Honduras

Tramitadores hacen festín en el Instituto de la Propiedad con nuevas placas

Una red de tramitadores, en colusión con empleados del Instituto de la Propiedad, se encargan de sacar las placas nuevas y realizar varios trámites sin hacer fila, a cambio de suculentas sumas de dinero que se reparten entre ellos

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05.02.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS. -“Usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos...”, sonaba suavemente en la computadora de la empleada del Instituto de la Propiedad (IP), encargada de entregar las nuevas placas vehiculares.

Al lento ritmo de la canción, entonada por el “Sol de México”, la mujer tarareaba la melodía mientras presionaba con parsimonia los botones del teclado.

Al frente de la funcionaria había unas 15 personas esperando realizar el cambio de placas, y afuera de la oficina otras 100 más, desesperadas tras aguantar hambre y sol en una fila por al menos cinco horas.

Para la empleada del IP el tiempo no era importante, o al menos eso parecía, hasta que frente a ella se posó una señora bastante mayor de suéter negro y falda rosada, que por su edad no hizo fila para entrar y tampoco esperó a que el que estaba recibiendo la atención desocupara la ventanilla.

Un par de reclamos por parte de una mujer que vestía de enfermera rompieron el somnoliento clima que se vivía en la institución.

“¡No se dejen meter, llevamos horas aquí, ella es tramitadora!”, repicó sin tapujos la mujer, mientras la empleada comenzaba a recibir una serie de documentos que la señora sacó de un morral café.

La lentitud de la funcionaria se convirtió en rapidez, y en un tiempo casi récord entregó tres juegos de placas a la señora, que los guardó en su bolsa y salió del lugar con suma tranquilidad.

Las melodías de Luis Miguel volvieron a calmar el lugar y la empleada retomó su lentitud.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO evidenció por medio de la contratación de un tramitador la colusión que existe con algunos de los empleados del IP y algunos guardias de seguridad para obtener las nueva placas sin hacer fila y realizar otros trámites a cambio de considerables sumas de dinero.

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Obtener las placas
Las filas para obtener las nuevas placas en el Instituto de la Propiedad (IP) son interminables. La institución anunció el año pasado que el cambio era solo para las personas que andaban con un permiso de circulación de un carro recién ingresado.

La entrega se efectuaría bajo una calendarización, pero la fiebre de portar la nueva identificación invadió a miles de hondureños que llegan a diario y en masa al IP con sus placas viejas en mano para cambiarlas por las nuevas.

La institución ha decidido atenderlos, pese a que legalmente cualquier propietario de vehículo puede andar con las placas viejas por todo este 2019.

En el IP siempre han existido tramitadores, pero ante la masa de personas se han multiplicado, mejorando su estructura, atrasando los procesos por medio de los empleados de la institución para ser la opción ideal de aquellos que requieren un trámite y no pueden perder más de un día.

Con los documentos de un vehículo recién comprado, la Unidad Investigativa de EL HERALDO llegó a la institución para conocer cómo era el proceso de adquisición de las nuevas placas.

La primera impresión en el lugar asemejó a llegar a un mercado, ventas ambulantes por todos lados, muchas personas caminando de un lado para otro y tramitadores por doquier.

Un pequeño silbido desde el otro lado de la calle llamó la atención de un grupo de tramitadores que se posan en una esquina bajo un inmenso paraguas para evitar el sol. Con la agilidad de un velocista, en segundos uno de ellos ya se había cruzado la calle para ofrecer su servicio.

- “¿Qué necesita?, ¿nueva placa?, ¿traspaso?, yo le ayudo en todo”, ofreció el joven, mientras observaba para todos lados por si más personas lo querían contratar.

-“Vengo a sacar las placas nuevas”, respondió el periodista encubierto.

- “Listo, revisión, permiso de circulación, RTN y la identidad es lo que ocupamos y en un rato le sacamos la placa. ¿Está a nombre suyo el carro?”, preguntó el tramitador.

-“No, me falta el traspaso, pero ando la documentación, lo que no me sé es el RTN”.

- “Mire, por eso no se preocupe, vamos a hacer el traspaso rápido, entrégueme los papeles, le voy hacer un fólder, ahorita mismo le sacó el RTN, solo deme la identidad, una vez que hagamos el traspaso, nos pasamos a la placa nueva y se la entrego inmediatamente”, aseguró ansioso.

- “¿Cuánto me va costar?, yo no ando mucho tiempo, ocuparía todo en un par de horas”.

- “Por el traspaso 600 lempiras (al hacerlo legal, ese trámite en el IP es gratis), pero usted no va a hacer fila, ya tengo a alguien ahí para que usted solo entre a firmar. Y por la placa nueva 900 lempiras, pues 500 lempiras serían para el trámite y 400 lempiras por la mordida, porque hay que pagar ahí adentro para poder agilizar”, aseveró.

Lo que los tramitadores no le dicen a las personas es que esos 500 lempiras que supuestamente son para el pago legal de la nueva placa no están siendo cobrados por el IP actualmente y se verán reflejados hasta que la persona realice el pago de su matrícula vehicular, por lo que la estafa que realizan es descomunal.

El periodista de EL HERALDO accedió, pagó los 1,500 lempiras y le entregó los documentos al negociante que rápidamente comenzó a realizar llamadas.

El tipo pidió un compás de espera mientras ingresó a un local, según dijo, para armar un formulario y seguidamente a una fotocopiadora donde rápidamente sacó el RTN, a pesar de que ese trámite solo debería realizarse en el Servicio de Administración de Rentas (SAR).

Una vez fuera de la fotocopiadora, el tramitador entró al área de traspasos como Pedro por su casa, a conversar con algunas personas, al salir se dirigió al área de entrega de placas nuevas. Allí tampoco hizo fila y pasó en medio de todos los ciudadanos que aguardaban desde tempranas horas para realizar el trámite hasta perderse adentro de la institución sin que ningún elemento de seguridad o empleado del IP le pusiera obstáculos.

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Inmediatez
Con los formularios llenos, el RTN a mano y el conecte en las ventanillas de entrega, el tramitador pidió al periodista encubierto que lo siguiera hasta el interior del IP para realizar el traspaso.

Al ingresar a la institución, adelante de todas las personas, en un lugar privilegiado, estaba una señora de camisa negra, sentada esperando.

- “Mire, solo pase ahí después del que están atendiendo, entregue los papeles y lo espero afuera para que saquemos la placa nueva”, dijo el tramitador mientras las señora otorgaba su puesto al periodista encubierto, ante la vista y paciencia de empleados, guardias y ciudadanos.

La persona en la ventanilla terminó y de inmediato le tocó el turno a la Unidad Investigativa de EL HERALDO. El empleado de la ventanilla no dijo nada, tomó los documentos, los revisó y pidió las respectivas firmas. El traspaso estaba hecho en cuestión de minutos.

- “Mire, ya está el traspaso, vaya pague al banco 325 lempiras para que de una vez le salga la revisión a nombre suyo y regrese rápido que ahí le tengo el puesto adelante para que no haga fila y le entreguen las placas nuevas”, dijo el tramitador.

Se realizó el pago en el banco y al regresar al IP, el hombre estaba atendiendo a otras personas y con un movimiento de manos solicitó esperar y tras asesorar a otros se acercó para indicar los siguientes pasos a realizar.

Así, sin ningún tipo de restricción, el tramitador acompañó al periodista encubierto hasta la puerta de la oficina de entrega de placas, dejando atrás a decenas de personas que tenían horas de estar esperando para realizar el cambio de manera regular.

- “Bueno, ahora solo pase y presente los papeles, ya está todo”, dijo el hombre enfrente de un guardia de seguridad que permanecía serio.

Una vez adentro se identificó que solo dos personas estaban atendiendo, una de ellas la funcionaria que tarareaba las canciones de Luis Miguel.

Durante la espera, adentro de la oficina, se evidenció cómo otros tramitadores entraban a la institución y sacaban hasta tres pares de placas, teniendo preferencia a la hora de ser atendidos.

Llegó el turno del periodista, la mujer revisó los papeles y sacó de una caja la placa nueva. La validó en el sistema y la entregó. Al salir de la oficina el malestar de las demás personas era evidente.

Una vez fuera del IP, el tramitador se acercó nuevamente, tomó las placas, las revisó y estrechó la mano de su “cliente”.

- “Bueno, ya vio que le agilicé, aquí estamos por si vuelve a necesitar de nuestra ayuda”, dijo sellando el trato.