Tegucigalpa

Colonias de la capital de Honduras reflejan anhelos de paz

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17.11.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Su nombre es Divino Paraíso, pero la delincuencia, el poco acceso a los servicios básicos y la alta vulnerabilidad la convierten en un infierno.

Este sector es solo un ejemplo de decenas como él en el Distrito Central, cuyos pobladores han bautizado con nombres colmados de esperanza y anhelos de desarrollo; sin embargo, la realidad que viven cada día sus habitantes desalienta cualquier prometedor nombre.

La mayoría de estas colonias se ubican en la periferia de la ciudad de Comayagüela y fueron fundadas después de la década de los 1950.

Nueva Capital, Divina Providencia, Buenas Nuevas, Altos de El Paraíso, Campo Cielo, Nueva Providencia y Generación 2,000 se suman al listado de zonas paraíso solo en nombre.

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¿Buenas nuevas?
La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, explicó que, además del esperanzador nombre, estos barrios y colonias comparten la ausencia de confianza y participación ciudadana, lo que hace que su población no se identifique y abandere su zona de residencia.

“No siempre los pobladores hacen suyos los nombres de sus colonias, pues la organización comunitaria solo existe para su fundación, pero no se continúa con el trabajo para lograr una convivencia pacífica”, aseguró Ayestas.

Además de la desorganización, estos sectores son habitados por personas que, en su mayoría, se desplazan de zonas rurales a la ciudad.

La mayoría de sus habitantes son jóvenes y niños.

Según estadísticas de la Unidad Metropolitana de Prevención número 2-Belén (Umep-2 Belén), que da cobertura a estas colonias, los reportes delictivos que se tienen en esta zona están relacionados con la venta de drogas, rapto, intimidación y extorsión. También se reportan viviendas abandonadas por desplazamientos forzados.

En cuanto a homicidios, estas zonas son empleadas para abandonar cadáveres, según informó el subcomisionado Robert Naín Núñez, titular de la Umep número 2, en Belén.

Núñez explicó que en estas zonas los pobladores prefieren guardar silencio antes que reportar los actos de delincuencia, pero entre la colonia Buenas Nuevas y Divino Paraíso, hay menos reporte de incidencias en este último sector.

Sin embargo, de las 178 colonias, 53 caseríos y 18 aldeas a los que da cobertura la Umep 2, la colonia Smith y El Carrizal son los sectores que lideran la lista negra de la delincuencia.

De las 186 personas fallecidas que se registran en la zona de influencia de esta unidad policial en lo que va del año, 20 corresponden al sector de El Carrizal.

En comparación al mismo período, pero de 2017, se registran 36 fallecidos menos en esta Umep.

El historiador Omar Aquiles Valladares explicó que algunas colonias recientes son bautizadas por los pobladores que no son oriundos de la ciudad, de ahí la importación de nombres del interior, por ejemplo, Nueva Danlí y Nueva Orocuina.

Consideró que los esperanzadores nombres que reciben estas colonias son un intento de los pobladores para crear entornos amistosos y un sentido de pertenencia, pero son lugares llenos de contradicciones.

“Por ejemplo, los pobladores del Divino Paraíso quisieron eso para ellos, fue una de sus aspiraciones”, reflexionó el historiador.

Otro sector que no hace honor a su nombre es el barrio El Edén, que, lejos de ser un paraíso, es una zona vulnerable a desastres naturales. Valladares considera necesario estudiar el origen de los nombres de los barrios y colonias, pues algunos sí poseen un componente histórico, pero otros son impuestos lejos del arraigo de la capital.

Foto: El Heraldo