Honduras

Tractores Alba donados por Venezuela ahora son chatarra

En chatarra está convertida gran parte de la maquinaria que Venezuela le dio a Honduras por su incorporación a la Alba

20.01.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Tres llantas ponchadas tiradas sobre escombros de láminas de asbesto y trozos de madera, pedazos dispersos de un motor Perkins ocultos entre la maleza, latas oxidadas de una carrocería roja y un viejo chasis de tecnología Massey Ferguson donde se lee “ Veniran 399” es lo único que dejaron los saqueadores.

En estas condiciones halló EL HERALDO algunos de los tractores donados por Venezuela a Honduras y que se aprecian en una vieja galera sin techo de la Estación Experimental Omonita-Proyecto Tilapia de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en el municipio de San Manuel, Cortés.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO recorrió algunos predios a nivel nacional donde el Instituto Nacional Agrario (INA) depositó lo que logró recuperar de los 100 tractores agrícolas, 60 rastras tipo remolque, 25 sembradoras, 15 pulverizadoras y seis cajas de herramientas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) y encontró los deshuesaderos que dejaron los ladrones.

Desde 2014, el INA levantó una auditoría para ubicar la maquinaria y se evidenció que mucha se podía reactivar o recuperar. Sin embargo, nunca se hizo nada y, cinco años después, los saqueadores redujeron los tractores a pedazos.

La maquinaria agrícola no tiene documentos pues Venezuela nunca los envió, el INA no los quiere y las confederaciones campesinas, que son las que los manejan, no se interesaron en recuperarlos.

EL HERALDO constató que varios de los tractores quedaron reducidos a chatarra. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.

Un saqueo descarado

En el gobierno de Manuel “Mel” Zelaya, Honduras recibió de manos de Venezuela 100 tractores equipados con todo lo necesario para realizar labores agrícolas.

La donación fue por la adhesión de Honduras a la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), suscrito en el decreto legislativo 158-2008, y especificó en su artículo 3 que los tractores “serán distribuidos equitativamente a través de las diferentes confederaciones campesinas”.

La maquinaria agrícola llegó a la Empresa Nacional Portuaria (ENP), detallada de la siguiente manera: 80 tractores agrícolas, 399 HP, 2WD; 20 tractores agrícolas 285 75 HP 2W; 60 rastras; 16 discos tipo remolque; 25 sembradoras de cuatro líneas; 15 pulverizadoras de veneno de 600 litros; y seis cajas de herramientas y repuestos.

En un acta de entrega con fecha 20 de febrero de 2009, a la que tuvo acceso EL HERALDO por medio de una solicitud de información a la Oficina de Transparencia del INA, se encontró que la ENP entregó el equipo a César Rolando Rosales, en su condición de oficial de logística de la 105 Brigada de Infantería. Los tractores no llegaron a las centrales campesinas del país.

100

tractores agrícolas, 60 rastras tipo remolque, 25 sembradoras, 15 pulverizadoras y seis cajas de herramientas fueron donadas por la Alba.

Hay que tomar en cuenta que se realizó una distribución por parte del gobierno de Zelaya, meses después, tras ser derrocado, los tractores quedaron muchos en manos de particulares, militares y colegios.

En un afán por recuperar la maquinaria agrícola, mediante el PCM-014-2009 con fecha 22 de septiembre de 2009 se creó el proyecto Centro de Mecanización Agrícola Campesina (Cemac), con un comité ejecutivo presidido por César Ham, el entonces director del Instituto Nacional Agrario (INA), pero la iniciativa resultó ser una lápida para los tractores venezolanos.

El INA destinó para el proyecto Cemac unos 28 millones de lempiras y el gobierno del entonces presidente Porfirio Lobo Sosa entregó otros 20 millones de lempiras para echarlo a andar.

Una de las primeras intenciones de Cemac era pasar los tractores a bienes nacionales, pero no se logró pues se constató en el oficio DEI-DTA-186-2012 realizado por la Dirección Adjunta de Rentas Aduaneras que “no se encontraron registros de las Declaraciones únicas Aduaneras del equipo en referencia que arribó a las instalaciones de la Empresa Nacional Portuaria”.

En otra palabras, los tractores no tienen papeles y no puede ser definidos como propiedad del Estado.

Según fuentes expertas consultadas por EL HERALDO, esta maquinaria puede tener una vida útil hasta de 30 años.
Vea además: ¿Qué pasó con los tractores donados por Venezuela?

En 2014, bajo la dirección de Ramón Lara en el INA, se creó el “Informe de investigación de maquinaria y equipo del Centro de Mecanización Agrícola Campesina”.

En el informe, al que tuvo acceso EL HERALDO, se evidenció que el INA ubicó la mayor parte del equipo, muchos, incluso, en manos de personas particulares, otros supuestamente en manos de las Fuerzas Armadas y la mayoría en nueve predios del INA de las oficinas regionales. “Se localizaron 92 tractores, 52 rastras, 24 sembradoras y trece fumigadoras”, destacó.

Se detalló que cinco tractores fueron entregados a los militares “pero no fue posible verificar el equipo en vista de desconocer la ubicación, por lo que no hay evidencia de esta aseveración”.

Tres tractores no fueron encontrados jamás.

En la investigación de ese año (2014) se detalló que 34 tractores, 15 rastras, dos sembradoras y nueve fumigadoras estaban buenos, el resto estaban malas o regulares con oportunidad de poder repararlas.

En la auditoría se recomendó trasladar la maquinaria que estaba en manos de particulares o la intemperie a un lugar techado “para asegurar la vida útil del equipo”.

También realizar una nueva asignación de número a la maquinaria y “proceder a la legalización de la maquinaria que está en manos de grupos campesinos o particulares por medio de la firma de un convenio con el INA, que tendrá la custodia y control en cada convenio”.

Alguna maquinaria fue a dar a manos privadas.

Desinterés

EL HERALDO tomó la auditoría “Informe de investigación de maquinaria y equipo del Centro de Mecanización Agrícola Campesina”, realizado en 2014 junto con sus ocho actas de direcciones donde fue encontrada la maquinaria en ese entonces para comprobar si el INA había realizado alguna acción o traslado para cuidar el equipo agrícola, como se suponía iban a hacerlo.

Cinco años después, toda la maquinaria está en los mismos sitios, pero en peores condiciones, saqueadas y abandonadas.

El informe detalla que en el Centro de Entrenamiento de Desarrollo Agrícola (Ceda) en la aldea El Taladro, Comayagua, habían seis tractores a la intemperie, la mayoría en malas condiciones y algunos dos con esperanzas de ser recuperados.

Al llegar EL HERALDO al lugar se ubicaron siete tractores -uno más que en el informe-, dos en medio de un montarral, cuatro abajo de una vieja galera -ninguno sirve- y, sorprendentemente, uno trabajando en el campo.

De interés: Involucran a César Ham en tractores que no aparecen

3

tractores nunca fueron encontrados.

Ese que estaba trabajando ha sido mantenido con las piezas de los demás tractores. También habían dos rastras malas, como mencionó la auditoría; lo que se perdió fue la fumigadora.

En el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) de La Paz se ubicó otro tractor, el informe menciona que estaba en buenas condiciones, pero al llegar los encargados mencionaron que por los momentos estaba parado, pero ha sido de mucha utilidad para los jóvenes estudiantes.

El recorrido continuó en la Estación Experimental Omonita - Proyecto Tilapia de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en el municipio de San Manuel, Cortés. Allí el saqueo se mostró en su máxima expresión. Y es que ni juntando las sobras de cuatro tractores se puede armar uno.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO recorrió algunos predios a nivel nacional donde el Instituto Nacional Agrario (INA) depositó lo que logró recuperar de los 100 tractores agrícolas. En ese caso, en la SAG.
Hay dos en la entrada con posibilidades de ser recuperados, una sembradora está hecha pedazos, las otras no se lograron ubicar y tampoco el resto del equipo de cada tractor. El robo hormiga de piezas se realizó de manera descarada.

Para evidenciar si el INA había movido un dedo para recuperar los tractores en manos de particulares, se visitó una de las direcciones que estaban en las acta de investigación de la auditoría en Choloma.

Al llegar a la zona se encontró un viejo tractor de la Alba sumamente maltratado, en una humilde casa, en manos de un anciano. Cerca de ese lugar, en un predio privado, habían otros dos tractores reducidos a pedazos y oxidados, pues nadie nunca los fue a recuperar.

EL HERALDO continuó con las visitas a las direcciones que estaban en las actas de la auditoría, se suponía que cinco años después ya no estarían o se encontrarían en mejores condiciones pero nada que ver. Se constató que en la SAG de Danlí hay pedazos de lo que un día fue un tractor.

Un encargado explicó que a ellos se los llevaron como depósito y nunca nadie más le metió mano. Cruzando la calle en las oficinas del INA de Danlí encontramos a otro grupo de tractores.

Uno se constató que funcionaba, los otros cuatro -según manifestaron los encargados- se podrían salvar metiéndoles mano. Sobre las rastras, sembradoras y fumigadoras nadie sabe dónde están.