Honduras

¿Cuánta lluvia dejaron Eta y Iota en los municipios del valle de Sula?

En el valle de Sula se registraron más lluvias con el ingreso de Eta, pero las inundaciones con Iota fueron incontenibles

01.12.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cuando un fenómeno meteorológico ingresa al territorio sus efectos no son iguales en toda Honduras, pues hay regiones donde la lluvia y los vientos son más fuertes y otras donde los acumulados son mínimos.

Eso ocurrió con el ingreso de las tormentas tropicales Eta y posteriormente Iota. Ambas afectaron considerablemente al valle de Sula, occidente, oriente y parte del centro, ¿pero qué tanto llovió en cada punto geográfico?

Eta ingresó a Honduras el pasado 4 de noviembre por el municipio de Trojes, en El Paraíso, pero rápidamente afectó a otros municipios, especialmente en el valle de Sula.

De acuerdo con datos del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), las lluvias -del 31 de octubre al 7 de noviembre- dejaron 626.67 milímetros de acumulados máximos, solo en El Progreso, Yoro.

Cuando hablamos de acumulados por milímetros nos referimos a la altura que el agua alcanzó en una superficie plana (desde el suelo hasta el techo de una casa o un edificio).

“La cantidad de precipitación es todo lo que se refleja en las estaciones pluviométricas. Lo que marca el pluviómetro de precipitación, eso se va guardando todos los días y si caen 10 milímetros en cinco días, quiere decir que en una semana se precipitaron 50 milímetros en esa zona”, explicó Juan José Reyes, jefe de alerta temprana de Copeco.

Cada milímetro de agua equivale a vaciar un litro en un espacio de un metro cuadrado, es decir que, un milímetro es igual a un litro por metro cuadrado.

Si tomamos los 626.67 milímetros de agua que dejó Eta en El Progreso es igual a decir que la lluvia acumuló un poco más de 626 litros de agua por metro cuadrado. Para mayor comprensión haremos el mismo procedimiento con un garrafón de agua potable de medida estándar (18.9 litros); si dividimos esos 626 litros de agua entre los 18.9 litros de un garrafón, significa que la lluvia en ese municipio fue el equivalente a 33.15 garrafones colocados en un metro cuadrado. En cada metro caben 16 garrafones.



Con Iota, El Progreso registró 166.97 milímetros de agua, pero al hacer el mismo procedimiento a litros y luego al contenido de un garrafón, en promedio llovió el equivalente a 8.83 garrafones por metro cuadrado.

Los registros de Cenaos muestran que este punto geográfico fue uno de los que tuvo más acumulados con ambas tormentas, donde la intensidad de las lluvias y la saturación de suelos dejaron derrumbes e inundaciones.

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Los acumulados de Iota corresponden a tres días, del 16 al 18 de noviembre, es decir, previo al ingreso de la tormenta y el día en que salió del país hacia El Salvador, dejando nuevamente al valle de Sula inundado.

Uno de los puntos más afectados fue La Lima, donde Eta ya había dejado los suelos saturados y decenas de casas bajo el agua. Con Eta los acumulados de lluvia máximos llegaron a 657.27 milímetros, lo que al hacer la misma conversión realizada con El Progreso equivale a 33 garrafones de agua colocados en un metro cuadrado.

Con Iota, las lluvias en La Lima fueron inferiores. Las precipitaciones alcanzaron 165 milímetros (se podría representar como el agua que hay dentro de nueve garrafones en un metro cuadrado).

Al hablar del valle de Sula, Tela es el municipio que más precipitaciones registró, al menos con el huracán Eta. En esa ciudad cayeron 816.87 milímetros de lluvia (la misma cantidad en litros por metro cuadrado), el equivalente a 43.22 garrafones de agua por metro cuadrado.

Sin embargo, con Iota, Tela no fue uno de los puntos geográficos más golpeados, pues la lluvia que cayó dejó 174.18 milímetros de acumulados máximos, que se podrían ilustrar como 7.66 garrafones de agua potable ubicados en un metro cuadrado.

En La Ceiba, los acumulados que dejó Eta fueron el doble de los registrados con Iota. El primer fenómeno dejó 746.35, mientras que el segundo alcanzó los 303.43. Si hacemos la misma conversión aplicada con El Progreso, se podría decir que por cada metro cuadrado llovió el equivalente a 39.48 garrafones con Eta y 16.054 con Iota.

Esto también se podría comparar con el tamaño de una casa. Es decir que, si tenemos una casa que mide 10x10 metros y cayeron 746 milímetros de agua, esa cantidad es semejante a la que acumula 394 garrafones de agua potable, uno sobre otro.

Este ejemplo es totalmente técnico, lo que no significa que lo ocurrido en el valle de Sula esté relacionado solo con las precipitaciones, pues los expertos advierten que las inundaciones tuvieron varios detonantes.

Para el decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Nabil Kawas, las inundaciones en el valle de Sula -conformado por 18 municipios- se debieron, principalmente, a tres factores: el primero está relacionado con las lluvias que cayeron en los ríos Chamelecón y Ulúa, especialmente en el occidente y que fueron a parar a la parte baja del valle de Sula.

El segundo factor es que en los sectores con mayor productividad agrícola y ganadera no cuidan bien las zonas montañosas, existe deforestación y “no le ayudamos a la tierra a que tenga mayor retención de agua, entonces la mayor parte del agua en vez de ser retenida termina en la parte más baja que es valle de Sula”.

El último factor que, según el académico, fue detonante para que ese colapsado valle quedara en la ruina es que cerca de los canales de alivio vive mucha gente.

“Y yo sé que las municipalidades de El Progreso, La Lima, San Pedro Sula tienen sus prohibiciones, pero la gente no tiene recursos y busca cualquier lugar para poder vivir y ese es un problema que les hace ver más vulnerables a ellos. Y así una cantidad de elementos que contribuyen a que los ríos se desborden”, argumentó.

Según los datos facilitados por Cenaos y analizados por EL HERALDO, ambos fenómenos meteorológicos dejaron acumulados en los 298 municipios del país, sin embargo, con Eta, siete de los primeros 20 con más lluvia están en el valle de Sula. Con Iota la cifra se redujo a tres, pero debido a que los suelos estaban saturados y los ríos crecidos, las inundaciones en casi toda la costa norte fueron incontenibles.

Lluvia desde mayo

Las inundaciones en el valle de Sula son producto no solo de los huracanes Eta y Iota, sino de las lluvias que se registraron en Honduras desde mayo. Lo anterior es opinión del jefe de alerta temprana de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Juan José Reyes, quien aseguró que desde mayo “hemos tenido un comportamiento de lluvias muy por encima de lo normal” y que “el suelo estaba saturado”.

“Los ríos tenían caudales muy elevados, entonces dos huracanes en menos de 15 días en un suelo que durante seis meses había tenido buena producción de lluvia por parte de la temporada, eso estaba presagiando un escenario de inundación”, argumentó.

El experto aseguró que no es lo mismo que caigan 100 milímetros de lluvia cuando comienza la temporada en mayo que en octubre-noviembre, pues “los 100 milímetros de octubre ya no tienen capacidad para que los absorba el suelo y se van en escorrentías rápidas hacia los ríos”, mientras que los 100 milímetros de lluvia en mayo sí, porque se viene saliendo de la temporada seca. “Hay que ver el antecedente de lo que se ha venido generando en el año”, advirtió.