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Presos político

Un canje entre el venezolano Leopoldo López y el puertorriqueño Óscar López Rivera le propuso el presidente Nicolás Maduro al mandatario estadounidense Barack Obama, sin embargo, aún no hay acuerdos.

10.01.2015

Leopoldo López es un político y economista venezolano que fue encarcelado en febrero de 2014 por su participación en la incitación de los hechos de protestas violentas ocurridas durante ese mes en su país, que dejaron un saldo de 43 personas muertas; desde entonces se ha convertido en una figura mediática de la oposición venezolana. Pero ahora reaparece en la palestra pública otro López, se trata del independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, luego de que el presidente Nicolás Maduro aseguró que la única manera de liberar al dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López, es haciendo un cambio con el gobierno de Estados Unidos, por la libertad del puertorriqueño.

“La única forma que yo usara las facultades presidenciales que tengo para liberar al monstruo de Ramo Verde, es montarlo en un avión que vaya a Estados Unidos, lo deje allá y me entreguen a Óscar López Rivera, pelo a pelo, hombre a hombre”, dijo el jefe de Estado en cadena de radio y televisión a todos aquellos que piden la liberación del dirigente que a su juicio sería la única posibilidad para mejorar las relaciones con EE UU.

“Quieren buenas relaciones, nosotros también, sin condicionamiento”, indicó el mandatario, al tiempo que reiteró que es un asunto de la justicia venezolana.

Maduro aludió al asunto del canje al comentar en una alocución televisada el encuentro verbal que sostuvo el pasado jueves en Brasilia con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien lo instó a liberar a Leopoldo López, apresado y sometido a juicio penal por unos hechos de violencia registrados en Caracas hace once meses.

La conversación entre Biden y Maduro fue “breve y cortés”, de unos “dos o tres minutos”; se produjo de forma espontánea durante la investidura de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, explicó en Washington un funcionario de la oficina del vicepresidente estadounidense.

Según Maduro, él le dijo a Biden que el proceso judicial que afronta Leopoldo López no es de incumbencia de otros países ni organismos internacionales, sino competencia soberana y exclusiva de la justicia de Venezuela.

CONDENA. Según el tribunal que lo condenó, López Rivera (que en mayo cumplirá 34 años en la cárcel) era un conspirador que formaba parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización clandestina que luchaba por la independencia de la isla de Estados Unidos.

Es el único de los 16 militantes del FALN que fue arrestado en aquellos años y que todavía se encuentra tras las rejas.

Cuando en 1981 fue detenido cerca de Chicago, el puertorriqueño estaba en la lista de los más buscados por el FBI.

Se había ido a la clandestinidad con otros compañeros en 1976 después de que fueran encontrados explosivos y armas vinculados a las FALN.

Para ese entonces, el grupo había reclamado la autoría de múltiples atentados en EE UU de los más de 100 que alcanzarían a cometer, que dejaron seis muertos y decenas de heridos.

El independentista, considerado terrorista por unos y prisionero político por otros, cumple una condena de 55 años por conspiración sediciosa, a la cual en 1987 se añadieron posteriormente otros 15 años por un intento de fuga.

En una entrevista en junio de 2014, López Rivera le dijo a BBC Mundo desde la prisión federal de Terre Haute, en Indiana: “Para poder sobrevivir como pueblo no teníamos otra alternativa”.

“Estamos hablando de un momento de bastante persecución y represión, y queríamos sobrevivir. Usábamos lo que se llama ‘propaganda armada’ para llevar el mensaje de nuestra lucha”.

Han sido tres décadas que han visto cambiar la dinámica política de Puerto Rico y la percepción de la figura de Óscar López, que en el último año se convirtió en el centro de una campaña que pide su liberación.

Esa condición de símbolo es rechazada desde el otro lado por las víctimas de las acciones de las FALN y sus familiares, quienes exigen que López cumpla su sentencia. Pero, por otro lado, también hay un amplio reclamo en Puerto Rico, que trasciende diferencias ideológicas, para que López Rivera sea indultado por el mandatario estadounidense Barack Obama.

RECHAZO. La esposa del apresado líder opositor Leopoldo López rechazó la posibilidad de que su cónyuge sea canjeado por López Rivera.

“¿Que quieren buenas relaciones? Nosotros también, sin condicionamiento”.

“Maduro, este no es un tema de canjes, es un tema de justicia”, escribió Lilian Tintori en la red social Twitter, tras advertir que la propuesta del jefe de Estado significa que reconoce que el líder del partido Voluntad Popular (VP) “es un preso político de su régimen” y que “no hay independencia de los poderes” del Estado.

López afronta acusaciones de instigación pública, agavillamiento (asociación para delinquir), daños a la propiedad e incendio y el pasado 18 de diciembre se negó a asistir a la audiencia penal pautada para ese día, actitud repetida en cuatro ocasiones previas.

Ello, “hasta tanto la Corte de Apelaciones no decida sobre las dos decisiones” de organismos que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que han recomendado su liberación, según dijo entonces su cónyuge y abogados.

La oferta de Nicolás Maduro no solo fue rechazada por la esposa de Leopoldo López, sino también por Washington.

Jennifer Psaki, vocera del Departamento de Estado, señaló que “el presidente Maduro propone mandar al exilio a figuras de la oposición en lugar de mantener un debate sobre los problemas y preocupaciones reales que enfrenta Venezuela”.

El caso de Leopoldo López también ha atraído la atención de Naciones Unidas, que recomendó en octubre su “inmediata liberación”.

“Hemos visto informaciones sobre los comentarios de Maduro en la prensa, en lugar de hacerlo a través de canales diplomáticos. No hay comparación, desde nuestro punto de vista, entre ambos casos”, valoró la portavoz, quien agregó que “hemos pedido en numerosas ocasiones la liberación de todos los presos políticos, algo que ha sido secundado por muchas entidades internacionales y multilaterales”.

En este sentido, Psaki subrayó que “es desafortunado que alguien, en este caso López, que cuenta con presunción de inocencia, sea sentenciado en una televisión nacional por el presidente sin que haya terminado el juicio”.

CERCA DE LA LIBERTAD. López Rivera pudo haber quedado libre en 2009, pero rechazó la posibilidad. En 1999, el entonces presidente Bill Clinton, ofreció conmutar la sentencia a 13 miembros de las FALN. Salvo López Rivera, todos aceptaron y hoy se están en libertad.

Para él la oferta presidencial incluía la condición de cumplir 10 años más en la cárcel con buen comportamiento.

“No me arrepiento de no haber aceptado. Mi experiencia había sido fatal los primeros 18 años en la cárcel y pensaba que sería imposible salir con buen comportamiento después de todo lo que me habían hecho”.

“Además éramos 15 solicitando la clemencia, pero solo 13 recibimos la oferta, y yo nunca he dejado atrás a nadie, ni en Vietnam, ni en mi comunidad”, dice destacando su participación en aquella guerra para la que, como tantos otros, fue reclutado obligatoriamente.

“Recibí una carta del gobierno de EE UU diciendo: ‘si usted no se reporta al centro de inducción en tal fecha, puede encarar hasta 5 años de prisión’ y yo lo que menos quería era ir a la cárcel, así que fui”, recuerda.

“Imagínese, ahora llevo 33 años, esas son las ironías de la vida y los retos que tenemos que enfrentar”.

Algunos consideran que la sentencia de López Rivera está condicionada por la relación política entre Puerto Rico y EE UU, país del cual la isla es estado libre asociado desde 1952, por lo que controla los asuntos fiscales, de defensa e inmigración.