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El sexo, según la edad

Aunque sea una evolución que pasa desapercibida hasta que te paras a pensarlo, el sexo es distinto según la etapa de tu vida.

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21.05.2015

Tegucigalpa, Honduras

El sexo es simple al mismo tiempo que es complejo. Satisfacer a tu pareja y llegar al clímax puede ser tan sencillo como un juego de niños, sobre todo cuando conoces sus gustos y existe una compenetración plena, pero también excesivamente complicado para algunas parejas que no llegan a experimentar el placer deseado.

El éxito entre las sábanas, como en la vida en general, está determinado por la experiencia. De hecho, si te pones a mirar al pasado comprobarás que no eres el mismo que dio sus primeros pasos en el sexo y, a ciencia cierta, tampoco lo serás si echamos un vistazo al futuro.

Mira las 10 etapas que marcan tu vida sexual:

1

Un mundo por descubrir

Foto: El Heraldo

Seguro que a más de uno se le quedó esta cara de Macauly Culkin en 'Solo en casa' cuando sus padres le sorprendieron teniendo sus primeras prácticas sexuales. Para seguir el cauce lógico y recomendable dentro del sexo es necesario conocerse a uno mismo antes de tener una experiencia en pareja. Para ello, sobre todo los chicos, eran más dados comprar a sus primeras revistas eróticas o echar un vistazo en Internet.

2

Las primeras ocasiones

Foto: El Heraldo

Con las primeras relaciones sentimentales llegan las primeras experiencias plenas. En el sexo todo está escrito, pero al mismo tiempo nada se rige por una norma. Cada uno es libre de elegir con quién -siempre que no tuvieses por objetivo a una inalcanzable estrella de Hollywood- y, sobre todo, a la edad en la que perder la virginidad.

Aquí es clave la frase 'cariño, estoy solo/a en casa'. Cuando se produce esa llamada, sales corriendo como el propio Usain Bolt. No te rías de sus 10 segundos porque puede que repitieses marca y precisamente no presumías de ello. Luego comprobaste que, por suerte o por desgracia, aquella primera vez no se repite.

3

¡Vivan los picaderos!

Foto: El Heraldo

Después de una etapa en la que las experiencias sexuales en parejas, al ser un mundo por descubrir, se suelen realizar de forma más paciente y dilatadas en el tiempo, llega el turno de 'hacerlo cómo y dónde puedas'. Esperar una semana te parece tantísimo tiempo que aprovechas cualquier ocasión para poder disfrutar del amor en pareja.

Esto te lleva a buscar ofertas de última hora, contratar hoteles incluso por horas -cosas modernas que arrasan en la actualidad- y fines de semana románticos en los que el turismo es lo que menos te importa. Si el bolsillo no te lo permite, siempre te quedará la 'intimidad' de las cuatro ruedas.

4

Al rico fin de semana

Foto: El Heraldo

A medida que alcanzas la madurez, abandonas la universidad o entras en el mercado laboral, te das cuenta que las obligaciones crecen y el sexo decrece. Todo depende de si tienes pareja y en qué fase de la relación estas, pero los encuentros de lunes a viernes tienden a disminuir notablemente.

Sin embargo, los encuentros del fin de semana son aún más fogosos que cuando se producían más a menudo. Aquí aprovechas los momentos en los que los suegros se escapan al pueblo, trasladas tus cosas a su piso compartido o simplemente coges un 'hotelito' en el que abandonar todo el estrés acumulado durante la semana. Sí, son menos, pero con más ganas.

5

Dos al día como rutina

Foto: El Heraldo

Estrenar tu nidito de amor es uno de los acontecimientos más esperados y recordados de toda pareja. Aunque las obligaciones laborales se mantienen, el tiempo en pareja se multiplica notablemente, y con ello los encuentros sexuales.

Cualquier excusa es buena para tener sexo. Que el tiempo apremia, pues 'uno rapidito' y todos tan contentos; pues que mejor que 'uno mañanero' para llegar al trabajo con una sonrisa y otro 'nocturno' al final del día para aliviar las tensiones acumuladas. Bendita rutina, ¿verdad?

6

llegaron los niÑos

Foto: El Heraldo

El sexo diario se acaba pronto, sobre todo cuando llegan los niños al hogar. Más allá de las tareas laborables que se mantienen intactas o que incluso aumentan a medida que avanza tu carrera profesional, en casa todo cambia cuando tienes hijos. Son innumerables los buenos momentos que te regalan, pero son muchas también las atenciones que necesitan.

Esto implica que gran parte de las parejas renuncian a buena parte de las caricias, los besos y los encuentros sexuales. Aunque siempre puedes optar por el 'modo silencio', lo mejor es llevar a los niños con los abuelos y dedicar las 48 horas del fin de semana al bienestar de la pareja.

7

El sábado sabadete

Foto: El Heraldo

A medida que acumulas tirones de orejas compruebas que el cansancio prevalece por encima de la pasión. El estrés acumulado en el trabajo y los quehaceres del día a día en el hogar forman un coctel perfecto para desear que, tras descansar viendo la televisión, lo único que quieras hacer en la cama sea dormir.

De lunes a viernes no puedes permitirte nada más que besos y abrazos, en el mejor de los casos. Llegado el fin de semana, dado que el lívido continúa activo, llega el turno del 'sábado sabadete, camisa nueva y...'

8

Una segunda juventud

Foto: El Heraldo

Atención porque aunque no te lo esperes, la mejor etapa del sexo en pareja llega superados los cincuenta. A medida que las obligaciones parentales descienden notablemente, ya que los hijos son más independientes y reclaman menos atenciones, regresan los momentos de máximo placer. De hecho, varios estudios señalan que los hombres tienen una vida sexual más satisfactoria cuando rozan o superan el medio siglo que cuando eran unos veinteañeros, mientras que las mujeres a esta edad se muestran más desinhibidas en la cama.

Quizás no sea algo tan fogoso como para dos al día, pero sí que recuerda a una segunda juventud.

9

Uno al año no hace daño

Foto: El Heraldo

Acabada la segunda juventud, llega el turno del 'uno al año no hace daño'. Tras esa etapa en la que la satisfacción sexual supera incluso a la experimentada durante la veintena, suele producirse un nuevo parón que parece ser el definitivo. Muchos matrimonios reconocen que el sexo se reserva para las ocasiones más especiales. Se pierde buena parte del interés sexual en beneficio del turismo, la relajación o la vida en familia.

10

Como dos hermanos

La última casilla nos lleva directos a la etapa de máxima complicidad. Toda una vida juntos hace que con una mirada se exprese más que con mil palabras. Salvo que seas tan activo como el propio 'Papuchi', los achaques de la edad hacen imposible cualquier encuentro sexual. Pero tranquilo, el cuerpo tampoco te pedirá ninguna alegría más allá de ver a tus hijos y nietos realmente felices.

Por eso, definimos esta etapa como 'dos hermanos'. Se comparte cama, besos muy sencillos y apretones de manos.