Salud y Belleza

Las verdades y mentiras de los abdominales

Ciertas creencias y errores en torno al trabajo abdominal podrían poner en riesgo la efectividad de su entrenamiento

06.09.2016

Tegucigalpa, Honduras
El trabajo abdominal es uno de los apartados del fitness que más mitos y debates ha generado a su alrededor.

A la hora del entrenamiento, una mala ejecución podría afectar su estado físico y sus efectos positivos tardarán más en apreciarse. Le dejamos algunos de los principales mitos en cuanto a este ejercicio:

1. El dolor es un indicativo de resultados. De acuerdo con expertos, el calor y contracción máxima hasta quedar sin fuerza de llevar a cabo una repetición más es un buen indicativo. Sin embargo, aunque sentir cierto calor o congestión muscular por la contracción es síntoma de estar localizando bien el trabajo abdominal, si no lo percibe, esto no significa que esté ejecutando mal la rutina.

2. A mayor intensidad, mayores beneficios. Pese a que esto varía según el entrenador y estado físico de la persona, se recomienda hacer pocas repeticiones de forma progresiva, pero bien ejecutadas, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos implicando una de las zonas donde se encuentran estructuras clave para nuestro bienestar. Asumido esto, hay que tener en cuenta que el número de repeticiones variará en función de nuestra condición física y del objetivo que busquemos. Recuerde que el sobreentrenamiento conlleva riesgos.

3. Únicamente los abdominales trabajan de forma efectiva la zona. No solo este ejercicio actúa eficazmente en la zona, hay otros que nos pueden ayudar a tonificar, como ciertas posiciones de yoga y de pilates. ¿Los motivos? Estas alternativas tienen su base en el control de postura, con énfasis en la respiración, y esta es una manera de activar la musculatura profunda abdominal.

4. No reducen el exceso de grasa en el vientre. El ejercicio desarrolla la musculatura abdominal, pero eso no quiere decir que ayuden a reducir el volumen. Para obtener una reducción de grasa es necesario un trabajo conjunto tanto de tonificación abdominal como de entrenamiento cardiovascular y, sobre todo, una buena alimentación.

¿Para un vientre plano?
Posición 1.
Recuéstese boca arriba con el cuerpo extendido, levante una pierna a un ángulo de 90 grados, contraiga el abdomen y haga 10 movimientos circulares hacia la derecha.

Posición 2. Siéntese derecho sobre el suelo con las piernas extendidas, levante la pierna a un ángulo de 45 grados sin flexionar la rodilla, mantenga la posición unos segundos; repita cinco veces y cambie de pierna.

La postura cambia el aspecto de su abdomen
Mantener una buena posición de columna y pelvis obliga a nuestra musculatura a estar en un estado óptimo de contracción-relajación.

Foto: El Heraldo