Honduras

'Somos el último rostro que los pacientes ven': la admirable acción de enfermera hondureña

Sarah Carías no se limitó a suministrar el medicamento a su paciente de covid-19, sino que se tomó el tiempo para intentar inyectarle fuerzas al leerle las cartas que su familia le dejaba

13.07.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La historia vivida y narrada por una enfermera hondureña conmovió las redes sociales, luego de que la joven compartiera tan solo una de sus experiencias al lado de un paciente en una de las tantas salas de covid-19 en el país.

Sarah Carías es una profesional de la salud que se desempeña brindando atención a pacientes de coronavirus en Tegucigalpa , pero en la condición de aislamiento y gravedad que muchas personas se encuentran, ella, al igual que el resto de sus compañeros se convierten en algo más que simples desconocidos para sus pacientes.

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Fue el pasado domingo en horas de la noche cuando la hondureña se tomó un momento de su tiempo para escribir en su muro de Facebook un breve relato sobre la experiencia que la marcó en uno de sus turnos, sin imaginar que en menos de 24 horas su publicación sería compartida más de 5,000 veces y recibiría aún más reacciones.

'Ayer, mientras le estaba administrando los medicamentos a un paciente covid, delicado, de la tercera edad y dependiente de oxígeno, encontré como 10 cartas de ánimo que le habían mandado hijos, nietos y amigos. Aproveché a leérselas una por una. Él, aún con su dificultad respiratoria, con sus ojos llorosos, pudo escuchar y al final decirme gracias', comenzó contando la enfermera.

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'Todas las cartas hablaban de cuánto lo extrañaban, de cuánto lo querían, y de que lo estaban esperando para asar carne (Se nota que le gusta la carne asada a toda la familia) y yo le dije: pucha, don 'M', ¡Qué carneada la que le espera!. Él sonrió. Terminé mi turno y él quedó delicado. Me quedé pensando en él (Sí, uno queda pensando en sus pacientes)', continuó relatando.

Sin embargo, la profesional de la salud comentó que cuando volvió a su turno encontró al paciente bastante grave y que a pesar de los esfuerzos que todo el personal realizó para salvar su vida, el hondureño falleció.

Sarah aseguró sentirse satisfecha a pesar de haber sufrido la muerte del adulto mayor, 'estoy feliz de haber apartado esos 5 minutos en medio del ajetreo normal de un turno en sala covid para que él pudiera escuchar a su familia una última vez a través de esas cartas', afirmó.

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Y finalmente aprovechó para hacer un llamado a todo el personal de salud que como ella luchan a diario contra la enfermedad y se desviven por salvar miles de vidas: 'No siempre se trata de solamente cumplir con el trabajo, sino mostrar empatía y dar la milla extra. No sólo hablar sino escuchar. Muchas veces somos el último rostro o voz que el paciente ve o escucha. Demos lo mejor aún en medio del cansancio'.

El hermoso detalle que Sarah tuvo con su paciente la ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas personas y en la clara representación de humanismo y empatía que todos los hondureños estamos llamados a tener, sobre todo en estos tiempos difíciles.

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