Honduras

Discrepancias coloradas

21.07.2017

Se ha visto muy mal el pleito público entre Gabriela Núñez y Luis Zelaya. El Partido Liberal lo menos que necesita son estos roces y discrepancias entre sus máximos líderes.

A esta fuerza política le urge recuperarse electoralmente en el mes de noviembre, de lo contrario la inercia de las derrotas continuas lo pueden arrastrar a un abismo sin retorno. A la gente no le gustan los perdedores y los liberales se están mal acostumbrando a perder.

Concuerdo con Zelaya en que un precandidato que pierde en las elecciones primarias no tiene por qué subirse a las planillas para las generales, no se ganó ese derecho. Esta ha sido una práctica antidemocrática en varios partidos, incluso en la Alianza Opositora. No tienen sentido las elecciones primarias si los que pierden no aceptan la derrota.

Sin embargo, Zelaya ha actuado como niño malcriado, no manejó bien la situación, innecesariamente exhibió públicamente a la diputada Núñez, que le guste o no ella es una líder de prestigio y respeto dentro de su instituto político.

Decir que “ha jugado potras con menos jugadores”, además de ejemplo tonto, saca a flote la arrogancia del candidato presidencial.

Una característica de todo líder es la sabiduría, la tolerancia y comprensión, en lugar de confrontar busca conciliar. En este caso puntual, el exrector no ha dado muestras de ser líder.

Estas diferencias se resuelven dialogando, en la intimidad del partido, publicitarlas les hace mucho daño a los colorados, desalienta y espanta al voto independiente o indeciso que pudiera favorecerlos. El perjudicado no es Zelaya ni Núñez, sino que el Partido Liberal, que en noviembre requiere salir al menos en segundo lugar, para evitar lo que antes señalé.

La conducta de Luis Zelaya en algo se asemeja a la de Salvador Nasralla, hablan o actúan sin meditar serenamente las consecuencias de sus actos, ambos no están acostumbrados al ámbito político, quieren cambiar el mundo en un día, lamentablemente eso es imposible, es más fácil que ellos se cansen a que logren su cometido mesiánico.