Honduras

Carreras de cintas, una tradición que nunca muere en Honduras

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03.11.2018

TEXÍGUAT, HONDURAS.- Unos 200 metros separan al jinete y su caballo de un lazo donde cuelgan unas argollas que están amarradas con cintas de cuero.

Su concentración hace que los gritos de euforia de cientos de personas pasen desapercibidos.

Una persona en la línea de salida levanta su mano y da una señal para arrancar y comienza una veloz carrera por obtener una cinta.

Dependiendo de la raza del caballo, se pueden alcanzar velocidades de 45 a 60 kilómetros por hora.

Con una mano sujetan el freno del caballo, con la otra, como si fuera un lápiz, llevan agarrado el chuzo o estaca para introducirlo en la argolla. Este palillo, que mide unos 20 centímetros, es tallado a mano por cada competidor y tiene un estilo único dependiendo de su creador.

Con su brazo extendido hacia arriba y la estaca que sobrepasa la cabeza del jinete avanza el trote del caballo, que lo hace brincar, pero pocos logran agarrar una cinta.

Según los competidores se debe practicar mucho para tener una mano firme para hacerse de una argolla.

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La carrera de cintas es una tradición que desde hace más de 50 años se mantiene viva en el municipio de Texíguat, El Paraíso.

Esta actividad se realiza en octubre, en el marco de la celebración de la feria patronal del municipio, en honor al santo patrono San Francisco de Asís.

Este año se conmemoraron 316 años desde que Texíguat fue reconocido como un municipio.

Las comidas y juegos tradicionales no pueden faltar en los festejos, pero es la carrera de cintas el evento que más desean presenciar los pobladores de la zona y sus alrededores.

Parte de las actividades que se realizan en la feria son para conmemorar a Francisco Morazán, quien vivió en la zona.

Tradiciones
“Esta es una tradición de muchas generaciones, que se hace en varias comunidades de la zona. Ahora cada persona que participa lo hace como si fuera una feria”, expresó Luis Flores, miembro de las fuerzas vivas de Texíguat.

Cada cinta está enumerada para que una hermosa joven le haga entrega de los reconocimientos a los caballistas.

El jinete se pone de rodillas en frente de las reinas, según el número que tiene la cinta, una de las damas se pone de pie para hacer entrega de una banda, un pañuelo rojo y un beso en la mejilla.

“El competidor que tenga más cintas será el ganador, se hace un conteo para sacar el primero, segundo y tercer lugar”, dijo Flores.

La carrera de cintas se comenzó a realizar desde hace más de 50 años con los caballos de unos pueblerinos.

En la actualidad, esta actividad es una de las más esperadas por los vecinos de la zona.

Además que se ha convertido en una competencia donde llegan a participar personas de varias partes del país.

“Cada vez la carrera de cintas se convierte en una actividad que llama la atención de muchas personas, es una tradición que está muy arraigada a la comunidad”, agregó el entrevistado.

Este año, el primer lugar lo obtuvo Elías Núñez al poder agarrar más argollas, el segundo lugar fue para Pedro Flores y el tercer lugar lo alcanzó Carlos Núñez.

Historia y tesoros
Este municipio se ubica en el oriente del territorio nacional, a 96 kilómetros de la capital. Texíguat tiene un número aproximado de 10 mil habitantes. En la historia de este municipio se han tenido momentos que han marcado la vida política de Honduras.

En este municipio funcionó un cuartel de Francisco Morazán, al cual cada 3 de octubre se le rinde un homenaje en un busto que está enfrente del inmueble.

Uno de los momentos importantes fue la llegada de los pliegos de independencia a Texíguat el 1 de octubre de 1821, los cuales fueron leídos por Joaquín Rivera (Jefe de estado de Honduras 1833-1836).

El cerro de Yulutepe es uno de los íconos que representan al municipio debido a su imponente altura.

La iglesia parroquial de Texíguat es un inmueble que data del tiempo de la colonia española.