Honduras

El ebanista que transforma la madera con ingenio

Un torno, herramientas y su fuerza de voluntad es lo único que necesita Carlos Guillén Sosa para darle forma a las piezas de la materia prima de los árboles sin que sus limitaciones físicas impliquen algún impedimento

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09.09.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Si usted es de los que todavía prefiere mandar a hacer una pieza o un conjunto de madera a su gusto y sin tener que gastar mucho, “el árabe” es la persona ideal a quien debe buscar. No es un extranjero, pero sus clientes suelen llamarlo así por usar una especie de turbante con el que se cubre la cabeza cada vez que tornea la materia prima que proviene de los árboles para convertirla en singulares artículos para el hogar u oficina.

En medio de aserrín y rodeado de sus herramientas, Carlos Guillén Sosa es un experto en utilizar el torno con el que le da forma a pedazos de madera dentro de su humilde morada ubicada en la colonia Villa Adela, donde tiene un pequeño e improvisado taller.

Este ebanista que se preparó en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) es un ejemplo de perseverancia y cuyo ingenio no conoce obstáculos, a pesar de estar postrado en una silla de ruedas hace casi tres décadas a raíz de una caída desde un techo.

Previo a convertirse en un “artesano de la madera”, don Carlos, como también es conocido, empezó como carpintero laborando en el Distrito 1 de la Secretaría de Comunicaciones, Obras Públicas y Transporte (Secopt), la que hoy en día es la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep).

Con un tono nostálgico recordó que un día manipulando una canteadora sufrió un incidente, perdiendo parte de cuatro de los cinco dedos de la mano izquierda. En un inicio, ambos percances le provocaron un golpe emocional a Guillén Sosa, quien pensó hasta en quitarse la vida, pero recordó que Dios le dio el sustento para sobreponerse a estas adversidades.

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No hay impedimento
El no poder mover sus piernas como antes para bailar, jugar fútbol o hacer otro tipo de actividades ni tener completa una de sus manos no ha sido un impedimento para este capitalino en la faena que realiza con esmero.

“Anduve bastante en montañas porque fui operador de equipo pesado para construcción de carreteras, trabajé en una discoteca y también bailaba; yo aquí tal vez sea mitad hombre, mitad carro, mientras pueda trabajar y hacer algo en mi vida lo voy a hacer”, manifestó.

Cuando le ha tocado dar consejos a los jóvenes y familiares, don Carlos les indica que ellos tienen facilidad para muchas cosas al tiempo que les pide de forma irónica que le regalen dos cosas: “sus piernas y la juventud”.

A partir de su experiencia y conocimientos aprendidos, logró hacerse de su propio torno hechizo, es decir una máquina armada a base de diferentes piezas y partes adquiridas con el sudor de su frente.

9735-0762

Es el teléfono donde se
puede contactar a este
artesano de la madera.

Con una sonrisa en su rostro, el quincuagenario admitió que a veces recurre a sus “brujerías” -refiriéndose a artimañas- para enmendar errores cometidos y a veces imperceptibles en las piezas de madera torneadas sin la ayuda de nadie.

La paciencia y el poder subsistir sin convertirse en una carga para sus parientes ni mucho menos terminar como mendigo han sido parte de las motivaciones de Guillén Sosa.

Aseguró que no ha recibido ayuda de ningún gobierno o político de turno. Aunque hace algunos años vive solo, “el árabe” debe suplir sus otras necesidades tales como alimentarse, por lo que también cocina su propia comida, se levanta muy temprano y cuando debe trabajar hasta tarde lo hace sin quejarse, ya que quiere ser ese ejemplo de superación para sus clientes y para las futuras generaciones.