Santos

'Armando Aguilar, un hombre que dejó una marca indeleble en el corazón de todas las personas que tuvieron el privilegio de conocerlo en vida, expresan su amor y admiración ante el ser indudablemente bueno que era, con innumerables cualidades y virtudes, pero la que más sobresalía era su humildad.

Armando José fue un hondureño extraordinario en todo sentido. Personalmente lo admiré por su calidad humana. Fue amigo de la empleada doméstica, del jardinero y vigilante, lo mismo que del colega y del empresario.

Sirvió a sus semejantes sin excepción. El cristianismo de Armando fue práctico, sin hacer acepciones de personas. Su legado es impresionante'.

Rubén Darío Sorto (hijo)

'Armando fue el epítome de un hombre bueno, recto y verdadero cristiano; como padre, deseo un hombre como él para mi hija. Armando José era mi amigo, fue mi consejero y amó a mi hermana y a toda nuestra familia con amor verdadero. ¡Dios bendiga su herencia en la tierra!'.

Claudia Aguilar

'Mi hermano Armando, un hombre que vivió a plenitud y comprendió qué es lo más importante en esta vida. Aunque su partida nos ha dejado un vacío, su huella imborrable y legado de fe, integridad y don de servicio permanecen en nuestros corazones'.

José Rafael Elvir Aguilar

'En la familia Mando siempre fue el molestón y bromista; esa era su forma única y peculiar de mostrar su amor y cariño a sus seres más amados. Además del amor y cariño que siempre reflejó, modeló un liderazgo de servicio en todas las esferas en las que se desenvolvió. Nunca buscó protagonismo; siempre buscó servir.

Mando es un ejemplo a seguir, con una fe inamovible acompañada de acciones que reflejaban su devoción a Dios. Mando será siempre amado y admirado por sus hijos, su familia y cada una de las personas que en algún momento cruzaron camino con el suyo, pues ese tipo de huellas son difíciles de borrar'.

Armando Aguilar Cruz

'Mando querido: ¡Sabelo! Que privaste de tu alegre presencia nuestra casa; cuando te aparecías por nuestro jardín, parecía que tu magia hacía que todo cobrara movimiento y simulara bailar al ritmo que nuestro Mando exigía. Y es que Armando José, siempre fue una persona alegre y feliz; y, por lo que le conocimos, podemos afirmar ¡no conoció la tristeza!'

Familia Sorto- Falck

'Tío Mando: lo recordamos con un hombre íntegro, educado y respetuoso, amoroso con su esposa, dedicado al 100% con sus hijos, molestón, juguetón, súper servicial, pendiente de sus seres queridos en todo momento, un hijo que honró siempre a sus padres, un modelo a seguir. Te amamos tío Mando'.

Sandra Gabriela Elvir

'Muchos han mencionado el gran hombre, profesional, esposo, papá… que fue Mando, pero también tío. Y por supuesto, él nunca se limitó a ser solo un “tío” sino que era “uno de los nuestros”; siempre presente: desde chimiricuartas y landas, pasteles de cumpleaños sorpresa en el colegio, consejos y hombros con quien desahogarse, graduaciones, bodas y lo más reciente, revelaciones de género, baby showers y nacimiento de sus “sobri-nietos”. No importa el momento, yo sabía que si buscaba en mi entorno Mando iba estar allí, con esa sonrisa que le caracterizaba cuando se sentía feliz y orgulloso, listo para molestar y asegurándose de inmortalizar el momento con 'la foto oficial'. El espacio que ha dejado su ausencia física es inmenso, pero tenemos la certeza que él sigue estando presente desde el cielo y también la esperanza que Dios nos ha dado de volvernos a encontrar.

¡Su legado hoy está más vivo que nunca y todos hemos sido testigos del impacto que un verdadero hijo de Dios puede tener en la sociedad!'

Fernando Vides

'Mi amor y pasión por los deportes se debe grandemente a mi tío Mando. Desde muy chico, él se encargó de transmitirme su amor por los deportes, sobre todo de sus amados Real Madrid y Olimpia. Me convertí en su cómplice para que, en la situación y evento que fuese, nos escapamos para disfrutar juntos de los juegos de nuestros equipos. Sin duda alguna, momentos que acariciaré toda mi vida'.

Tags: