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El artículo dominical de Octavio Carvajal: Los tatas de la mafia

En realidad, sin ser pesimistas, estamos frente a una podredumbre estatal donde el superior se hace el papo, embolsándose millones con tretas para condenar con sus fianzas a recaderos.

08.08.2015

Nuestros “justicieros” son un barrilete de rufianes. Guasas de mal gusto o tatas de la mafia. Perdonan a quienes sorbieron la sopa de pollo a los enfermos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), a exalcaldes, regidores y diputados acusados de fraudes y, a la Policía de Tránsito, experta en tráfico de licencias.

Si la “rectitud” es una verdadera pandilla, ¿qué esperanza podemos abrigar? Vivimos nomás una falsa percepción de que todo es rosa, siendo sucia. En realidad, sin ser pesimistas, estamos frente a una podredumbre estatal donde el superior se hace el papo, embolsándose millones con tretas para condenar con sus fianzas a recaderos.

MARAVILLOSOS. Policías, militares, jueces y fiscales se mueven supersónicamente por todo el país allanando pomposos palacios, fincas, hoteles y gasolineras, entre incontables bienes de presuntos narcotraficantes, algunos de ellos ya extraditados. Inundan barrios y colonias en busca de peligrosos forajidos que aterran día y noche.

No obstante, estos nutridos y teatrales operativos de la “justicia” no penetran las mansiones en ladroneras de numerosos funcionarios públicos que han picado el fisco robando colosales bicocas. Son los mismos que, desde los años 80, ahora viejos regordetes o flacos, pero siempre mañosos, nos fastidian exigiendo moral.
Con Manuel Zelaya Rosales de gobernante varios “cachurecos” nos detallaban sus abusos, de más ricos vejando el tesoro. Apenas arribaron con el insulso Porfirio Lobo Sosa, botaron la careta de puros. Definieron ser igual de rapiñas. Solitarios y eruditos en timos. No tienen uno, sino dos, tres y grandes palacetes. Prósperos banqueros. Pico con pico.

RENCOR. Percibimos que sentían envidia por robar. Hacerse millonarios por el camino inmundo de ratas políticas. Si el régimen de Zelaya Rosales fue una cloaca, el de su alero Lobo Sosa lo empató y superó. Casi nadie se fue sin robar con venia y felicidad del jefe. Abundantes, a bordo de helicópteros y jets regalando bolsas solidarias. ¡Qué desarrollo social, carajo!

Algunos se hicieron acaudalados inflando partidas para “publicidad” (tipo cuarta urna). Pegaron dos tiros por dinero. En redes sociales han escandalizado la fotografía satelital de un titánico palacio que un exagente de Lobo Sosa construye en una zona boscosa de El Hatillo. Está provisto de lujos, excentricidades. Se ganó el gordo. Te amo “Pepe”.

El presidente Juan Orlando Hernández Alvarado no ha podido sacudirse numerosas escorias, herencia de un “Cambio Ya” que solo existió para su tropa. ¿Qué acuerdos atan al hombre de La Empalizada? Los de hace cuatro años son los mismos de 30 años atrás. En la llanura honestos y, en el trono, más de lo mismo. Uñas largas. Cara dura, sinvergüenzas.

EXTRATERRESTRES. Debemos desenmascararlos. Exhibirlos. Han señalado que la Constitución está obsoleta cuando varios de ustedes están caducos. Se resisten a creer que no forman parte de estas generaciones globalizadas. Solo parlan de “reformas” acomodando las leyes a su antojo. A ponerle precio a la cárcel por cobardes, tunantes.

Son como los que debaten el aborto y nacieron. ¿Qué les pasa? ¿De qué planeta manaron? Tengan respeto al pragmatismo. No ideen tontos a los hondureños. Razonen que el tiempo de sus engaños llegó al ocaso. Que tuvieron el chance de pedir perdón, de castigarse sus graves delitos y no actuaron por vivir colgados de la teta pública.

Urgen respeto a las leyes y nadie, ni con grúa, los arranca de la burocracia. Son de sarcófago. Momias políticas que no entienden el grave daño infringido a la democracia, a las familias, al país. Se han aliado con el crimen organizado y, ahora, brotan dándose golpes en púlpitos, rezando el Padre Nuestro, teniendo pacto con Satanás.

PUTOS. No ceden un ápice los cargos. Hace más de dos décadas un parlero liberal, ya fallecido, dijo que la Constitución era una ramera. Que debía violarse cuantas veces fuera necesario. La carta magna la parieron en butacas y, hoy, por sus fechorías, les lacera. Los putos son ustedes. Si la ley es prostituta, ¿quiénes son los dueños del burdel?

Despiden a miles de empleados, no hay dinero para cesantías y tenemos 128 mediocres con todo y suplentes chupándose el presupuesto en horas de absurdos debates. Deliberan para resolver problemas que ustedes han creado según el momento. Cada historia tiene responsables. Repasen sus metidas de pata.
Si los implicados en marca “Paihss” están libres bajo cuantiosas fianzas, gozando lo robado en sus mansiones, provistas de piscinas infinitas, con hidromasajes y grifos de oro, es maniobra impúdica de los que gritan morir por los pobres. De abrigarlos con frijoles, maíz y una libra de manteca dentro una bolsita que los ha hecho ricachos.

EXIMIDOS. Si cuatro gatos están presos por el histórico fraude al seguro social y, otro pelotón de bandidos en Libre y en los pechito rojo, los “justicieros” son iguales o peor de pícaros. Le ponen pasillos a las leyes. El diputado ladrón es un verdadero campeón. Debemos ser cautos con las letras. Revólveres se disparan solos por tocar entrañas.

V.I.P. Se vanaglorian de castos y son chucos. Naipe de justicia. Vende la libertad con regalos. El poderoso paga. Puede reír viendo “Tom y Jerry”. Con permiso, firma un pinche libro. Very Important People (V.I.P.) Respira con medidas cautelares, prostituidas. Enorme circo montado desde el poder. Diablos nos hablaron de cuarta y quinta, mejor metan cesta.

Una exalcaldesa de Choloma y un grupo de regidores también se defenderán en libertad. Un edil está limpio pagando un millón. Sus delitos son invento. Acusados de malversar y robarse millones fue otro circo. Justicia de inodoro. De remate, en la Policía de Tránsito son duchos en mojes. Según el tipo de licencia para conducir, así es la mordida.

Opinan que un chofer de 60 años tiene ojos de 15. Visan su prueba de manejo con más de 80 por ciento tras bañe de 1,200 lempiras. Una oficial alega que la secretaria “manda” en su “ausencia” y, el director, “sorprendido”, ignora la movida. Cuentistas de la “ley” y de la “justicia”. El que pone las chachas delinque. Estamos para los perros.