Honduras

Cardenal Rodríguez anuncia que buscarán beatificación de Sor María Rosa

Sor María Rosa Leggol fue una infatigable madre sustituta de miles de hijos y fundadora de la Sociedad Amigos de los Niños. La solicitud se hará ante el Vaticano

17.10.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sor María Rosa Leggol ha partido a la presencia del Señor, pero sin duda su legado de amor permanece en el pueblo hondureño.

La querida religiosa franciscana, que fue despedida este viernes entre lágrimas y agradecimiento, tras una admirable labor en la Tierra, podría convertirse en una santa de la Iglesia Católica, así lo anunció el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez en la misa celebrada por su partida.

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El Cardenal Rodríguez manifestó que se presentará una causa de beatificación para Sor María Rosa ante el Vaticano. Sin embargo, advirtió que antes de lograr que sea beatificada será necesario buscar los testimonios que sostengan su reconocimiento.

Sor María Rosa Leggol fue una infatigable madre sustituta de miles de hijos y fundadora de la Sociedad Amigos de los Niños.

Mujer ejemplar

Desde temprana edad descubrió su vocación de entrega a los pobres y en especial a los niños.

Fue a los 40 años de edad que salió del servicio impuesto por su orden para dedicarse a rescatar niños. Su misión era entregarle a Honduras un país con una nueva generación de gente humana, cristiana y mentalmente preparada.

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Su vocación, dedicación, entrega y amor le permitieron ver cumplido su sueño en 1964 al fundar la Sociedad Amigos de los Niños, un proyecto que le cambió la vida a miles.

¿Qué se necesita para ser un santo en la iglesia católica?

1. Ser un siervo de Dios: En primer instancia el postulador presenta a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona que desean que sea santificada.

2. Ser venerable: En esta parte del camino, varios organismos de la Santa Sede reciben los testimonios de las personas que conocieron al siervo que se quiere santificar y analizan la ortodoxia de sus escritos.

3. Ser beato o bienaventurado: Para ser beatificado, es indispensable la realización de un milagro atribuido a la intercesión del venerable. El proceso de examinar este 'presunto' milagro se lleva a cabo en la diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos.

4. Ser santo: La primera etapa es la aprobación de un segundo milagro. Durante la segunda etapa, la Congregación para las Causas de los Santos examina este segundo milagro presentado.