TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A finales de mayo o inicios de junio los menores infractores pasarán a ocupar “El Pocito”, un centro pedagógico de menores infractores con máximas medidas de seguridad para asegurar su reinserción a la sociedad.
La obra gris ya está terminada en un cien por ciento y en estos momentos se está trabajando en los acabados, pintura e instalación del sistema contra incendios.
El moderno centro será ocupado por los jóvenes más conflictivos, integrantes de maras y pandillas.
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Para garantizar la seguridad tendrá un sofisticado sistema de vigilancia integrado por 240 cámaras de alta resolución en todos los pabellones y pasillos.
“El Pocito” se construye en Jalteva, Francisco Morazán, y a nivel general el proyecto tiene un avance de 93%, confirmaron autoridades de la Tasa de Seguridad Poblacional (TSP).
Control
Informes del proceso de construcción proporcionado a EL HERALDO establecen que la proyección es que la obra de infraestructura esté lista en el mes de mayo.
El traslado de los primeros internos y su selección la tendrá que hacer el Instituto Nacional para la Atención a Menores Infractores (Inami).
La muralla, que ya está edificada es su primera etapa de 10,878 metros cuadrados, tiene capacidad para 312 menores infractores.
Estos estarán segregados en módulos de máxima y mediana atención, así como en programas que evitarán los constantes amotinamientos.
Los pabellones están compuestos por varias habitaciones de cuatro a ocho camas con puertas de acero que serán controladas por los custodios que contrate el Inami.
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Los talleres y las aulas de clases ya están listos para desarrollar los programas de capacitación y formación de los jóvenes que sean sometidos al sistema de justicia especial.
Los encargados de la construcción destacaron que de no haber retrasos, el primer centro de esa categoría en la región centroamericana será entregado en mayo al gobierno.
