Los estadios llenos, el grito alocado de la afición y levantar copas deportivas son parte de pasado para Wilmer Velásquez.
Claro, sigue ligado al balompié como formador de valores en la academia Los Amigos, labor que comparte con sus funciones como primer regidor de la alcaldía del Distrito Central.
La política es un terreno nuevo para el exgoleador del Olimpia, ambiente que le ha permitido conocer las necesidades de la población capitalina, la alegría de ayudar, pero también la pena de decir que no.
En la cancha de fútbol Los Ángeles, donde funciona su academia, es la locación en donde el exdeportista nos cuenta interioridades de su experiencia como funcionario público.
¿Qué tal le pareció el cambio de cancha, de la grama al escritorio?
No es fácil, para mí es difícil porque es un terreno distinto al cual me desempeñaba, pero como soy una persona que me gustan los retos lo asumí y cada día aprendo de la política.
¿Qué es lo más complicado para usted como funcionario?
Muchas veces, lo más difícil para mí es decir que no se tienen los recursos para poder ayudar a los capitalinos que vienen en busca de ayuda, para mí eso es lo más complicado.
¿Al final son más las respuestas negativas que las positivas? Pueda ser, pero quiero decirte que he manejado la conducta de que la persona que entre no salga con las manos vacías y si no tengo cómo suplirle en ese momento busco la forma de ayudarle. Aunque sea compartir con ellos un bote con agua, porque hay gente con mucha necesidad.
¿Cuál experiencia ha sido la más dramática?
Una cosa que me partió el corazón fue recibir a una señora con su niño que necesitaba una cama y nadie se la había podido dar, como pudimos la conseguimos, eso me partió el corazón porque ella llegó con su niño.
La parte buena de la política ha sido ayudar, pero ¿ha descubierto algo malo, algo que no le ha gustado?
Dicen que a la política solo entra gente corrupta y, mira, somos buenos para juzgar, para señalar y no hacemos nada para cambiar la situación. Me dije que teníamos que entrar para ayudar y si hay cosas que a mí no me gustan es verte que tramitas una gestión y que se tarden. Yo tengo un concepto, que si yo no puedo ayudarle a una persona en ese momento se lo digo, porque no me gusta crearle una falsa expectativa. Es más, hay gente que ha salido muy contenta cuando les he dicho que no puedo porque, finalmente yo no les he creado falsas expectativas.
¿Qué funciones tiene Wilmer en la Alcaldía?
Los regidores están para legislar y trato de servir de la mejor forma, esa es mi función, poder servir.
¿Ahora que es regidor tiene más tiempo para estudiar y terminar una carrera universitaria?
Sí, tengo un sueño que también mi madre me lo compartió, el sueño de mi madre es verme algún día graduado de una carrera universitaria, pues cuando jugaba no pude, solo terminé el bachillerato, pero una vez que salí del fútbol me metí a estudiar, llevo dos años en la carrera de Ingeniería en Negocios.
¿Su esposa, también estudia?
Somos compañeros, y eso nos ha ayudado, somos un complemento porque muchas veces ella no entiende algo y le ayudo y yo a veces no entiendo y ella me ayuda.
¿Y se dan “chépea”?
¡Ja ja ja ja ja! siempre nos separan. La semana pasada tuvimos un examen de taller de mantenimiento y nos sentamos casi a la par y cuando el ingeniero llegó nos cambió de lugar por la cuestión familiar, pero nosotros entendemos y vamos preparados para los exámenes para dar ejemplo a nuestros hijos, esa es también una motivación.
¿Cuál es la aspiración de Wilmer después de la Alcaldía?
Quiero aspirar a más en la política, no tengo bien definido a esta altura, pero sí quiero aspirar a más y por eso también fue una de las razones para meterme a estudiar y cumplir ese deseo que tiene mi sagrada madre, porque la educación te abre puertas y esperamos en Dios poder tomar la mejor decisión.
Hay estudiosos de la Biblia que dicen que no es correcto para un cristiano inmiscuirse en política. ¿Qué opina?
Bueno, respeto la opinión de la gente, cada ser humano tiene el derecho de expresar lo que en realidad siente, quiero decirte que cuando Dios manejó a su pueblo lo hizo a través de gobiernos. Hay que recordar que Él es el que pone y quita reyes y Él es el que decide sobre todas las cosas y yo lo he visto como una oportunidad para servir, creo que nací para eso, para tenderle la mano al más necesitado.
¿Fue disciplinado en el gasto cuando fue jugador?
Gracias a Dios sí, lo que tengo se lo debo a Dios, con mucho esfuerzo, no es la gran cantidad, pero Dios es el que me provee y hay que esforzarse para poder vivir el día a día. La escuela de fútbol es un gran sacrificio entre Nerlin Membreño, Denilson Costa y gracias Dios la gente nos apoya para poder ganarnos el sustento, porque ya no es lo mismo que cuando jugábamos fútbol.
¿Tiene competencia con la cancha de Juan Carlos Pineda que está a la par?
Bastante, el negocio de canchas de fútbol rápido está saturado en Tegucigalpa, pero lo más importante es que todos hacemos sacrificio para trabajar. Hay un dicho que dice que hay que arroparse hasta donde te ajuste la cobija, entonces hay que acomodarte a la realidad porque la vida está muy cara.
¿Usted es liberal, nacional o resistencia?
¡Ja ja ja ja! bueno, nacionalista, todos saben que apoyo al alcalde Ricardo Álvarez.
¿Pero siempre fue nacionalista?
Sí.
¿Si Ricardo Álvarez aspira a la Presidencia, usted sería parte de su fórmula?
Siempre, porque ahí hay algo que me ha conmovido y es la sensibilidad que él tiene, esa muestra de empatía que nos falta a muchos de nosotros, de ponerse en lugar de otros y Ricardo ha demostrado esa simpatía.
¿Cómo quedó lo del partido de despedida?
Es un tema que está en el aire, porque está pendiente, siempre que miro al gerente del Olimpia, Osman Madrid me dice que están trabajando en eso, pero creo que todo es a su debido tiempo y lo que siempre digo es que estoy agradecido con Olimpia, con don Rafael, con Osman, con Rafa, con toda la institución y no puedo quejarme porque me abrieron las puertas en el ambito nacional y extranjero.
¿Cómo desea ese partido?
Bueno, que sea contra un equipo representativo que le agrade a la gente, para que vaya al estadio y se llene.
¿Cómo es un día normal de Wilmer?
Me levanto muy temprano a dejar a mis hijo, pues no les pago bus porque pienso que ese dinero lo puedo ocupar para otras cosas y después aprovecho para ir a correr y llego a la alcadía entre las 9:30 a 10:00 de la mañana, distribuyo bien mi tiempo.
¿Qué piensa cuando va en su carro y se hunde en un bache?
Difícil, no es fácil, seguramente que no es fácil, me ha tocado varias veces.
¿No le dan ganas de reclamarle a la alcadía por tanto bache?
No, yo pienso que esto es cuestión de poder hacerlo a conciencia, no se puede muchas veces cubrir tanta necesidad que hay ahí, esa es una realidad, pero no me cabe la menor duda que se hace el mejor esfuerzo.
