VALLE DE ÁNGELES, HONDURAS.- La relación entre un profesor y sus alumnos es el vínculo inspirador que lleva a la orientación, refuerzo y dedicación de los niños para dar lo mejor de sí en sus estudios y sus vidas.
Director del grupo teatral Candilejas, promotor de un próspero huerto escolar y de actividades culturales y artísticas, el maestro Carlos Varela promueve esta filosofía de talento en sus alumnos del cuarto grado y demás estudiantes en la Escuela Los Ángeles, ubicada en las afueras del municipio de Valle de Ángeles.
“Llegué a esta escuela en el 2011 y me encontré con un centro educativo común y corriente. Cuando miré que los niños tenían talento artístico, pero no una persona que los encaminara, decidí crear el grupo en zancos Candilejas, integrado por los niños de esta escuela”, contó el docente.
Poco a poco, este pequeño grupo de estudiantes fue creciendo en fama, ya que pasaron de participar en actividades locales en el municipio a otras zonas del país, motivo por el que Varela tuvo que nombrar a su equipo y conseguir trajes coloridos que fueran el distintivo del grupo.
“Hemos estado en La Ceiba, Yoro, Comayagua, Santa Bárbara y en distintos centros educativos de Tegucigalpa”, contó el profesor.
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La meta del educador es demostrarle a sus alumnos que la vida tiene una segunda oportunidad y que pueden mostrar su talento a través del arte.
Un ejemplo a seguir
El profe Carlos, como le conocen en la escuela y en la comunidad, viaja todos los días a las 5:30 mañana en su motocicleta desde su casa de habitación, ubicada en la residencial La Cañada de Tegucigalpa, hasta el centro de enseñanza, solo para revisar en compañía de sus pupilos el frondoso huerto escolar.
“Estamos en un lugar agrícola y no ser parte de su productividad es algo desligado de las actividades del municipio. Por eso, con mis alumnos y en compañía de los del quinto grado, comenzamos a crear el huerto escolar libre de químicos, que ha sido un éxito”, explicó.
Durante cuatro años, los estudiantes de la Escuela Los Ángeles han cosechado remolacha, culantro, pepino, zapallo, rábano y, en temporada lluviosa, hasta maíz. El producto es utilizado para el consumo gratuito en la escuela y en los hogares de los niños.
Por otra parte, este docente se ha convertido en el estandarte de este centro educativo, pues en todos los eventos culturales que realiza la escuela, él junto a sus niños, se encarga de llevar vida a través de las pinturas. “Para las fechas cívicas siempre me dedico a pintar murales en compañía de mis alumnos y, a la vez, mis niños deben realizar un dibujo alusivo a esa fecha”, dijo orgulloso.
