Honduras

Tres anillos de seguridad independiente ya resguardan cárceles de Honduras

La FNCCP está dotada de equipo de última generación con el que se dará seguridad en las cárceles del país. El presidente Juan Orlando Hernández entregó 50 vehículos al Instituto Nacional Penitenciario para el traslado del personal y los reos

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20.11.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS. -Con la creación de la nueva Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP) suman tres los anillos de seguridad independientes que resguardarán todas las cárceles de Honduras.

En el exterior de los centros, y como primera fuerza de reacción, están los elementos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), que también son una aduana por la que deben pasar todas la visitas.

Los agentes de la PMOP son responsables del control vehicular y, ante un incidente, son los únicos que poseen armas de fuego.

Una vez en la entrada de las cárceles la responsabilidad recae sobre la nueva unidad élite FNCCP, que son los encargados de controlar todo lo que ingresa a los centros, así como de la revisión de personas.

Esta unidad está provista de dos escáneres de última generación capaces de encontrar armas, drogas o cualquier elemento prohibido que lleven los visitantes al interior.

El escáner de personas, que es un compartimento bastante amplio, emite rayos X de menor densidad al de uso médico, pero con la capacidad de encontrar todos los objetos que son ilegales.

Por el segundo escáner pasará la comida, maletas y todo lo que deseen ingresar a los centros, con la particularidad de que al momento de encontrar elementos o sustancias prohibidas las identifica por color.

La FNCCP tiene la autonomía suficiente para revisar a todas las personas, incluidos los directores de los centros penitenciarios y cualquier agente que realice trabajos.

Además poseerán registros biométricos con los que se identificará con certeza a cada una de las personas que ingresan al centro.

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Funciones
Las funciones de la FNCCP se extienden al interior de las cárceles, con la adquisición de un escáner capaz de detectar cualquier señal de tipo telefónica -incluye redes wifi y teléfonos satelitales- que se emitan desde las celdas.

Este último escáner tiene la particularidad de que es móvil, por lo que será rotado por sorpresa en todos los centros.

En total el equipo que se adquirió para cada una de las cárceles tiene un costo que oscila entre los seis a siete millones de lempiras.

Este grupo también tomó control de las cámaras de vigilancia en las cárceles -no se estaban reportando los sucesos- y emitirán la alerta ante cualquier eventualidad, además de reportes diarios.

Para garantizar la confiabilidad del personal, todos los integrantes de la FNCCP pasaron por estrictas pruebas de confianza, además de ser personal destacado de cada una de las unidades de donde fueron seleccionados (Policía Nacional, Policía Militar, Fuerzas Armadas de Honduras, entre otras instituciones).

Cabe mencionar que la FNCCP tiene su propia estructura, uniforme, directorio e instalaciones, por lo que no tiene dependencia de ningún ente de seguridad actual.

Como tercera fuerza independiente en las cárceles están los agentes penitenciarios que ya han venido realizando su labor de manera permanente en los centros.

Los agentes penitenciarios pertenecen al Instituto Nacional Penitenciario (INP) y son los únicos de las tres fuerzas que tienen contacto directo con los reclusos.

Este mismo sistema de tres fuerzas será utilizado en cada uno de los centros penales del país, incluidas las cárceles de mujeres.

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Un sistema computarizado de última generación ha sido instalado para monitorear el ingreso de personas a las cárceles de máxima seguridad, entre ellas El Pozo I y II.

Estos escáneres tienen la capacidad de detectar cualquier señal telefónica.


Operaciones
La FNCCP entró ayer en operaciones para reforzar la seguridad en las cárceles con personal altamente capacitado y equipamiento tecnológico de última generación.

“Se pretende reforzar la seguridad en los reclusorios, con una fuerza especial preparada para tal efecto”, dijo el presidente Juan Orlando Hernández en el lanzamiento de la nueva fuerza de seguridad en un predio aledaño al penal conocido como El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara.

“Antes las cárceles se manejaban por los presidiarios, igual el Centro Penal de San Pedro Sula fue un centro logístico del mal, por eso, cuando se asumen estos cargos, hay que cumplir y trabajar. Hemos mejorado la seguridad, pero falta mucho por hacer”, detalló Hernández.

El mandatario subrayó la decisión de su gobierno de apoyar los centros penales de máxima seguridad con logística que les permita a sus autoridades hacer su trabajo de manera más eficaz.

“No es fácil tratar con gente que es parte del mundo criminal, y por eso debemos apoyar con toda la logística al personal de esta nueva fuerza y a los que laboran en estos reclusorios, para que realicen su trabajo de la mejor manera posible, y eso forma parte del lanzamiento de esta Fuerza Nacional para el Control de Centros Penitenciarios”, agregó.

Hernández apuntó que “los privados de libertad tienen derechos, limitados, pero los tienen, aunque igual el hondureño tiene el derecho de vivir en paz y tranquilidad y por eso vemos con satisfacción que ya quedó en el pasado esa fase de ser considerado el país más violento del mundo”.

Por su parte, Alba Mejía, subdirectora del Centro de Prevención de Tratamiento y Rehabilitación de la Tortura (CPTRT), considera que con la puesta en marcha de la nueva fuerza en los centros penales hay que determinar si está reconocida en la ley, porque de lo contrario hay que hacer reformas.

Otra de las consideraciones de la defensora de derechos humanos es que se debe conocer si los recursos que se invierten en esta nueva fuerza no provienen de los impuestos con los que se castiga al pueblo, ya que se debe utilizar lo que se incauta al crimen organizado y el narcotráfico.

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