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Sobre la virginidad

Tanto hombre como mujeres pretenden que esa primera vez sea con alguien especial.

04.05.2015

Tegucigalpa, Honduras

La virginidad está rodeada de una serie de mitos y tabúes que muchos ignoran.

Algunas personas se desilusionan tras su primera relación sexual al descubrir que no todo es tan ideal como parece.

La primera vez no iba a ser placentera

Acostumbrados a ver películas en las que ‘hacer el amor’ es algo ideal y de ensueño, nunca imaginaste que tu primera vez sería desastrosa, y más si tú y tu pareja eran inexpertos. Chocarse en la oscuridad, no saber cómo colocarte, que si duele, etcétera. Nada de esto aparece en las películas y tú no sabías que podía llegar a ser así. Toda una odisea a la cual tienes que sobrevivir para poder llegar a disfrutar del sexo algún día. Lo bueno es que una vez superada esta primera prueba, las demás proporcionan una serie de placeres dignos de descubrir.

Con lubricante todo hubiera sido más fácil

Duele y molesta. Si has perdido la virginidad lo sabes. Ahora no digas que a ti no. Sabes que todo hubiera sido más fácil si alguien te hubiera hablado de los lubricantes. ¿Dónde estaba tu primo(a), tu hermano(a) mayor o tu vecino(a)? Nunca están cuando verdaderamente se les necesita. Sabes que estabas tan nervioso(a) que ni pensaste en ese detalle. O puede que te pillara de imprevisto y no lo tuvieras a mano. Por mucho que el preservativo lleve lubricación, un gel hubiera ayudado a que la penetración fuera menos dolorosa y más placentera.

Poner un preservativo no es fácil

Muchos hombres temen el momento de estar por primera vez junto a su pareja en la cama y tener que ponerse el preservativo. Si previamente no has comprado una caja de 24 y has ensayado una y otra vez, muy difícilmente conseguirás ponerte el preservativo a la primera, a no ser que tengas un golpe de suerte. Si, en cambio, en tu primera vez fue la chica la que tomó la iniciativa para poner el profiláctico es posible que tampoco atinara a la primera.

Tras el acto sexual todo el mundo te mira, o eso crees

Tras perder la virginidad en un hotel, tu cama, la suya o en un auto llega el momento de enfrentarte al mundo. Te sientes diferente, acabas de perder la virginidad y sientes que todo el mundo te mira como si hubieras matado a alguien. Sientes que todos a tu alrededor lo saben aunque tu ni él/ella hayan dicho nada.

Te enamoras

Perder la virginidad es un momento muy importante en la vida de una persona. Tanto hombre como mujeres pretenden que esa primera vez sea con alguien especial, un novio de la adolescencia o alguien con quien pretendes compartir un futuro.

Sí, todo el mundo piensa en lo bonito que es ese momento y que la persona con quien lo haces será para siempre. Seguro que pensabas que te casarías con él o ella, pero hoy te das cuenta que esa persona con la que perdiste la virginidad y de la cual te enamoraste no está hoy en día a tu lado. O sí, todo es posible.

Tu cuerpo cambia

Al perder la virginidad tu vida sigue igual. Bueno, evidentemente ahora ya no eres virgen, pero no aparece un cartel en tu frente que lo vaya anunciando a la legua. Lo que si experimenta cambios es tu cuerpo.

Estos cambios corporales son producidos por el efecto de las hormonas estrógeno y progesterona, conocidas como ‘hormonas femeninas’. En los genitales externos sí se aprecian los cambios. El himen, una membrana existente entre la vulva y la vagina, cuya función es proteger la vagina contra las infecciones durante la niñez, se rompe durante la penetración. Aunque es posible que esta membrana se haya roto previamente, sobre todo el mujeres que practican ciertos deportes.

Puedes quedar embarazada

Uno de los bulos que siempre ha circulado entre los adolescentes es que en durante la primera vez una chica no puede quedarse embarazada, pero este es un error propio de la ignorancia presente en edades tempranas. El uso del preservativo está muy extendido, aunque son muchas las jóvenes que no lo usan por estos mitos.

También se dice que si te duchas seguidamente al acto sexual evitas una posible gestación. Falso. Si el semen entra en la vagina existe la posibilidad de quedarte embarazada. Seguro que durante tu adolescencia escuchaste algo así y es posible que llegaras a creerlo.

Tu vida sigue igual

Estás durante años pensando en cómo será ese día, con quién sería y qué sentirías. Piensas que después de perder la virginidad tu vida dará un giro de 180º y que todo será color de rosa. Al día siguiente te das cuenta que sigues durmiendo en la misma cama, comiendo la misma comida y andando de la misma forma. Todo sigue igual y tú pensabas que la vida cambiaba.