Honduras

Más de 10,900 armas se han decomisado al crimen organizado

Las armas ilegales y comerciales, así como fuertes cantidades de municiones, siguen llegando a las manos del narcotráfico y de las maras y pandillas del país
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09.11.2017

Tegucigalpa, Honduras
La artillería de los criminales se está volviendo cada vez más potente.

En los barrios y colonias del país los pandilleros están portando fusiles de alto poder, armas automáticas y granadas. Debido a eso, el Estado de Honduras no cesa su combate a la criminalidad y arrecia los operativos.

La existencia de esa artillería en poder de grupos del crimen organizado, maras y pandillas, narcotraficantes y extorsionadores lo confirman los constantes decomisos de armas de fuego.

Informes de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) en poder de EL HERALDO revelan que en menos de cuatro años se han decomisado 10,984 armas de fuego.

La mayor preocupación de las autoridades es que entre esa cantidad de armas, más de 1,200 son fusiles de asalto o de guerra.

En promedio, al año se decomisan alrededor de 400 fusiles de diferentes calibres, capaces de perforar blindajes.

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Decomisos
En lo que va de 2017, unas 2,609 armas que circulan de forma ilegal se han decomisado en el país, de estas, 337 son fusiles de guerra.

El AK-47 o “cuerno de chivo”, como le llaman los criminales, es su arma predilecta, ya que en lo que va del año, Fusina reporta 83 requisadas a nivel nacional.

Según expertos, el AK-47 es el arma de fuego de mayor producción de la historia, con cerca de 80 millones de unidades en todo el mundo.

Los fusiles Galil, que son los utilizados por la Policía Nacional, están dentro de los más quitados, así como los AR-15, el FAL, las subametralladoras y el fusil Beretta.

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Mientras que entre las armas cortas, la pistola 9 milímetros es la que mayor circulación ilegal reporta en Honduras.

Hasta el cierre de octubre, Fusina cuantificó el decomiso de 858 pistolas de distintas marcas y estilos.

Asimismo, están las pistolas calibre 45, las 38 y 22, que suman más de 1,400 en total durante este año.

Para el cierre del año 2016, las armas incautadas y quitadas a los criminales sumaron 2,745.

A la circulación ilegal de armas se adhiere el ingreso irregular de municiones de todos los calibres, que hasta se venden sin control a nivel nacional.

El reporte de Fusina, proporcionado a EL HERALDO, revela que 150,268 proyectiles de diverso calibre han logrado sacar de circulación.

La tendencia, según las autoridades, hasta el momento, es que el año cerrará con las mismas cifras, situación que demuestra que el tráfico de armas está activo.

Foto: El Heraldo

El coronel Santos Nolasco, vocero de Fusina, declaró a EL HERALDO que uno de los principales objetivos es decomisar todas las armas que circulan de manera ilegal en el país, porque con estas se cometen alrededor del 80% de las muertes violentas.

Una de las principales causas de detención a nivel nacional es la tenencia o portación ilegal de armas de fuego; en 2017 son 1,433 personas acusadas por este delito.

El vocero de Fusina dijo a EL HERALDO que el decomiso de armas mantiene las mismas cifras, anuales, porque hay días que se disparan los decomisos.

Los departamentos donde más armas se han requerido en los últimos años son Francisco Morazán, Cortés y Atlántida, y en menos cantidades en el resto del país.

Tráfico
Al igual que en otros países del mundo, en Honduras el tráfico de armas significa fuertes cantidades de dinero y, así como la droga, utilizan los puntos ciegos para introducirse.

Expertos consultados por EL HERALDO estiman que el 50% de las armas de guerra y comerciales, así como las municiones que entran a Honduras, proceden de Estados Unidos, México y Guatemala.

El resto viene de Suramérica, de países como Colombia donde predominan las guerrillas, igual que de Venezuela, Perú y de Brasil donde se fabrica este tipo de artefactos.

Los cargamentos entran por los puertos, en contenedores por las diferentes aduanas, por puntos ciegos y hasta en avionetas que aterrizan en pistas clandestinas en el territorio nacional.

“Al país ingresan diversos tipos de armas entre AR-15 y AK-47 procedentes de otros países donde son de uso comercial y al entrar a Honduras se convierten en ilegales”, precisó Nolasco.

El general en condición de retiro y experto en temas de seguridad, Luis Alonso Maldonado Galeas, indicó que mucho del armamento que está en manos de los criminales es parte de las pérdidas que se han dado en las Fuerzas Armadas (FF AA) y en la Policía Nacional.

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No obstante, el crimen organizado y los carteles de la droga tienen sus propios arsenales y mecanismos de obtención y tráfico de armas, las que son difíciles de controlar porque están bien articulados.

Maldonado Galeas consideró que el decomiso de más de 2,500 armas por año es alarmante.

La tenencia de este arsenal permite que las estructuras criminales ejerzan control territorial de las zonas donde tienen ingerencia.

Fuentes consultadas por EL HERALDO estimaron que en el país circulan cerca de un millón de armas ilegales, es decir, el doble de las que están registradas, que superan las 400 mil.

La circulación de armas ilegales y no registrarse forman parte de la inseguridad que se vive en los barrios y colonias o zonas alejadas, provocando que la gente viva a merced de los delincuentes.

Maldonado Galeas apuntó que el problema es que hay muchos policías delincuentes que siguen infiltrados en las organizaciones de seguridad del Estado y se vuelven cómplices de quienes poseen armas de forma irregular.

Fuentes de la Dirección General de Medicina Forense (DGMF) del Ministerio Público (MP) informaron que solo a nivel central se analizan unas 190 armas homicidas por mes.

Alrededor del 80% de las armas que llegan a la DGMF son comerciales, pero no están registradas, es decir que no existe registro balístico y eso vuelve más difícil la investigación.

El último informe del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) señala que las armas de fuego siguen siendo el instrumento de muerte homicida de mayor uso en el país.

Hasta junio recién pasado, el comportamiento de muertes homicidas por armas de fuego era igual al del año anterior, con 1,452 víctimas, es decir, el 71.6% del total.

Mientras que en 2016, en el mismo período de tiempo, el 75.7% del total de homicidios se cometieron con una arma de fuego.

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