La leyenda del Señor de la Sierra vive en la Escuela Urbana de Varones Lempira

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La épica hazaña del gran caudillo vive desde hace más de un siglo en la formación de miles de escolares que se educan con el ejemplo del alma audaz de Lempira.

La Escuela Urbana de Varones Lempira es un símbolo de la educación pública, pues se considera el primer centro educativo estatal de la ciudad de Comayagüela, cuando la laboriosa ciudad era independiente de Tegucigalpa.

En la actualidad se forman 393 estudiantes, pero se tienen registros de libros de asistencia de 1885, cuando se encaminaba a ser fundada como tal, en la que se atendían 220 alumnos, en él aparecen nombres como Ramón Estévez y Ángel Aguilar. No siempre estuvo ubicada en el emblemático edificio de la quinta avenida, entre la séptima y octava calle del barrio Concepción.

Funcionó en el edificio del Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. También tuvo como sede el segundo nivel del cabildo municipal de Comayagüela que hoy es la Escuela Nacional de Bellas Artes. Pero fue hasta 1929 que se inició con la construcción del actual edificio escolar. Para ello, la comuna de Comayagüela obtuvo un préstamo de 180 mil lempiras, pagaderos a nueve años.

En 1925 se funda la Escuela Lempira bajo el acuerdo de los docentes.

El nombre de la Escuela Lempira se le dio por acuerdo a los maestros que laboraban en el año de 1925, según hace constar el acta número 14 de ese año, este acuerdo fue firmado por el director general de Educación Primaria de esa época, el maestro Vicente Cáceres, como homenaje al gran cacique Lempira.

El edificio tiene un área de 10 mil varas cuadradas y su diseño estuvo a cargo del arquitecto italiano Augusto Bressani, quien también fue el encargado de diseñar la antigua Casa Presidencial y el Palacio Municipal de Tegucigalpa.

El centro educativo ha tenido varios nombres, por ejemplo Escuela Pública Número 1, Escuela Popular, Escuela Elemental, Escuela Lempira, hasta la actualidad que se le denomina Centro de Educación Básica Lempira, este nombre desde 2014. Entre los directores y maestros que impartieron clases en este centro escolar destacan Ángel Zúñiga Huete y Reinaldo Erazo y Rosa Margarita Orellana.

VEA: ¿Cuánto sabes del Indio Lempira?

Histórico tributo
Samuel Soto, quien es el titular del centro educativo, recordó que Tiburcio Carías Andino cursó el segundo grado en este emblemático centro escolar.

Soto estimó que desde su fundación la escuela ha formado a más 500 mil estudiantes. La mayoría de los alumnos que son formados en el centro educativo provienen de las comunidades del valle de Amarateca, Nueva Danlí, Villa Vieja, Santa Rosa y Los Pinos.

Durante más de 20 años se ha caracterizado por honrar la memoria del héroe nacional con la presentación del drama “La muerte de Lempira”.

Esta representación del valiente cacique indígena incluso ha sido llevada a la escena pública y es considerada la obra teatral más emblemática para la celebración en honor del lenca indómito.

“Yo he salido varias veces en esta obra y me siento orgulloso del respeto y amor por la tierra que tenía Lempira”, dijo Emmanuel Rodríguez, de 14 años y estudiante de “La Lempira”.

Soto detalló que esta actividad no se realizó este año, producto de la pausa en el sistema educativo que se experimentó por las protestas del sector Salud y de Educación, pero afirmó que sí se entregó un arreglo de flores al busto del Señor Incorruptible que permanece custodiando a los alumnos.

El aniversario de la Escuela Lempira se celebra cada 14 de julio y los docentes toman como año de fundación 1885, por tener los primeros registros de alumnos, por lo que tiene 134 años de existencia como tal.

Estudiantes y maestros conmemoraron, en un acto simbólico, el Día de Lempira, recordado todos los 20 de julio de cada año.

El reloj de este centro escolar es uno de los más antiguos de la capital. El despertador de Comayagüela data de la década de los 30 y fue reparado hace un par de años, según cuentan las autoridades del centro escolar.

Historiador
El historiador Dennis Portillo resaltó que el edificio de la Escuela Lempira es una de las pocas estructuras representativas de estilo ecléctico, que se ubica entre neoclasicismo y Art Nouveau.

Portillo detalló que es uno de los edificios más emblemáticos e históricos de la ciudad gemela de Comayagüela, pues este tiene una gran importancia en la identidad del “pueblo de indios”, ya que en su momento fue el único centro de enseñanza de esa envergadura en la ciudad; y es que, se ha convertido en punto de referencia de la historia de la ciudad misma y de la importancia que la educación debe tener para el desarrollo de una sociedad.

El lugar donde se levantó el edificio era una antigua laguneta cubierta de zacaltuste y comparte edificio con la Escuela de Niñas República de Argentina. Hoy en día, el inmueble se conserva a pesar de los años, aunque se requieren algunos trabajos de remodelación para garantizar que la historia de Lempira se mantenga viva.