Honduras

En riesgo zonas arqueológicas de Honduras: solo 18 kilómetros separan carretera de Ciudad Blanca

El camino ilegal amenaza al mítico lugar por su cercanía y solo está a dos kilómetros del sitio arqueológico Las Crucitas y apenas a 500 metros del núcleo de la Biosfera del Río Plátano

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06.07.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Apenas 18 kilómetros en línea recta separan la carretera ilegal que se construye en la Reserva de la Biosfera del Río Plátano de la legendaria Ciudad Blanca.

Dos kilómetros separan la construcción del sitio arqueológico Las Crucitas y en algunos tramos la carretera está a solo 500 metros del núcleo de la reserva.

EL HERALDO Plus recorrió parte de los 108 kilómetros entre Dulce Nombre de Culmí, Olancho, y Wampusirpi, Gracias a Dios, para evidenciar el ecocidio que se cocina a la vista y paciencia de las autoridades y cómo parte de la historia de Latinoamérica corre peligro.

Además accedió a informes realizados por el Instituto de Conservación Forestal (ICF) que presentan cifras reales del impacto forestal que está ocasionando la carretera ilegal.

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La carretera entre Dulce Nombre de Culmí, Olancho, y Wampusirpi, Gracias a Dios, es considerada de alta peligrosidad debido a que en sus 108 kilómetros no existe presencia de ningún tipo de retén militar. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

La carretera entre Dulce Nombre de Culmí, Olancho, y Wampusirpi, Gracias a Dios, es considerada de alta peligrosidad debido a que en sus 108 kilómetros no existe presencia de ningún tipo de retén militar. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

Sitios arqueológicos

Los ojos del mundo centraron su atención en Honduras con el hallazgo de la mítica Ciudad Blanca, llamada también Ciudad Perdida del Mono o, incluso, Pequeña Amazonas.

La prestigiosa revista National Geographic consideró el encuentro como uno de los siete hallazgos más importantes en el mundo en 2015, convirtiendo el país en un destino turístico invaluable.

Aunque fue EL HERALDO en 2012 que informó al mundo sobre vestigios arqueológicos de antiguos asentamientos que apuntaban a ser de Ciudad Blanca.

La ciudad perdida en el corazón de La Mosquitia fue ratificada con un sistema de teledetección aérea realizada por científicos. Entre los descubrimientos realizados en la zona están unas 80 piezas de piedra y 500 de barro, además de vasijas y esculturas talladas en piedra de una cultura misteriosa que se estableció en la zona, pero que sucumbió en medio de la selva tropical de bosque latifoliado en la que existen 33 ecosistemas terrestres y cinco marinos plagados de especies.

Inmediatamente miles de promesas de protección sobre la zona se plantaron, pero hoy —como las hectáreas de bosque quemadas— son apenas cenizas.

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La carretera ilegal que se construye entre los municipios de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, y Wampusirpi, Gracias a Dios, posee tramos en los que si se avanza en línea recta las personas estarían a solo 18 kilómetros de Ciudad Blanca.

La distancia es tan corta que si no hay control los promotores de la construcción tardarían solo un día en llegar al sitio arqueológico orgullo para el país, explicaron a EL HERALDO Plus los técnicos del ICF que acompañaron a ver la carretera.

Pero no solo la Ciudad Blanca es vulnerable al paso cercano de los tractores, ya que el sitio arqueológico Las Crucitas se encuentra apenas a dos kilómetros de uno de los puntos carreteros.

Bajo esta vulnerabilidad y con el rango de acción que se amplía a los costados de la carretera, la presencia humana en las zonas declaradas como protegidas será imposible de contrarrestar.

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Con la apertura de un nuevo tramo en la zona de Wampusirpi, Gracias a Dios, la cantidad de personas que salen por tierra de La Mosquitia comenzó a incrementar, así como el acceso libre a la biosfera. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

Con la apertura de un nuevo tramo en la zona de Wampusirpi, Gracias a Dios, la cantidad de personas que salen por tierra de La Mosquitia comenzó a incrementar, así como el acceso libre a la biosfera. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

Zona núcleo

La crisis llega al punto que la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano, considerada desde 1982 como Patrimonio de la Humanidad y hasta ahora protegida y respetada, está en varios segmentos a solo 500 metros de la carretera. Técnicos del ICF explicaron que toda la construcción está sobre la Reserva de la Biosfera del Río Plátano y Reserva del Hombre.

Incluso, inmensos tramos que se abrieron en la zona de Gracias a Dios se realizaron en la zona núcleo de Reserva de Biosfera Tawahka Asangni y el Parque Nacional Warunta, por lo que la carretera toca áreas protegidas a todos los niveles y espacios.

“Los promotores hablan en foros que las aperturas nuevas no están en la Biosfera del Río Plátano, pero no dicen que la realizan en el núcleo de la Reserva Tawahka y tampoco que la unión y conexión pasa por casi 90 kilómetros por el Patrimonio de la Humanidad”, argumentó uno de los técnicos, quien prefirió omitir su identidad al recordar que hace un par de años uno de sus compañeros fue asesinado al toparse en una inspección con una narcopista que posteriormente fue destruida, culpándolo como “sapo” para posteriormente asesinarlo.

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A pesar de ser una carretera prohibida y construida en medio de un Patrimonio de la Humanidad, las autoridades municipales de la zona realizan conexiones con la construcción de inmensos puentes y mantenimientos permanentes. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

A pesar de ser una carretera prohibida y construida en medio de un Patrimonio de la Humanidad, las autoridades municipales de la zona realizan conexiones con la construcción de inmensos puentes y mantenimientos permanentes. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

Informe

EL HERALDO Plus accedió a un informe realizado por el ICF que evidencia el inmenso descombro que se realiza con la construcción de la carretera.

El documento es un análisis donde se trabajó en unas 35,000 hectáreas con un buffer o radio de dos kilómetros a los costados del trayecto para medir los daños. El informe confirma que la carretera no solo pasa por la Reserva del Hombre y Reserva de la Biosfera del Río Plátano, sino también a través de la Reserva de Biosfera Tawahka Asangni y el Parque Nacional Warunta.

Entre las advertencias del informe sobresale la destrucción generada por la apertura de los tramos carreteros en la zona protegida. Por ejemplo, detalla que con la nueva apertura el incremento de la deforestación anual pasó de 4,700 a 8,000 hectáreas taladas, especialmente durante la pandemia de covid-19.

Resalta que la mayor parte del daño está en la zona de amortiguamiento, afectando especialmente el bosque latifoliado y conífero del lugar. También muestra, a partir de las plataformas Terra-i y Global Forest Watch, los puntos específicos en tiempo real donde hay deforestaciones, detallando que el camino desencadena quemas y talas importantes.

El informe concluye que la carretera debe ser detenida por el impacto ambiental que causa, apenas a unos 20 kilómetros de ser terminada.

En la Biosfera del Río Plátano es común encontrarse viviendas y pequeños asentamientos humanos que realizan trabajos de ganadería para los millonarios de la zona, principales promotores de la carretera. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

En la Biosfera del Río Plátano es común encontrarse viviendas y pequeños asentamientos humanos que realizan trabajos de ganadería para los millonarios de la zona, principales promotores de la carretera. Foto: Johny Magallanes/El Heraldo

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