Honduras

Honduras: Oficiales de la Policía liberaron a narcopilotos

Narcopiloto capturado relató que los oficiales de la Policía recibieron la droga y los dólares y luego incineraron “el pajarito”. Asimismo, contó que ellos les prometieron planificar la fuga, que no se preocuparan, y así sucedió

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21.02.2017

Tegucigalpa, Honduras
El piloto colombiano Luis Mauricio Palacios Giraldo y el guatemalteco José Ramón Gamboa Lara actualmente aparecen entre las personas más buscadas por la Policía Internacional, luego de que fueran liberados el 31 de mayo de 2003 por una estructura criminal conformada por policías.

Este grupo criminal -a la disposición del diputado Armando Ávila Panchamé (asesinado en prisión tras ser capturado y sentenciado por narcotráfico) y de un alto ejecutivo- con los años adquirió un gran poder a lo interno de la Policía, desde donde utilizando el uniforme y los rangos operó imponiendo el terror gracias a la confabulación de los mandos superiores y la complacencia de las autoridades del Ministerio Público.

Algunos de estos oficiales ya están retirados, otros recientemente fueron depurados y suspendidos, pero un rescoldo de ellos -media docena- aún continúa en la estructura policial ocupando cargos de mando.

Fue esta estructura criminal la que estuvo detrás de la fuga de los pilotos antes mencionados, capturados el 16 de octubre de 2002 y sentenciados el 30 de mayo de 2003 a 16 años de prisión y al pago de una multa de un millón de lempiras cada uno.

En su declaración, rendida ante un agente de análisis minutos después de ser detenido, el 16 de octubre de 2002, Palacios Giraldo manifestó: “Mirá, nos acaban de sacar de la bartolina para llevarnos donde estaban los oficiales reunidos en una oficina y nos dijeron que iban a planificar algo para permitirnos la fuga, que no nos preocupemos, pero imaginate cuánto tiempo vamos a estar en este pinche país. Mirá, los verracos policías que nos arrestaron van a tener problemas”.

Los oficiales de policía recibieron la droga y los dólares e incineraron el pajarito, pero a nosotros nos capturaron, no era ese el trato que tenían con el comandante Timo (supuestamente Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, jefe de las FARC)”, dijo el piloto, exigiendo una llamada para reportarle a su jefe lo ocurrido después de haber entregado la cocaína y los dólares.

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De acuerdo con las investigaciones, los oficiales tras recoger los dólares y la droga e incinerar la narcoavioneta permitieron la fuga de los pilotos, sin embargo, una patrulla los capturó cuatro horas después gracias a la advertencia de un agente que no estaba de acuerdo con los actos delincuenciales de sus superiores y de algunos compañeros de escala básica.

En su amenazante declaración, archivada en la oficina regional número 6, Palacios Giraldo relató que ellos recibieron la avioneta cargada de droga y dólares en la selva de Medellín.

La orden que “nos dio el comandante Londoño es que trasladáramos la mercancía hasta Honduras, que hiciéramos el aterrizaje en una pequeña pista del interior de... El mapa que nos dio nos indica que está ubicada en el sur de Honduras. Nos dijo el comandante Timo que todo estaba arreglado con las autoridades de la Policía de Honduras”.

La mercadería la iba a recibir “el diputado”. El comandante dijo que estarían “esperándonos los comandantes de la Policía de la zona sur de Choluteca y otros oficiales y que eran confiables. Recuerdo que nos dijo que ahí estaría el mero jefe de investigación a nivel de toda Honduras”.

Rescate
Tal como lo declaró Giraldo y lo advirtió el policía Exequiel Antonio Estrada Izaguirre en su informe de fecha 7 de marzo de 2003, un grupo de policías, el 31 de mayo de 2003, liberó a los dos pilotos cuando eran trasladados a la Penitenciaría Nacional, sin una orden judicial.

Testigos relataron que un clase II por la mañana recibió una llamada donde le preguntaron si ya habían salido los internos.

Posteriormente “a la altura de la posta de El Durazno había un operativo, seguimos y cuando íbamos como a 200 metros del cementerio Memorial había otro operativo policial con chalecos antibalas de la DGIC; hicimos el alto, se nos acercaron, eran de doce a quince personas, preguntaron para dónde viajábamos y de dónde veníamos y les dijimos que llevábamos a unos internos y uno de ellos me dijo entreganos el arma perro”, y procedieron a liberar a los reos, relató uno de los policías penitenciarios.

Por esta fuga solo se acusó al clase II por “facilitar evasión”, según consta en el expediente judicial número 1896-2003 J#5. El acusado se sometió a un procedimiento abreviado y le dieron cinco años de reclusión.

Para los policías corruptos tener a los pilotos presos representaba una amenaza, en cualquier momento podrían ser delatados y por otro lado la mafia podría tomar venganza por incumplimiento de palabra.

►Lea los documentos de la investigación aquí

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