Honduras

Salud de pobladores de Danlí está expuesta a elevada concentración de aluminio en el agua

Un análisis de la UNAH Danlí revela que las aguas de la quebrada El Horno contienen minerales dañinos para la salud humana. La necesidad es más grande que el suministro de agua y más de diez mil personas hacen uso de ella

08.08.2018

DANLÌ, EL PARAÌSO. -Las aguas que corren por los 4.72 kilómetros de la quebrada El Horno y de donde se abastecen cientos de familias de la colonia Nueva Esperanza de Danlí está cargada de minerales dañinos para la salud.

Así lo revela un análisis de la calidad del vital líquido que un grupo de investigadores de la UNAH tecnológico Danlí realizó en el afluente.

La gran cantidad de danlidenses (sobre todo en el verano) que utilizan el agua de la quebrada para aseo personal o uso doméstico motivó de urgencia la investigación.

Los hallazgos
El afluente presenta concentraciones elevadas de aluminio (0.317 mg/l), y según la normativa de la Salud, el rango permitido es de 0.20 mg/l.

Asimismo, la cantidad de coliformes encontrados tanto fecales y totales en cada uno de los muestreos en los tres puntos fue incontable. De acuerdo con las escalas de contaminación a través de los Índices de Monitoreo Biológicos (BMWP), se determinó que es agua pobre y con contaminación orgánica.

Los pobladores de estas zonas vierten directamente las aguas negras con gran carga orgánica disminuyendo la concentración de oxígeno disuelto en el agua, revela el análisis.

“El riesgo de contaminación es elevado porque toda estas personas están expuestas directamente a problemas de la piel dermatologías y gastrointestinales, pues ni hirviendo el agua se eliminan las coliformes fecales”, indicó la doctora Alba Marina Osorto, investigadora química de la UNAH Danlí.

12 mil personas expuestas
En Nueva Esperanza, una de las más grandes y populosas de la ciudad, habitan más de 12 mil personas.

Según Arcadio Medina, presidente de la junta de agua de la zona, la mayoría se ve obligada a hacer uso del agua de la quebrada en más de una ocasión pues los tres tanques de almacenamiento disponibles apenas cubren la demanda de 1,300 abonados, no solo de Nueva Esperanza sino de cinco colonias de Danlí.

“Lo de la contaminación lo sabemos desde hace años, los que la usan y hasta los que no, pero la utilizan porque no hay de otra.

En el verano es peor porque es más gente la que hace uso de esta agua”, dijo con tono de resignación. El doctor Marvin Ordóñez, director del centro de salud de Nueva Esperanza, informó que llevan dos años con elevada incidencia de casos de hepatitis, cuadros diarreicos y casos dermatológicos. “En un determinado tiempo nos damos cuenta que ha sido por el uso de las aguas”, confirmó.