Honduras

Los embajadores de Estados Unidos y su sello de la política americana en Honduras

Al menos 48 embajadores de EE UU han desfilado en las tierras

hondureñas. Destacamos los diplomáticos de la era democrática

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04.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
¡Fin de una era, que comience otra! Honduras se prepara para recibir el nuevo embajador de los Estados Unidos, luego de que el explenipotenciario James Nealon dijera adiós a estas tierras, donde estuvo por tres años.

Condecorado con el reconcomiendo Gran Cruz con Placa de Oro y Pergamino Especial por parte del Congreso Nacional, Nealon se montó en un avión junto a su esposa el pasado 11 de junio, dejando la incertidumbre sobre quién será el nuevo representante de Washington en Honduras.

A través de la historia, nuestra nación ha tenido diversos diplomáticos estadounidenses que han jugado papeles importante, en tanto, otros han sido tildados de intervencionistas o violadores de los derechos humanos y causantes de crisis políticas, sin embargo, nada de esto ha sido confirmado.

La lista de diplomáticos en Honduras es grande -48, para ser exactos, según registros oficiales de Estados Unidos-, sin embargo, vamos a recordar a los que han estado a partir del año de 1981, junto a un breve perfil de su vida y cómo su estadía marcó este país centroamericano.

John Negroponte (1981-1985)
El tiempo nos lleva a la fecha del 11 de noviembre de 1981 y nos recuerda el nombre de John Dimitri Negroponte, un hombre de poco pelo en su cabeza, alto, sonriente y todo un políglota, con un perfil envidiable, pero temeroso para muchos países.

De acuerdo a su hoja de vida, Negroponte ingresó a la CIA siendo destinado a Vietnam en donde se coloca a cargo del Programa Phoenix. Fue consejero político en Saigón en 1964. De 1971 a 1973, Negroponte fue el oficial a cargo del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) para la sección encargada de Vietnam. Participa por otra parte en las negociaciones de los acuerdos de París en 1973 junto con Henry A. Kissinger.

Sin embargo, su paso por Honduras fue cuestionado y muchos grupos lo acusaron de ser uno de los principales responsables del entrenamiento del reconocido batallón 316, comando que fue señalado de secuestrar, torturar, asesinar y enterrar a cientos de personas en los años 80. Además de ser señalado de dirigir las operaciones paralimitares de los “Contras” de forma encubierta para contener la revolución de Nicaragua. En Honduras estuvo hasta el 30 de mayo de 1985.

El influyente diario The New York Times consigna en un reportaje sobre prácticas de tortura en Honduras que en esta época oscura de los 80 “los estadounidenses parecen haber ayudado a organizar una máquina de inteligencia del ejército que no podían controlar, o tal vez no querían controlar”, aunque hace la salvedad que Negroponte dijo que siempre trató de fomentar el respeto a los derechos humanos y se opuso a crueles abusos.

James F. Creagan y Everett Ellis Briggs fueron dos de los diplomáticos en Honduras de la era democrática.
John Arthur Ferch (1985-1986)
En los archivos casi no hay rastro del que fuera de 1985 a 1986 embajador de Estados Unidos en Honduras. Los datos personales de diplomático John Arthur Ferch son escasos y una vieja fotografía es lo único que queda.

Nombrado de forma sorpresiva por el presidente estadounidense Ronald Reagan para sustituir a John Negroponte, Ferch apenas estuvo en Honduras 11 meses, pero lo suficiente para heredar el conflicto de los “Contras” y asimilar el juego geopolítico de la época en el istmo.

Podríamos relacionarnos con los Contras y escuchar lo que tenían que decir sobre los movimientos de tropas, etc., pero no planificamos su guerra, no les suministramos”, dijo en una extensa entrevista concedida a otro colega de la diplomacia.

En la época de Ferch fue que se reconoció de forma pública que Honduras era la base de los “Contras” y el entonces embajador dejó entrever que no comprender ese conflicto le habría costado el cargo y el fin de su carrera en el servicio exterior estadounidense.

“Yo fui allí abajo pensando que mi responsabilidad era mantener mis manos fuera de “los Contras” en cada forma y que el jefe de la estación realizaría la función de tomar su información. Podría conocerlos, pero comprendí que no tenía ninguna razón para conocerlos. Comprendí que no tenía ningún papel operativo con los Contras”, recordó.

Pero la realidad era otra: “Ciertamente no entendía nada de lo importante que era este programa secreto de los 'Contra'. No me di cuenta de que era el centro de nuestra política en Centroamérica”.

Negarse a apoyar las intenciones reeleccionistas de Roberto Suazo Córdova terminaron de empantanar las relaciones entre EE UU y la clase política de Honduras en ese tiempo. Consulta aquí la entrevista completa en inglés.

Everett Ellis Briggs
También es parte de la lista de embajadores en Honduras. Ellis Briggs llegó al país el 4 de noviembre de 1986 y se fue el 15 de junio de 1989. Su paso por nuestras tierras no dejó de ser significativo, según registros de la época.

48

Embajadores de Estados Unidos
han realizado sus servicios
en Honduras

Aunque Briggs estuvo en el ocaso de “los Contras”, también vivió conflictos diplomáticos álgidos relacionados con los movimientos revolucionarios en Nicaragua. En 1988 se conoció que Estados Unidos planeaba enviar tropas de combate a Honduras, por lo que el diplomático y el presidente de ese entonces, José Simón Azcona Hoyo, salieron de forma conjunta a cortar las especulaciones.

Azcona dijo, para calmar los cuestionamientos, que Honduras había enviado una solicitud para recibir apoyo militar estadounidense en respuesta a provocaciones en la frontera con Nicaragua.

Vale recordar que Ellis Briggs, además de Honduras, también fue embajador de los Estados Unidos en Panamá y Portugal, sin embargo, se retiró del servicio exterior en septiembre de 1993, después de una carrera gubernamental de 37 años.

Lo último que se sabe de él fue que le solicitó al presidente Donald Trump revertir la política “ilegal” de Obama sobre Cuba.

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Cresencio S. Arcos, Jr
El 29 de enero de 1990 a Honduras llegó un nuevo embajador, quien fue identificado como Cresencio S. Arcos Jr., muy recordado por esta polémica frase: “En Honduras, la justicia es una serpiente que sólo muerde a los descalzos”,

Fue nombrado por el presidente George W. Bush (padre) en 1990 como plenipotenciario en Honduras cuando se desempeñaba como miembro de carrera del Servicio Exterior Mayor, Clase de Consejero en los Estados Unidos. Su período terminó el 1 de julio de 1993.

Arcos, Jr, tampoco es mencionado en los registros de críticas en el país. El ojo público siempre estuvo lejos de él.

William Thornton Pryce
Ahora hablemos del representante estadounidense William Thornton Pryce. Él llegó a Honduras el 21 de julio de 1993 para asumir su rol como embajador. Datos de su perfil nos revelan que nació en San Diego, California el 19 de julio de 1932. Se graduó de Ebensburg High School, Wesleyan University y la Fletcher School of Law y Diplomacy. Después de tres años de servicio como oficial en la marina de guerra de los EE UU, él comenzó en el servicio exterior en 1958.

Asimismo, su perfil profesional establece que antes de llegar a Honduras, Pryce fue representante alterno de los Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y sirvió como director principal del Consejo de Seguridad Nacional.

Pryce murió en su casa en Alejandría, Virginia, de cáncer de páncreas el 11 de julio de 2006. Este diplomático tuvo un paso sin brillo ni color por nuestras tierras.

James F. Creagan
Este profesor universitario y diplomático de renombre también llegó a nuestro país para representar a Estados Unidos en el emblemático cargo. Fue nombrado por el presidente Bill Clinton y asumió el 29 de agosto de 1996 su puesto de embajador, el cual culminó 20 de julio de 1999.

Creagan fue enviado con una misión especial a Honduras, su papel era centrarse en los temas del desarrollo, el crecimiento económico y el comercio; además del fortalecimiento de la democracia y en el camino le tocó la rehabilitación y recuperación del país tras el devastador huracán Mitch de 1998.

El trabajo de este recordado embajador le valió para ser galardonado con el más alto honor de la República de Honduras y de Estados Unidos por brindar su inminente ayuda a nuestra nación en aquella desastrosa época.

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Asimismo, fue declarado ciudadano honorario hondureño. Al mismo tiempo recibió también el Premio Caritas Christi de la Arquidiócesis de Servicio Humanitario. James salió con un alto perfil de Honduras por su esforzado trabajo para recolectar ayuda para el país.

Fachada del edificio donde funciona la Embajada de los Estados Unidos en Honduras.

Fachada del edificio donde funciona la Embajada de los Estados Unidos en Honduras.
Frank Almaguer
En el año 1999, Honduras todavía continuaba sufriendo las secuelas dejadas por el huracán Mitch, sin embargo, tras la salida de funciones del embajador Creagan, Estados Unidos mandó a otro con el mismo objetivo humanitario que el primero, Esta vez se trataba del funcionario Frank Almaguer, quien continuó con su proceso de ayuda y recuperación de Honduras.

Almaguer ya era un viejo conocido en el país, porque había sido director del Cuerpo de Paz en Honduras de 1976 a 1979. A su llegada al país se enfocó en agilizar proyectos sociales y la reconstrucción de algunas vías de acceso de sectores remotos.

Sin embargo, también venía con otro objetivo: Combatir el tráfico de doga que pasaba por Honduras con dirección a Estados Unidos, por lo que en su estadía solicitó al Congreso Nacional aprobar seis tratados internacionales para contrarrestar el terrorismo, el narcotráfico y aprobar una ley de lavado de activos.

Larry Leon Palmer
Su periodo como embajador de Estados Unidos en Honduras fue del 8 de octubre de 2002 al 7 de mayo de 2005. Palmer era otro de los plenipotenciarios que vino con el objetivo central de combatir el narcotráfico en Honduras, al grado que en una de sus declaraciones a los medios de comunicación aseguró que el país estaba a punto de convertirse en un “narco-Estado”.

Palmer también llegó al país con la convicción de ayudar y gestionar para que más de 60 mil hondureños que migraron de forma ilegal a Estados Unidos tras el paso el huracán Mitch pudieran quedarse por más tiempo trabajando allá a través del Programa de Protección Temporal (TPS), figura que ahora está en negociación entre ambas naciones. De Honduras, Palmer no salió con ningún cuestionamiento.

Charles A. Ford
El embajador Charles A. Ford
firmó sus credenciales como nuevo embajador de Estados Unidos en Honduras el 8 de noviembre de 2005, sin embargo, en su momento fue reprendido por el expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, al asegurar que el 30 por ciento de las remesas familiares que Honduras recibe desde Estados Unidos son producto 'del lavado de activos y el narcotráfico'.

En su estadía, Ford cuestionó que Honduras todavía dependiera de la caridad internacional y que el 40 por ciento de su presupuesto nacional se siguiera destinando a mantener la alta burocracia gubernamental y no a proyectos de desarrollos y combate a la pobreza.

Tras salir de Honduras, el embajador aconsejó a su sucesor Hugo Llorens sobre las características del presidente Mel Zelaya, según revelaciones de cables filtrados por WikiLeaks y divulgadas por el periódico El País de España.

Asimismo, alertó sobre los acercamientos de Zelaya con los extintos Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela, de quienes presuntamente recibía asesoramiento.

Charles A. Ford y Larry Leon Palmer también llegaron al país como embajadores.

Charles A. Ford y Larry Leon Palmer también llegaron al país como embajadores.
Hugo Llorens
Los años transcurrían y embajador tras embajador pasaba por Honduras, sin embargo, Estados Unidos determinó nombrar el19 de septiembre de 2008 al diplomático Hugo Llorens, quien ya había sido alertado por su predecesor de las intenciones de Zelaya.

A Llorens le tocó vivir la crisis política del 2009, tras que se le diera un golpe de Estado a “Mel” Zelaya. En el hermetismo, muchos afines al ahora coordinador de Libre y la Alianza de oposición señalaron sin evidencia al plenipotenciario estadounidense de coordinar la expulsión del poder del presidente, junto con el subsecretario de Estado Thomas Shannon y John Negroponte.

Aunque el embajador fue señalado por varios sectores, el mismo Zelaya aseguró en su momento que “Hugo Llorens cooperó para evitar el golpe. Él conocía todo lo que estaba pasando en Honduras. Y yo soy testigo que hizo esfuerzos por evitarlo. Pero cuando percibió que no podía, entonces se apartó”.

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Lisa Kubiske
Enamorada de los refrescos naturales y de realizar compras en la Feria del Agricultor y el Artesano de la capital de Honduras, la exembajadora estadounidense Lisa Kubiske se fue ganando el corazón de los locatarios de este mercado, quienes en su despedida le obsequiaron un reconocimiento por su apoyo.

Kubiske inició sus funciones en Honduras el 26 de julio de 2011 y uno de los objetivos planteados era detener la salida de los hondureños hacia los Estados Unidos, en especial la de los menores de edad puestos en manos de coyotes.

Además, la embajadora estuvo cuando el gobierno dio luz verde para extraditar, por primera vez en la historia, a un hondureño vinculado con el narcotráfico a Estados Unidos. En ese entonces aplaudió la decisión de enviar a Carlos Arnoldo “El Negro” Lobo a enfrentar la justicia estadounidense.

Con ella comenzó la era de las extradiciones en el país de presuntos capos de la droga. La funcionaria, tal y como sus compatriotas que ostentaron ese cargo, fue despedida con honores de Honduras.

James D. Nealon
Su último tuit fue para anunciar su despedida. Luego de tres años prestando sus servicios en Honduras, James D. Nealon salió junto a su familia rumbo al país que lo vio nacer. El embajador asumió de una buena forma su cargo en tierras catrachas y junto al gobierno impulsó avances significativos.

Nealon tenía sus objetivos claros: luchar contra el narcotráfico, las pandillas, la migración y la pobreza. Con este objetivo trabajó duro para que Honduras se integrara junto a El Salvador y Guatemala en el conocido Triángulo Norte, para el cual gestionó ayuda económica.

Asimismo, estuvo siempre con el dedo sobre la llaga para que se capturara a narcotraficantes hondureños y extraditarlos a los Estados Unidos. Además, forjó una lucha frontal para intentar acabar con la corrupción, uno de los flagelos que más daños le hacen al país.

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