Honduras

Pleito entre Luis Almagro y Juan Jiménez Mayor, casi toca nivel personal

Ambos se 'están dando duro' en cartas y redes sociales, se acusan hasta de corruptos, mientras Honduras está a la expectativa
17.02.2018

Tegucigalpa, Honduras
Las diferencias entre el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el vocero de la Maccih, Juan Jiménez Mayor, se elevaron de tono este sábado hasta verse ya en un conflicto casi personal.

De acuerdo a lo que ellos mismos han revelado, el diálogo siempre fue distante y frío.

La última vez que conversaron fue en agosto de 2017, a juzgar por lo que reveló Jiménez Mayor al evidenciar el nivel de separación entre los dos.

La relación no pareció ir de la mano, pues el mismo Jiménez Mayor dijo que no fue recibido por Almagro a finales del mes enero, cuando salió corriendo del país para ir a quejarse ante su superior por la reforma a la Ley de presupuesto que hizo el Congreso Nacional y que denunció como el “pacto de la impunidad”.

El vocero de la Maccih hizo fuertes denuncias contra los diputados por incluir en el presupuesto una “colita” para indicar que primero es necesario una auditoría de cualquier fondo que manejaran los diputados antes de cualquier acción penal, civil o administrativa.

Esa medida, según Jiménez Mayor, afecta el trabajo de la Maccih y acusó a los diputados de querer blindarse ante una investigación que junto a la fiscalía estaban haciendo contra más de 100 diputados, incluyendo al presidente de la cámara legislativa, Mauricio Oliva.

Jiménez se fue para Washington pero nunca se reunió con Almagro, aunque sí lo hizo con organizaciones no gubernamentales y senadores estadounidenses. El funcionario internacional se mostró contento cuando regresó a Honduras, pero todo parece indicar que solo fue una apariencia porque nunca tuvo su encuentro con su jefe.

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La carta de Almagro
Jiménez Mayor ya venía incómodo y molesto con Almagro porque no lo recibió, pero lo que le afectó fue el tono de la carta que el secretario general le envió al presidente Juan Orlando Hernández ante la complicada situación de Álvaro Colom.

Almagro había designado a Colom como el representante de la OEA ante las mesas del diálogo, pero fue capturado en su país, Guatemala, vinculado a un acto de corrupción.

En la carta le dice al gobierno de Honduras que el diálogo seguirá a cargo del equipo del secretario general y además que esperaba profundizar las reformas para apoyar a la Maccih y lamentaba los pocos logros que hasta el momento había alcanzado.

Este último punto molestó a Jiménez Mayor, porque se sintió aludido y fue un golpe bajo dado por su jefe.

La renuncia
El vocero ya no estaba nada cómodo con Almagro, por su indiferencia y otros hechos internos que él mismo narró con lujo de detalles en la carta de renuncia dirigida al pueblo hondureño.

En el documento evidencia además su inconformidad en su relación con algunas instituciones del Estado de Honduras, en particular con el Congreso Nacional.

Jiménez Mayor, sin embargo, se fue de frente contra Almagro, a quien prácticamente tilda de enaltecer actos irregulares y de corrupción dentro de la Maccih, usando fondos de los cooperantes.

Se refiere muy en particular al hecho de que él pidió la salida de uno de los funcionarios encargados de impulsar la llamada “Ley de política limpia”. Se trata de Jacobo Domínguez, quien para Jiménez Mayor no vino a hacer nada a Honduras y que más bien él tuvo que hacer el trabajo que tenía asignado esa persona.

Lo que le molestó más fue el hecho de que Almagro lo mantuviera en la planilla ganando 10 mil dólares, ya no en Honduras, sino que en Washington.

Es tanto el malestar de Jiménez Mayor que incluso ha tenido que sacar públicamente “emails” internos que cruzó con funcionarios de confianza de Almagro, en los que cuestionaba a Domínguez.

En uno de ellos llega a advertir que se podía venir un escándalo internacional si se dieran cuenta de esta situación.

Almagro no se quedó corto y en una larga carta que responde a los puntos cuestionados por Jiménez Mayor no sólo aclara sobre ellos sino que también acusa al vocero de la Maccih de actos irregulares administrativos.

El secretario general de la OEA dice que tuvo que mandar inspectores de Washington para indagar y que está a la espera de los informes sobre estos actos irregulares cometidos por Jiménez Mayor.

En todo caso, se trata de un pleito que se elevó de tono y que se volvió casi personal, dejando una imagen lastrada no solo de Almagro, sino de la OEA y de la propia Maccih, entidad en la que los hondureños han confiado para que ayude a limpiar de la corrupción a las instituciones del país.

Lo que algunos temieron, un conflicto abierto entre Jiménez Mayor y funcionarios y políticos de Honduras, al final no se dio; sino que entre subordinado y jefe, entre Maccih y OEA. Algo inimaginable.