Tegucigalpa, Honduras
Honduras los vio partir a otros países en busca de una mejor oportunidad. Son cientos de miles los hondureños alrededor del mundo y de ellos cerca de 51 mil tendrán voz a través de su derecho al sufragio en estas elecciones generales de 2017.
Estados Unidos posee la mayor población de migrantes hondureños con 853,016 personas, según datos de American Community Survey (Cancillería de Honduras calcula más de un millón sin especificar un censo real).
Está aglomeración de migrantes en el país del norte abrió las puertas para que hasta la fecha sean los únicos que puedan gozar del decreto legislativo número 72-2001 que les permite ejercer el sufragio, aunque esta ley aprobada en 2001 es en general para todos los hondureños que viven en el extranjero.
Datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras apuntan que los seis países donde se concentra la mayoría de hondureños son: Estados Unidos, España, Canadá, México, Belice e Italia. En todos estos países y en los demás donde radican hondureños legales e indocumentados hay una fuerte expectativa de cara a las próximas elecciones.
Representación en el CN
Los primeros en tomar la palabra son los hondureños en Estados Unidos. Allí los connacionales residen, mayoritariamente, en 12 estados: California, Florida, Luisiana, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Texas, Virginia, Georgia, Tennessee, Maryland y Massachusetts.
En ese sentido, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) destinó 26 urnas diseminadas en siete de esos estados para que los hondureños puedan votar.
Experiencias anteriores apuntan que al final a la urnas no llegan más de cinco mil personas.
Según Rommel Salgado, líder de los Olanchanos Unidos, es por la poca credibilidad que mantienen los migrantes en los políticos hondureños, de los cuales se consideran olvidados. Ahí surge la primera expectativa: “necesitamos que nos den representación en el Congreso Nacional, tenemos una gran población que desea ser atendida”, mencionó. Además piden mayor acercamiento de parte de las autoridades hondureñas en los consulados.
En ese sentido, Francisco Portillo, presidente de la Asociación Francisco Morazán, solicitó que sean personas radicas en Estados Unidos las que atiendan los consulados, pues “traen personas que no conocen la realidad nacional”. La petición de los migrantes tiene peso pues representan un aporte económico para Honduras con sus remesas. Al 2 de noviembre del presente año, la cifra recibida en concepto de remesas ronda los 3,740 millones de dólares y supera en 458 millones de dólares a los 3,281 millones de dólares que se recibieron a la misma fecha de 2016.
Portillo considera que aunque hay un mayor acercamiento de parte de las autoridades aun falta más. Este acercamiento se fortaleció con la lucha que entabló Honduras con los 56,790 hondureños amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS) que recibieron una extensión de seis meses más para abandonar Estados Unidos.
Ahí radica otra preocupación pues el gobierno entrante deberá continuar la lucha para que exista una reforma migratoria integral que incluya estas personas que tienen más de 20 años de vivir en Estados Unidos y tienen hasta el 5 de julio de 2018 con un permiso de estadía.
Los soñadores hondureños (dreamers) son otros que mantienen una fuerte expectativa pues aunque la decisión de su futuro está en manos de Estados Unidos, el gobierno de Honduras puede abogar por ellos mediante el Congreso de esa nación.
También existe la solicitud de levantar un censo mediante el Registro Nacional de las Personas (RNP) para identificar a miles de hondureños en Estados Unidos, unas oficinas que sea permanentes en las ciudades donde hay más hondureños.
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Al otro lado del océano Atlántico, en España, otro grupo de hondureños crece de manera apresurada. Estimaciones de Cancillería apuntan que ahí radican más de 60 mil hondureños. Cataluña es hasta el momento la zona con mayor concentración y la que más incertidumbre tiene por el tema de la independencia.
Desde ahí, Rina Cerna, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Hondureños en Cataluña, alza la voz, pues pese a estar lejos de Honduras el deseo de votar estas elecciones se mantiene intacto. “Solo el hecho de que sea un derecho motiva a querer ejecutarlo”. Conocedora de la población radicada en aquel país, mencionó que los hondureños mantienen sus raíces intactas, aunque no estaría mal un mayor apoyo a las actividades culturales.
Como en Estados Unidos, considera que debería existir un mayor acercamiento a las comunidades. Citó un ejemplo claro el permiso de conducir. Su petición es que sea como el proceso que hacen los demás inmigrantes de otros países: “Validan el permiso de su país, nosotros los hondureños no podemos hacer eso y pagamos 2,000 euros”, comentó.
Este tipo de beneficios son negociaciones entre países para hacerles la vida más sencilla y sentirse que velan por ellos desde Honduras. Al igual que en Estados Unidos en España hay calamidad en hogares de hondureños por enfermedad y pobreza y el gobierno de Honduras debería ayudar.
De manera general, donde vivan hondureños habrá expectativa en esta próximas elecciones. Por su aporte al país y por ser hijos de Honduras solicitan ser tomados más en cuenta y que se generen leyes y negociaciones con otros países que los beneficien.
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