Honduras

La Orquesta Campesina, patrimonio de Choluteca

La agrupación es un referente de la música local, llevando la cultura del municipio a diferentes partes del mundo a través de la presentación de cuadros folclóricos. Historiadores exigen mayor apoyo del gobierno central

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05.01.2018

Choluteca, Honduras
Su música no solo es el reflejo de las costumbres de sus aldeas y caseríos, es el ejemplo más claro del orgullo que sienten de ser cholutecanos.

Las piezas musicales que interpretan, la mayoría de su autoría, convierten a la Orquesta Campesina en un patrimonio cultural de Choluteca.

Las melodías compuestas por estos autodidactas traspasan las fronteras patrias cuando son utilizadas por los cuadros de danza folclórica en las diferentes presentaciones internacionales que realizan.

Legado
Muchos no aprecian las tonadas que se desprenden de los violines, las guitarras y los acordeones, y no valoran que son parte de nuestras tradiciones. Poco sabemos los cholutecanos sobre la riqueza cultural y musical que ha forjado nuestra historia.

La Orquesta Campesina de Choluteca nos deleita con su peculiar música desde hace más de seis décadas, pero tomó notoriedad hace 30 años con la incorporación de la agrupación a las tradicionales bodas campesinas, actividad que se desarrolla cada diciembre en el marco de las festividades patronales de la comunidad.

La conformación de la agrupación fue responsabilidad del Padre Jesús Valladares (QDDG), quien en un intento por rescatar las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos la convirtió en un imprescindible durante el Festival Internacional de las Culturas (FIC).

Uno de los pioneros de la orquesta es Anastasio Molina, oriundo del municipio de Pespire y actual director de la agrupación.

Molina recuerda con jocosidad y un tanto de nostalgia cómo se conformó la orquesta y los retos que han ido sorteando en el camino, ya que sus 32 integrantes provenían de múltiples lugares del departamento.

“La primera vez que el padre Jesús nos reunió para tocar lo que no hicimos fue interpretar una melodía, estábamos completamente perdidos, nadie se conocía y nunca habíamos tocado juntos, por ende la desconexión era más que evidente”, recordó el músico.

Pese a que no existía una armonización entre los miembros de la orquesta, en el año 1992 todos estuvieron de acuerdo en participar en el programa radial “El Descocido”, que se transmite cada sábado a las 5:00 PM a través de radio Valle.

“Era un completo ‘descocido’ el que hacíamos en la radio, todos tocábamos por un lado y por el otro, pero siempre transmitíamos el programa”, comentó Molina entre risas.

También rememoró el momento en el que le pidió al padre Jesús que les diera una segunda oportunidad y que les permitiera practicar una vez a la semana antes de realizar su primera presentación en público.

“Todos nos pusimos de acuerdo y el requisito para el que quería formar parte de la orquesta es que debía traer una pieza autóctona para unir todos esos conocimientos y crear una canción, ya que la mayoría podíamos tocar instrumentos musicales”, comentó el señor.

Esa segunda reunión definió con claridad el futuro de la agrupación, ya que de allí surgió la primera canción que luego interpretarían en la boda campesina que se realizó en el año 1997.

Luego de que lograran armonizar sus sentimientos e instrumentos, el padre Jesús decidió nombrar a Anastasio Molina como el director de la orquesta.

El cargo no ha sido nada fácil para él, ya que ha enfrentado varias crisis, tales como la falta de recursos económicos para dotar a los integrantes de los insumos necesarios para las presentaciones.

“En una ocasión se nos donaron instrumentos de segunda mano, los cuales por el uso se dañaron y ahora cada miembro de la orquesta debe elaborar su propia herramienta musical para lograr participar”, lamentó el entrevistado.

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Ayuda
Para el maestro Óscar Guevara, ayudar a la Orquesta Campesina en su sostenimiento es esencial para que esta costumbre local no desaparezca, ya que sus miembros realizan las presentaciones ad honórem.

“Los diputados del Congreso Nacional deberían unirse y buscar la manera de apoyar a la orquesta a fin de que puedan realizar presentaciones a nivel nacional e internacional, y así destacar la cultura que tenemos en Choluteca”, dijo el docente.

Según lo declarado por Guevara, la municipalidad trató de ayudar al grupo, pero es muy difícil mantener un apoyo constante.

“La orquesta es un patrimonio. Así como lo son los edificios coloniales, también lo es nuestra música”, aseguró el docente.

Los conocimientos adquiridos por los compositores deben llegar a los centros educativos y crear el sentimiento de identidad con apoyo de la agrupación.

“Qué lindo sería que en los hogares cholutecanos podamos disponer de un CD con esta música tan nuestra, tan llena de historia, pero sobre todo de identidad propia”, señaló el entrevistado.

Herencia
El paso de los años no ha sido en vano, si bien les ha permitido adquirir experiencia, también los ha golpeado con el fallecimiento de varios de los músicos.

De los 32 que conformaron originalmente la orquesta, actualmente solo 18 continúan aportando ese legado musical a las nuevas generaciones.

Con dos décadas de trayectoria en el grupo, José Ismael Mondragón, de 73 años, ahora se dedica a enseñarles a sus pequeños nietos las bondades del acordeón.

“Es nuestro deber como músicos, y en especial en este tipo de música, traspasarla a las nuevas generaciones, porque nosotros vamos de salida y ellos son los que deberán continuar con estas costumbres”, concluyó.