El uso de la mascarilla ha propiciado diversas afecciones como el maskné y el masksstres; el cual, permanece ligado a los cambios de temperaturas.
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“Al usar la mascarilla protectora se crea un microambiente en el rostro en el que aumentan la humedad, los niveles de CO2, la temperatura y el número de bacterias y microorganismos procedentes de la boca y el sistema respiratorio. Y este mix altera mucho la piel”, explica el cosmetólogo Pedro Catála, fundador de Twelve Beauty.
Además, estas afecciones aumentan significativamente con la llegada del invierno, provocando que la barrera cutánea que -es la capa protectora de la piel- no funcione como debería hacerlo.
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¿Cómo protegerla y repararla?
Según la experta Valeria Navarro, la barrera cutánea es la capa superficial de la piel. 'La cubre y le ofrece protección para evitar que se sensibilice o pierda la hidratación. Esta barrera se compone de agua, lípidos y sudor y, su labor es defender a la piel de diferentes agresores medioambientales, de los cambios de temperatura o de bacterias'.Por lo que, si aparece irritación, sequedad o enrojecimiento es mejor tener paciencia porque si se altera será peor.
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A medida que se vaya recuperando es recomendable disminuir la rutina de belleza al máximo: utilizar protector solar acompañada de una crema hidratante y un limpiador tónico.
Asimismo, viene bien añadir cosméticos oclusivos que ayuden a mantener la humedad y la hidratación en todo momento.
