Talanga, Honduras
Su sueño era ser miembro de la Policía Nacional y para verlo convertido en realidad se sometió a exámenes y pruebas físicas que superó con creces; sin embargo, la vida le jugó una mala pasada.
La joven Dulce Raquel Ordóñez Nájera, de 16 años de edad, estudiante del primer año de Bachillerato en Humanidades en el Instituto Manuel Zelaya, de Talanga, Francisco Morazán, falleció la madrugada del pasado martes.
La estudiante fue atropellada por un vehículo que circulaba por la carretera a Olancho.
La tragedia ocurrió cuando Dulce Raquel se bajó del bus al regresar de sus clases y al intentar cruzar la calle en la comunidad de Las Flores fue impactada por el conductor del vehículo, quien fue identificado como Julián Irías.
El conductor del vehículo que provocó el accidente permaneció detenido por la Policía por espacio de seis horas y luego lo dejaron en libertad, según informaron los familiares de la fallecida.
Deceso
Wendy Nájera Morales, madre de la desafortunada estudiante, detalló que su hija era la mayor de un total de cuatro.
Ella falleció a las 2:00 de la madrugada del martes ya que presentaba fuertes golpes en diferentes partes del cuerpo.
“Mi hija estaba estudiando el primer año de Humanidades y se había sometido a los exámenes y pruebas para ingresar a la Policía, pues ese era uno de sus sueños, pero me le quitaron la vida”, lamentó Nájera Morales.
“Yo perdono en el nombre de Jesús a quien le provocó la muerte a mi hija, pero se le debe aplicar la ley para que se haga responsable y que tenga conciencia de que mató a mi hija”, dijo la acongojada madre.
“No es posible que el responsable de haberla atropellado diga que mi hija tuvo la culpa si él iba a alta velocidad, eso no es posible, pero yo lo perdono”, repitió.
El cadáver de Dulce Raquel Ordóñez fue velado la mañana de este miércoles en la Iglesia Evangélica Jesucristo Pentecostés de Las Flores, en el kilómetro 23 de la carretera que de Tegucigalpa conduce a Olancho.
