Honduras

Jóvenes impulsan el arte a través del voluntariado en Honduras

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07.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
El voluntariado cultural en Honduras es un campo difícil de sostener, pero desde hace nueve años Mujeres en las Artes Leticia de Oyuela (Mua) ha dedicado parte de sus esfuerzos a fortalecer esta actividad a través del programa Educa.

El voluntariado es el trabajo que realizan las personas para servir a la comunidad y por el cual no se recibe ninguna paga, no es una tarea fácil desarrollarlo en un país como Honduras, con altos niveles de pobreza.

Pero esto no ha sido impedimento para que Mua realice su programa de voluntariado cultural, formando a los jóvenes para ayudar a otros.

La retribución es espiritual, porque el aprendizaje y las experiencias son lo más valioso en un espacio donde las personas se despojan del interés por su propio beneficio para pensar más en los demás.

Este grupo de jóvenes que han dicho sí al llamado de la asociación cultural comparten el deseo de transmitir sus conocimientos con entusiasmo y dinamismo, dedicándole tiempo y esfuerzo a las actividades que desarrolla Mua en la capital hondureña.

El programa Educa surgió a partir de la Bienal de Artes Visuales de Honduras, organizada por Mua, y actualmente es el que mayor apoyo brinda a otra iniciativa de esta institución: Educar a Través del Arte, un programa que nació en 2013 y que se desarrolla en siete escuelas del centro histórico de Tegucigalpa, beneficiando a casi tres mil niños y niñas a quienes se les estimulan las capacidades y habilidades artísticas.

Julio 2017

Hasta el 13 de este mes se recibirá la
información de los interesados en formar
parte del programa Educa. Pueden enviar
sus datos jóvenes estudiantes
universitarios y/o profesionales que
trabajen, pero que cuenten con
disponibilidad de tiempo.

Los voluntarios son quienes apoyan los talleres de arte que se realizan en los centros educativos y les enseñan a los niños los principios básicos y técnicas de pintura.

Educa y Educar a Través del Arte son dos proyectos desde los cuales se forma público.

El primero capacita a jóvenes que con el tiempo van teniendo un mayor acercamiento al arte, y que luego de salir del programa se unen a colectivos de arte, desarrollan sus propios proyectos o apoyan con sus capacidades otras iniciativas.

Mientras que el segundo forma a niños, propiciando no solo el aprendizaje de la pintura, el dibujo, la danza, el teatro o la literatura, sino también la apreciación de las obras de artistas nacionales, puesto que las actividades se desarrollan en las escuelas y museos.

Una labor de mucho alcance

Para Mua, que tiene una plantilla de empleados reducida, contar con la labor de voluntarios es fundamental para el desarrollo de sus propuestas.

Por ejemplo, Educar a Través del Arte tiene varios componentes: los talleres creativos, la Feria Escolar del Patrimonio, la visita a espacios culturales y el Megataller Pintando Tegucigalpa; en todos el trabajo de los voluntarios es esencial, puesto que son ellos quienes apoyan a los facilitadores y organizadores en la puesta en marcha de las actividades.

Mientras miles de jóvenes de la capital dedican su tiempo libre a jugar o ver televisión, ellos invierten su tiempo en actividades que generan un impacto en la sociedad.

Los voluntarios acompañan a los niños en sus visitas a museos y galerías de la capital.

Los voluntarios acompañan a los niños en sus visitas a museos y galerías de la capital.

Experiencias

Javier Palacios es un joven que es parte de este voluntariado cultural y ya lleva tres años instruyendo a personas en expresiones artísticas visuales para fomentar esas habilidades.

“Ser voluntario es de las experiencias más lindas que pueden haber. Esa satisfacción de trabajar con niños, de saber que estás haciendo un cambio por el futuro del país es muy importante”, expresó.

El estudiante universitario recordó el caso de un infante introvertido de la Escuela Manuel Soto, que logró cambiar su vida gracias al arte cuando se llevaron a cabo talleres creativos en 2015.

“Para los últimos tres talleres que dimos era el niño más animado del salón, al que más le gustaba pintar, se apreciaba este cambio”, relató Palacios, y agregó que “haciendo esto como voluntarios creamos vivencias futuras para los niños y nosotros mismos”.

Aunque Jennifer Soto ha participado en otros proyectos de voluntariado, prefirió quedarse en Educa debido a la constante capacitación y apoyo que se recibe por parte de Mua.

“Ha sido bastante interesante la evolución porque me ha permitido desenvolverme, descubriendo nuevas cosas de mí”, indicó con una sonrisa en su rostro.

A corto plazo, la joven aseguró que continuará como voluntaria para seguir influenciando de forma positiva en la niñez hondureña con el conocimiento artístico adquirido.

Educa no solo es un programa, es una familia, con la que los jóvenes comparten horas durante meses, y con la que se celebran los logros alcanzados en cada actividad.

“Desde el primer momento me gustó ser voluntaria, no solo por el hecho de trabajar con niños, sino porque en Mua nos han hecho sentir como una familia”, señaló Zury Garay, quien confesó que una de las motivaciones para formar parte de este voluntariado cultural fue la falta de un facilitador que le diera lecciones de pintura durante su niñez.

“Es importante fomentar el arte porque cambia las actitudes de los pequeños, les da una visión de lo que quieren ser y de las posibilidades que pueden tener”, apuntó la joven.

La misma Verónica Romero, coordinadora del programa Educar a Través del Arte, comenzó como voluntaria de Mua. “Estamos esperando que se nos unan más jóvenes, este voluntariado es también de compartir”, dijo Romero.

El pequeño grupo de facilitadores abordado por EL HERALDO coincidió en que es necesario romper los prejuicios existentes en la sociedad hondureña, que ve el arte como un pasatiempo y no como una forma de desarrollo social y de vida.

Actualmente Educa convoca a jóvenes de 18 y 35 años, pero tiene visualizado involucrar a adultos mayores, para que esta sea una plataforma intergeneracional.

Un nuevo proyecto de voluntarios de esta asociación civil se contempla para los próximos meses en doce municipios bajo el respaldo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET).

Educa se sostiene por la autogestión, porque como se mencionó al inicio, los jóvenes no reciben una retribución económica.

Educar a través del arte se mantiene gracias a los patrocinios de empresas, el apoyo de artistas que también son voluntarios y el esfuerzo de los jóvenes de Educa.

“Experiencia de Educa ha sido considerada por otras instituciones”

La experiencia del programa de voluntariado cultural Educa está siendo considerada como propuesta para que sea impulsada por otras instituciones.

Así lo enfatizó la directora de la asociación Mujeres en las Artes Leticia de Oyuela (Mua), América Mejía, quien afirmó que “nuestra experiencia desde nuestro voluntariado cultural está siendo retomada como una propuesta para poder ser impulsada por otras instituciones”.

La iniciativa, que surgió en 2008, se ha sostenido como una prioridad en la asociación, por lo que ya está dando sus frutos, manifestó. La también gestora cultural consideró que “la experiencia más motivante para nosotros es ver cómo jóvenes se comprometen a querer trabajar con la niñez, se ve en su espíritu y emoción”.

El programa de voluntariado ya ha recibido un reconocimiento de parte de la red Honduras Voluntaria en el campo de la educación, resaltó.

Mejía reiteró que Educa ha tenido un buen nivel de receptividad, siendo la continua innovación uno de los principales retos.