Honduras

Isla 'Conejo' mantiene viva vieja disputa entre Honduras y El Salvador 

De apenas una hectárea, pequeña en tamaño pero de eterno pleito, 'Conejo' se levanta como un lunar de bosque verde en el azul del Golfo de Fonseca (compartido también por Nicaragua) y forma parte de un archipiélago de cinco islas e islotes

24.06.2018

AMAPALA, HONDURAS

'Conejo', un islote rocoso que flota en el Pacífico, de escasa vegetación, vigilado por seis soldados hondureños armados con fusiles, mantiene vivos remotos conflictos fronterizos entre Honduras y El Salvador, países que en 1969 protagonizaron la llamada ' Guerra del fútbol'.

De apenas una hectárea, 'Conejo' se levanta como un lunar de bosque verde en el azul del Golfo de Fonseca (compartido también por Nicaragua) y forma parte de un archipiélago de cinco islas e islotes.

Pese a sus reducidas dimensiones y escasa relevancia económica, provocó un desencuentro diplomático entre El Salvador y Honduras, luego de que la Asamblea Legislativa salvadoreña comenzó a discutir una iniciativa para incorporar el islote a su territorio. La iniciativa generó una reacción airada de Honduras.

Conejo, un paraíso en el mar
Navegando alrededor de este paraíso marítimo de vegetación verde se avistan los soldados vestidos con fatigas de camuflaje entre los árboles. En la cima ondea una bandera azul y blanco de Honduras junto a un edificio de paredes de concreto, azul celeste. A la orilla, un pequeño muelle y un helipuerto de cemento donde chocan las olas.

En setiembre de 1992, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya (Holanda), definió una disputa territorial por más de 400 km2 entre los dos países centroamericanos en el Golfo de Fonseca, poniendo fin a uno de los desencadenantes de la 'Guerra de las cien horas' o ' Guerra del fútbol'.

Sin embargo, parece que la situación de Conejo no quedó claramente definida en la sentencia de la CIJ.

A finales de abril, la fracción legislativa del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que hoy gobierna de El Salvador, pidió en una moción ante el pleno, de 84 diputados, una reforma constitucional incorporando la propiedad de Conejo y otros islotes.

La moción no ha avanzado en en el parlamento de El Salvador.

El reclamo del islote 'fue una iniciativa nuestra pero no se ha elevado a discusión del pleno', indicó a la AFP la jefa de fracción del FMLN, Nidia Díaz.

Ante la moción legislativa, la canciller hondureña, M aría Dolores Agüero, envió el 27 de abril a El Salvador una nota en la cual manifestó 'su enfática disconformidad y rechazo' al proyecto 'de incorporar' el islote a territorio salvadoreño.

Agüero añade que Conejo está situado a 'escasos 600 metros del litoral de Honduras', a cuyo territorio se une cuando baja la marea.

La vicecanciller salvadoreña, Liduvina Margarín, respondió que en la sentencia de La Haya 'en ningún momento se discutió Isla Conejo, la cual está y ha estado desde tiempo inmemorial bajo la soberanía de El Salvador, ocupada de forma ilegal y de facto por fuerzas militares de Honduras, por lo que El Salvador reclama y solicita la desocupación inmediata'.

En medio de la controversia, el ministro salvadoreño de Defensa, general David Munguía Payes, dijo a la prensa que la soberanía sobre Conejo se debe resolver por la vía diplomática.

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¿Habrá solución diplomática?
'No actuamos de hecho, cuando hay conflictos hay procesos y si no se puede hacer arreglos políticos a través de la diplomacia, se va a instancias internacionales y ahí se espera que se resuelva', abogó Munguía Payes. Aclaró que no está dispuesto a provocar un nuevo conflicto armado con Honduras.

Una combinación de conflictos migratorios, económicos y fronterizos desataron el 14 de julio de 1969 la 'guerra de las cien horas' o 'guerra del fútbol', llamada así porque coincidió con un enfrentamiento entre ambos países en la eliminatoria rumbo al Mundial de México-70.

Un oficial que negó el permiso a la AFP para desembarcar en el islote argumentó que Conejo es un tema que 'no merece discusión' porque es propiedad de Honduras, y que en El Salvador sale a relucir para exacerbar el nacionalismo en momento de conflictos internos.

Miguel Gómez, director de la Unidad Ambiental de Amapala, localidad hondureña en el golfo, dijo a la AFP que, al estar en poder de Honduras, obliga a El Salvador a dragar para permitir la entrada de barcos al puerto salvadoreño de La Unión por la baja profundidad en la zona.

La soberanía sobre Conejo cambiaría la línea fronteriza imaginaria permitiendo a los barcos de gran calado navegar por aguas profundas sin tener que dragar, según el funcionario.

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