Honduras

En riesgo alfarerías de Siguatepeque

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28.06.2017

Siguatepeque, Honduras
El barro se ha convertido en la fuente de ingresos para decenas de familias que han encontrado en este elemento de la tierra la oportunidad de crear un negocio familiar.

La comunidad de El Porvenir se ha posicionado como la capital de las artesanías de barro del municipio de Siguatepeque.

En la comunidad, 35 familias se dedican a tallar y pintar piezas decorativas que son distribuidas en pequeños comercios a los conductores que pasan por la carretera que conduce de Siguatepeque al municipio de La Esperanza, Intibucá.

Los artesanos locales también producen alfarería para proveer a los negocios ubicados a orillas del Corredor Logístico entre Siguatepeque y Comayagua, donde se ubican 20 talleres.

Albina Girón heredó de sus padres el arte de moldear el barro y ella transmite esos conocimientos a sus hijos y nietos para mantener viva la tradición familiar, que ha perdurado por 30 años.

“La producción depende de la demanda del cliente porque lleva bastante trabajo. Nos podemos tardar hasta 22 días en elaborar una pieza”.

Producción
Pese al esfuerzo de las familias de El Porvenir, donde se producen más de 1,500 piezas mensuales, las ventas han decaído debido a la competencia desleal que ejercen artesanos extranjeros.

Los alfareros de Siguatepeque han tenido que competir con productos que ingresan de El Salvador y Nicaragua a precios más bajos.

Según Grossmy Girón, alfarera de El Porvenir, las piezas que ellos venden a 80 lempiras, los extranjeros las ofrecen a 25 lempiras.

Y es que un artesano logra vender apenas 200 lempiras al día en temporada baja y hasta 2,000 lempiras en temporadas altas como las ferias.

Otro problema que afecta a los alfareros locales es la falta de madera de pino para encender los hornos ya que está prohibida la extracción de este material.

Sin embargo, a diario pasan furgones cargados con madera de pino por la carretera, situación que molesta a los artesanos del barro ya que a ellos se les está limitando.

Según Girón, para cocer 85 piezas de barro deben comprar 400 leños de pino a 800 lempiras y con la escasez de leña sus negocios ya no tienen razón de ser.