Honduras

Luis Hernández, el periodista olanchano que se abre paso en la comunicación sin poder ver

Un golpe de suerte y manos amigas lo trajeron a la ciudad con la intención de salir adelante. Su tenacidad, forjada con el paso de los años, le dio fuerza para estudiar hasta del punto de casi obtener un título universitario y hacer trabajos periodísticos en el despacho de Educación

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11.11.2017

Tegucigalpa, Honduras
Nació sin la bendición de poder ver el rostro de su madre, mucho menos el alba de cada día, pero nació con un corazón de lucha, para superar los valladares que estaban por venir en su vida.

Su nombre es Luis Carlos Hernández Oliva. Hermano mayor de los cinco hijos que procrearon don Luis Ramón Hernández y doña Eva Marina Oliva en su natal aldea Toro Muerto, municipio de San Esteban, en el mítico departamento de Olancho.

Desde niño su vida no fue color de rosa, vino al mundo sin la dicha de poder ver.

Esta condición le impidió tener una vida normal y desarrollarse con la naturalidad que lo hacían los demás niños de Toro Muerto.

Pero la vida le tenía preparado algo distinto y, cuando estaba a punto de cumplir los 14 años, literalmente, una luz brillaría en su camino.

“Mi papá y unas amigas de la familia, Kenia Crozzer y Waleska Ramos, me dieron la oportunidad de venir a Tegucigalpa para poder estudiar”, cuenta Luis Carlos.

Sin haber salido nada más que al casco urbano del municipio de San Esteban, todo el mundo exterior era totalmente desconocido para Luis.

“A los 14 años me trasladé a Tegucigalpa y me matricularon en primer grado en la Escuela para Ciegos Pilar Salinas, ahí hice mis primeros pininos”, recordó con cierta nostalgia.

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Luis redacta las noticias que emiten los medios radiales y que estén relacionadas con la Secretaría de Educación.

Luis redacta las noticias que emiten los medios radiales y que estén relacionadas con la Secretaría de Educación.

Un mundo nuevo
Llegar a la ciudad, siendo prácticamente un niño, sin conocer los lugares por dónde caminar, qué bus tomaría para desplazarse de un lugar a otro, fue como vivir en un mundo nuevo para Luis.

“Mi mamá no quería que saliera de la casa e ingresara a la escuela. Era una decisión complicada porque ellos se ponían a pensar que con mi limitación visual cómo me iba a trasladar por la ciudad, los obstáculos, los automóviles y todo los demás”.

Con buen suceso y notas que lo colocaron en excelencia académica de la Escuela Pilar Salinas, Luis Carlos se graduó de la primaria y su mirada ahora estaba centrada en el colegio.

Mediante una beca otorgada por la Fundación Franciscana para Nuestros Hermanos logró ingresar al Instituto San Francisco, donde cursó el ciclo común y luego decidió estudiar bachillerato en Ciencias y Letras. Reto que también pudo superar con creces.

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Redacta las noticias relacionadas con la Secretaría de Educación mediante un programa llamado Jaws.

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Estudiante brillante
Pero sus ganas de salir adelante y sobresalir en un mundo donde la mayoría le lleva cierta ventaja, no se quedarían ahí.

A sus 22 años, la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, le esperaba.

Sin pensarlo dos veces realizó el examen de admisión y en la actualidad está a escasos meses de graduarse de licenciado en periodismo, carrera que ahora es su pasión.

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Pero su vida no solo está llena de logros académicos. Luis ha incursionado en el deporte; en las disciplinas de atletismo participó en los Juegos Panamericanos en 2007 de Brasil (medalla de bronce) y los Paralímpicos de Beijing, en 2008 (lugar 16).

Su dedicación en los estudios lo han llevado a convertirse en un estudiante de excelencia académica, actualmente tiene un índice global de 86%. Además, labora en la unidad de comunicación y prensa de la Secretaría de Educación, donde redacta muchas notas.