Honduras

Hilda Caldera: 'Ahora yo estoy esperando la operación Alfredo Landaverde”

Desea que su asesinado esposo sea considerado un héroe moderno y un mártir de la lucha antidrogas

07.12.2016

Tegucigalpa, Honduras
La mano del crimen le arrebató el amor del hombre que amaba, pero Dios le regaló el cariño y el respeto de los hondureños.

Hilda Caldera, la viuda del asesinado experto en temas de narcotráfico Gustavo Alfredo Landaverde Hernández, cuenta cómo se ha sentido de respaldada luego del crimen en contra de su esposo, ocurrido el 7 de diciembre de 2011 a inmediaciones de la colonia 21 de Octubre de Tegucigalpa.

Este miércoles se cumplen cinco años de su vil crimen. A continuación las impresiones que esta aguerrida dama concedió a EL HERALDO:

Doña Hilda, ¿cómo han sido estos cinco años que se cumplen del asesinato del ingeniero Alfredo Landaverde?

Estos cinco años han sido de mucha lucha. Cuando mataron a Alfredo yo siempre pensé en agarrar una pistola, pero eso ya pasó, aunque sigue la lucha de esperanza.

¿Qué ha hecho usted con la ausencia de don Alfredo?

Lo he honrado y creo que a nadie le debe pasar esto. Yo he hecho lo que he podido y me siento que he tenido resultados.

Tenemos a una persona que está tras la rejas, que es el asesino, y se ha desenmascarado cómo lo asesinaron. Yo sé que es difícil probar quiénes son los autores intelectuales, pero el país sabe cómo se planificó su muerte.

¿Considera que ha habido justicia en el asesinato de su esposo?

Yo siento que dentro de lo que cabe ha habido avances en la justicia. La justicia hondureña tiene una deuda con todas las personas asesinadas. Pero Alfredo Landaverde no es más importante que otro, por más humilde que sea.

Toda persona tiene su dignidad, tiene su honor y no hay por qué asesinarla. La vida la da Dios y la quita Dios.

En ese sentido, la justicia tiene que mejorarse para honrar a los fallecidos, sobre todo por asesinato.

¿A raíz del asesinato de su esposo ha habido cambios en la justicia?

Yo siento que ha habido cambio y eso me llena de esperanza y el esfuerzo que hizo solo, ese esfuerzo está siendo recompensado porque se está denunciando lo que todos sabíamos.

¿Quiénes la han apoyado en esta difícil situación?

Sus colegas de la Democracia Cristiana han estado conmigo, la Alianza por la Paz y la Justicia, los medios de comunicación que le tenían aprecio y la fundación Alfredo Landaverde.

¿Ha tenido respaldo?

Siento que me han abierto las puertas, me han dado apoyo y por lo menos me han escuchado y he sentido el calor del pueblo hondureño, que es lo más importante. No sabe cuántas personas se han solidarizado conmigo.

¿Qué representa el ingeniero Landaverde?

Yo creo que Alfredo es un símbolo y creo que puede ser un héroe moderno y un profeta porque vaticinó la ola de violencia que nos ha llegado.

Pero también es un mártir ya que por luchar y denunciar lo mataron, incomodaba lo que él decía.

¿Qué ha pasado con la muerte de don Alfredo?

Su muerte ha servido para evidenciar la verdad. Estamos mejor, sí estamos mejor, porque antes las cosas estaban ocultas y hoy ya se saben, es una ganancia para mí.

¿Y qué espera?

Ahora espero que los operativos se llamen Alfredo Landaverde y Arístides González. Así se deben llamar los próximos operativos, ahora yo espero la operación Alfredo Landaverde.

¿Cómo está el legado del ingeniero Landaverde?

Es que no se debe olvidar que él fue el pionero de los indignados y públicamente lo es. Luchaba solo contra el narcotráfico y todos lo sabíamos, pero él lo hacía público.

Él tuvo el valor, la entereza, la hidalguía y el coraje de decirlo, eso no se puede olvidar.

¿Qué podemos decir después de cinco años?

Que la vida sigue, que debemos ver hacia adelante y no atrás. No debemos dejar de reconocer el honor a quien honor merece. Debemos luchar porque no haya impunidad, que la justicia sea un hecho para todos los asesinados. Para mí ha sido una lección de lucha y de esperanza.

Yo no tengo rencor ni odio en mi corazón.

¿Usted se siente bien?

Me sacaron la bala, pero la herida me duele porque tengo una cicatriz, pero eso es nada ante lo que él dio. Alfredo Landaverde dio la vida y yo apenas tengo una cicatriz.

¿Hay más Alfredos en Honduras o era el único?

Aquí hay demasiada gente buena como lo era Alfredo y a muchos los han asesinado de forma inocente. Hay gente que se ha resistido y la han asesinado.

¿Cómo era don Alfredo en el hogar?

Fue muy prudente, no me decía nada. Hilda (la única hija) y yo estábamos molestas porque creíamos que a nosotros nos iban a disparar, pero le dispararon a él y le llegó la muerte porque sabía demasiado y porque siempre decía la verdad lo mataron.

Yo en el momento sentí mucha cólera, pero él seguía con el tema y nos exponía a todos. Pero he comprendido que las personas tienen una misión en la vida porque tienen un sentido y el de él era luchar contra todo de lo que está matando a los jóvenes en Honduras, porque el narcotráfico y los narcotraficantes no tienen perdón. La factura es cara y es para la gente joven.

¿Cuál era el sueño de don Alfredo?

Él soñaba en capacitar a los jóvenes con política para poder transformar el país.

¿Cómo lo recuerda?

Alfredo Landaverde es parte de mi vida. Pero mi vida sigue, él es parte de mi historia y sentí que me casé con el hombre que yo amé. Me casé con él, nada es eterno y Dios me lo quitó. Otras puertas se abren en la vida, no hay nada más estable que el cambio.

El dolor lo hace a uno reaccionar, lo hace ver cómo salir adelante porque hay que hacer un esfuerzo mayor, porque el golpe ha sido muy duro.

¿Se imaginó que le podía ocurrir algo así en su vida?

No. Jamás me imaginé.