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Seguimos de escándalo en escándalo

Si se lograron millonarias condonaciones de la deuda externa, ¿dónde está el dinero?, ¿por qué nos siguen metiendo leñazos fiscales?, ¿dónde están los ladrones?, ¿son los mismos que nos “gobiernan” cada cuatro años?

30.03.2014

Cuando oímos al presidente Juan Orlando Hernández Alvarado decir que su “gobierno será el mejor de toda la historia”, fantaseamos que no contemplará ladrones, sobornos ni francachelas y, aunque no menospreciamos lo bueno de su arranque, percibimos que va de “escándalo en escándalo”, nada más.
Pretender un régimen “superior” es sinónimo de optimismo para un pueblo sumido en desesperanza por políticos corruptos, serviciales e insaciables como los recién despedidos, que se fueron a millonarios, aplaudidos y perdonados. Algunos, señor Presidente, están cerca de usted.

ORGÍA.
El excelentísimo Porfirio Lobo Sosa mantiene atadas ciertas secretarías de Estado que son clave para esclarecer actos de nepotismo, pudrición e impunidad de su maloliente administración, herencia de una huella imborrable de extrema e incalificable perrería. Tomaron de motel las oficinas públicas.
El honorable Lobo Sosa experimentó sinnúmero de vaciles. Destituyó y rotó titulares de instituciones pero ninguno paró en los 24 penales. Su “Tigre” no fue más que un gato manso. Si el comisionado no cumplió, la posteridad juzgará la raza Bonilla. De pronto y las rosas le bloquearon la razón.

PANZA.
Treinta y dos años de regímenes “democráticos”. Cada uno con su propia carpa. Roberto Suazo Córdova prometió escuelas y colegios. Terminó pelándose el mondongo en un deplorable acto público diciendo que nadie le “había pegado un tiro”. A su “estadio de fútbol” no llegaron ni las vacas.
Se distinguió por el “lechazo, benignazo y lapizaso”, entre incontables actos deshonestos. Las fichas del libertinaje están intactas. Sus figurantes (pocos vivos todavía) jamás conocieron la jaula, al menos cuando la vieron en fotografías atestada de inocentes.

José Simón Azcona Hoyo (QEPD) siguió la política anticomunista (guerra fría) de su antecesor. Fortaleció la contra revolución nicaragüense afectando gravemente la soberanía y la estabilidad económica. Se opuso a la depreciación del lempira que nos aisló de organismos internacionales de crédito. Nos quedamos sin combustible.

GALLINAS.
Uno de sus mayores logros fue la austeridad (pese a griterías de flagelos). En medio de un severo desempleo, Azcona ha sido el único que ordenó la edificación de gran cantidad de edificios gubernamentales, entre los que sobresale el que hoy ocupa la Casa de Gobierno.
Ciertos colaboradores de Azcona (ajados por los años) siguen activos en política hablando de “renovar” el Partido Liberal. Alucinan justicia siendo cobardes para enfrentarla. Mercaron su libertad chupando el trono y, en la llanura, están mudos para que no los juzgue su mugrienta conciencia.

ME DUELE. Rafael Leonardo Callejas Romero asumió el poder en 1990 y de inmediato alegó encontrar el país en “bancarrota” con una economía “mentirosa”. No titubeó en mandar al Congreso Nacional el Decreto 18-90 denominado “Ley de Ordenamiento Económico”, traducido en sucesivas devaluaciones de la moneda.

Pese al repudio del leñazo, la macroeconomía dio signos de mejoría. En septiembre de 1991, “el biónico” consiguió, en Washington, facilitar la condonación de 430 millones de dólares. Callejas logró mejoras en infraestructura (carreteras), educación, salud y modernización del Estado.

Creó del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS). Heredó un crecimiento anual de 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Colaboradores resultaron bañados por escándalos como “el chinazo y el pasaportazo”. Nadie cayó preso. La Fiscalía engavetó los expedientes y, otros, caducaron.

BOLSA DE CAFÉ. Llega Carlos Roberto Reina (ya fallecido) y clausuró el servicio militar obligatorio que, según críticos, avivó las “maras o pandillas”. Inició procesos contra Callejas por delitos de abuso de autoridad, malversación de caudales desvirtuados por su defensa. Se llevó un abanico de cartas de libertad.

Reina, con su eslogan “El pueblo al poder” prometió 50 mil viviendas para los pobres siendo cuestionado porque al tomar el mando abandonó la casa de sus suegros en el barrio Los Dolores de Tegucigalpa para estrenar una mansión en Loma Linda, gracias a unas famosas bolsitas de café. Dejó una inflación superior al 12%.

LO MISMO. Carlos Roberto Flores Facussé ganó con su “Nueva agenda”, pulverizada por el huracán Mitch, que demolió carreteras, puentes, casas, ciudades completas y mató a miles de hondureños. La cartografía del país cambió significativamente tras el paso del meteoro natural. Curioso que su administración no registra actos sucios.

Ricardo Maduro Joest, de entrada, impone más “paquetazos”. Pese al millonario perdón de la deuda que señala como artífice al cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, el Banco Mundial (BM) estableció que la economía regeneraba pero la pobreza se mantuvo entre el 60 y el 80%. “Maduro, futuro seguro”. Con Maduro saltaron bullas de “gasolinazo y pasaportazo II”.

Su régimen, como siempre, protegió a los magnos y mandó a la cárcel a felinos. Lo sucede Manuel “Mel” Zelaya que cansó hablándonos de “cuarta urna”, mientras se robaban el dinero de la condonación y dejaban ricos a cercanos y periodistas.

ENTRE LO INMORAL Y EL PUDOR. “Mel”, señalado de un rosario de delitos, obtuvo el perdón de su entrañable Porfirio Lobo Sosa que no solo permitió la creación de su partido Libertad y Refundación (Libre), sino que lo llevó a una butaca legislativa desde donde exige honestidad y transparencia al actual gobierno.

Hernández Alvarado se vanaglorió que “mi gobierno será el mejor de la historia de Honduras”, pero sus acciones aún no cazan a los grandes corruptos. Su tiempo inicia pero pareciera que vamos a seguir de “escándalo en escándalo”. Si realmente es enérgico, serán condenados. El dinero bueno o mal habido no abre las puertas al cielo.