Honduras

Maras y pandillas entrenan a niños para que se vuelvan crueles con sus víctimas

Muchas de las muertes que se registran en el país están relacionadas a la pelea de territorio por la venta de drogas, pues buscan desplazar por la fuerza a la competencia

20.02.2018

Tegucigalpa, Honduras
Los cambios en la conducta, lenguaje, forma de caminar y hasta el corte de cabello, podrían ser señales de que un menor está siendo mal influenciado por miembros de maras y pandillas. Ver especial 'Viviendo entre maras'.

Así lo considera un oficial de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) quien revela que en los últimos 51 días han sido detenidos 170 extorsionadores, entre ellos menores de edad.

“Las maras y pandillas están usando a los menores de edad, los entrenan para que pierdan toda su sensibilidad y se vuelvan personas crueles al momento de atacar a sus víctimas”.

Los voceros de esta institución explicaron que en muchos barrios y colonias, la MS-13 y la pandilla 18 están reclutando a niños y menores porque las penas que se les aplica, luego de ser capturados, son más leves.

Agregan que muchas de las muertes sádicas (como desmembramientos y encostalados) que se registran en el país están relacionadas a la pelea de territorio por la venta de drogas, pues buscan desplazar a la competencia.

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El oficial recomendó a los padres de familia y maestros de las escuelas permanecer atentos de la conducta de los menores para evitar que sean víctimas de estas organizaciones criminales que los reclutan para cobrar una extorsión o venta de droga.

“Deben estar pendiente de sus amistades, el lenguaje que usan, cambio de carácter, el corte de cabello, su forma de caminar, entre otras señales que pueden revelar que el menor está siendo influenciado por personas desconocidas”, aconsejó.

Los Chirizos, una banda conformada por niños
Cambiaron la pelota de fútbol por celulares, pistolas y drogas. Se olvidaron que eran niños y debían estudiar para tener un próspero futuro y buscaron la salida por la puerta fácil, la que conduce a la cárcel o a la muerte.

Eran tan solo unos niños cuando recibían instrucciones de la persona que les proveía alimentos, ropa y hasta protección, si le eran fiel. Su misión era ubicarse en los alrededores de los mercados de Comayagüela, con mayor dedicación en la séptima avenida, en donde tenía su centro de operaciones Héctor, o Juan Portillo, alias “Gato Negro”, quien fue encontrado torturado y asesinado en un sector del municipio de Danlí, departamento de El Paraíso, en abril de 2010.

Los Chirizos tienen una mayoría de integrantes con edades comprendidas entre los 9 y 15 años, comenzaron a operar como banda criminal en 2010, después del asesinato de su protector; sin embargo, las autoridades detectaron su accionar y casi de forma inmediata se produjo la captura de sus cabecillas, siendo estos exintegrantes de la MS-13 y la Mara 18. Y desde entonces se ha continuado con la captura de muchos de sus miembros, entre ellos niños y niñas y muchos jovencitos.

Distribución de las pandillas en Honduras

Con la muerte de Portillo, estos menores quedaron a la deriva, pues se habían acostumbrado a recibir dinero, comida y cierto respeto (más que todo por el miedo que infundían).

Al perder la protección del “Gato Negro”, estos menores decidieron fundar su propia organización denominándola Los Chirizos. Esta agrupación, con presencia en diferentes barrios y colonias del Distrito Central, comenzó a operar en los mercados y colonias aledañas, como la Francisco Morazán, San Martín, 14 de Febrero, la zona de los mercados y el Cementerio General, en donde las autoridades descubrieron varias fosas comunes donde enterraron a sus víctimas. Para tener más poder permitieron el ingreso de exintegrantes de las maras Salvatrucha y la 18.

Los Chirizos no han sido denominados por las autoridades como una mara, sino que siguen siendo una banda criminal, ya que su presencia no se ha extendido a nivel nacional, sino que solo en el Distrito Central. Lea más sobre Los Chirizos

Desmanteladas estructuras
La FNA junto a la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) ha desarticulado estructuras denominadas “clicas” para la pandilla 18 y la “sectores” para la MS-13, evitando el pago de extorsiones de más de un millón de lempiras en lo que va de 2018.

Mientras que en el 2017 se evitó que las maras se agenciaran de más de 49 millones de lempiras.

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