Revistas

Klaus Barbie, 'El carnicero de Lyon”

Se cumplen 30 años del arresto en Bolivia del criminal de guerra nazi. El sanguinario capitán de la Gestapo fue hallado culpable de 341 cargos y condenado a cadena perpetua en Francia, donde murió en 1991.

19.01.2013

Nadie imaginó que el hijo mayor de un profesor y una ama de casa se convertiría más tarde en la clásica imagen de las películas de Hollywood que muestran a un cruel nazi de uniforme golpeándose las botas con una fusta mientras interroga cruelmente a su detenido.

Esa escena fue vivida cientos de veces por los miembros de la resistencia francesa, que recordaban cómo este hombre gozaba de torturarlos e interrogarlos.

La imagen es la de Klaus Barbie, capitán de la Gestapo nazi, autor de incontables crímenes, protegido por la inteligencia norteamericana en Alemania.

Tuvo estrechos vínculos con Chile y con el tráfico internacional de armas, y participó de modo activo en el gobierno narco que durante 18 meses rigió en Bolivia, donde se ocultó durante años para evitar pagar su condena a la pena de muerte en Francia, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero a cada quien le llega su hora. Y la hora de Barbie, apodado por sus detractores como “El carnicero de Lyon”, llegó el 19 de enero de 1983 cuando fue arrestado por estafa en Bolivia. Y unos días después, el 25 de enero el gobierno del presidente Siles Suazo lo deportó a Francia, donde fue juzgado y condenado a cadena perpetua al ser encontrado culpable de 341 crímenes.

EL PEQUEÑO KLAUS. Pero ¿quién era este capitán nazi que la historia retrata como el cerebro de la Gestapo en Francia durante la Segunda Guerra Mundial?

Nacido el 25 de octubre de 1913 en el pueblo de Godesberg, en la zona del río Rhin,
Barbie era un menor de buen talante.

Johann Otter, quien lo conoció en la infancia, relata en el documental Hotel Terminus que en esa época quizá solo se cernían dos sombras sobre el pequeño Klaus. La primera era su hermano menor, quien padecía una leve deficiencia mental (murió en 1935), mientras la otra era su padre:

“El profesor era grandioso cuando estaba sobrio. Cuando estaba así era una excelente persona, pero cuando estaba borracho perdía el control. Tomaba la regla y golpeaba a cualquiera o a cualquier cosa. Su madre (de Klaus) era una santa al lado de él. Lo único que hacía era trabajar y rezar”.

Esta descripción sobre Klaus publicada en el espacio digital chileno Diario W5, muestra a un ser humano que vivió una niñez y adolescencia que muchos llamarían normal.

Siempre obtuvo buenas calificaciones y, proveniente de una familia católica, era un candidato natural al sacerdocio. Incluso estuvo algún tiempo internado como pupilo en un seminario, pero en 1935, dos años después del ascenso de Adolf Hitler al poder, decidió ingresar a al partido nacional socialista (NSDAP) en Trier. Fue enviado a un curso de dos años a la escuela de oficiales de Bernau, donde un joven Adolf Eichmann fue uno de sus instructores. En poco tiempo logró destacarse y fue llamado a formar parte del SD (Sicherdienst, Servicio de Seguridad) del Reich.

HACIA HITLER. Tres años después pasó a formar parte de la Schutzstaffel, la tristemente célebre SS.

En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, Barbie fue destinado a la Sección IVB4 y enviado a Ámsterdam, y más tarde, en mayo de 1942 a Francia.

Tras la claudicación de Francia, Barbie fue designado jefe de la Gestapo en Lyon, en el centro mismo de la Francia colaboracionista de Vichy. Allí fue donde se ganó su apodo “El carnicero de Lyon”. Primero trabajó desde el Hotel Terminus, pero al cabo de un año se trasladó al nuevo cuartel general de la École de Santé Militaire, en el que se instalaron cámaras de tortura.

Fue acusado de numerosos crímenes, incluyendo la captura de cuarenta y cuatro niños judíos escondidos en la villa de Izieu, y la tortura y posterior muerte de Jean Moulin, el miembro de la Resistencia francesa de más alto rango jamás atrapado por los nazis y que años más tarde fue declarado héroe nacional.

En junio de 1943 Barbie irrumpió con sus hombres en una reunión clandestina en el pueblo de Calouire-et-Cuire, cerca de Lyon, en la cual participaba Moulin y otros altos mandos de la resistencia. Detuvieron a Moulin (que usaba el seudónimo de Jacques Martel) quien fue personalmente interrogado por Barbie. Gotlieb Fuchs, el traductor de Klaus asegura en el documental My enemy’s enemy que él vio a su jefe torturar y dar muerte a Moulin. En una entrevista que concedió en 1975, Barbie mintió descaradamente: “no murió en mis manos. Lo interrogué usando agua caliente, el baño de las SS, y lo llevé a París. Muchos años después, en 1964, leí que había muerto en el camino a Fránkfurt”. No solo la muerte de Moulin fue un hecho ampliamente destacado en todo el mundo.

Solo en Francia se atribuyen a su actividad o a la de sus subordinados el envío a campos de concentración de 7,500 personas, 4,432 asesinatos, y el arresto y tortura de 14,311 combatientes de la Resistencia.

Y peor aún, el hecho ocurrido la mañana del 6 de abril de 1944, cuando efectivos de la Gestapo al mando de Barbie allanaron un orfanato mientras los niños tomaban desayuno. Los subieron a la parte trasera de un camión y los llevaron de inmediato a Auschwitz, donde todos fueron ejecutados. Según el cazanazis Serge Klarsfeld, Barbie fue el único oficial nazi que ordenó a las SS que tomaran detenidos a niños.

HUIDA DE ALEMANIA Y EXILIO. En septiembre de 1944, cuando las tropas aliadas marchaban hacia Lyon, Barbie destruyó todos los registros de la Gestapo, ordenó el asesinato de cientos de civiles franceses que conocían sus brutales métodos de interrogación y escapó a Alemania.

Al terminar la guerra, el cuerpo de Contraespionaje (CIC) estadounidense contrató a Barbie. El CIC le proporcionó una identidad falsa y organizó su traslado a Bolivia. Otras personas con un mayor sentido de la justicia, dedicaron los 36 años siguientes a buscar a Barbie.

El excapitán nazi, su mujer y sus dos hijos llegaron a Bolivia a fines de 1955. Allí, Barbie adoptó el apellido de Altman (el del rabino de su pueblo natal) y comenzó a dirigir una serrería en La Paz, negocio al que se dedicó antes de comenzar a comerciar con quinina y establecer relaciones con exnazis refugiados en países vecinos y con los militares locales.

Durante la dictadura del general Barrientos, que llegó al poder en 1964 tras un golpe de Estado, Barbie fue nombrado gerente general de la Compañía Transmarítima Boliviana, que actuaba como tapadera de tráfico de armas al servicio de la dictadura. Se le atribuye también la asesoría directa al operativo que culminó en la muerte de Ernesto Che Guevara en 1967.

Tras la muerte de Barrientos en un accidente de helicóptero en 1969, Barbie dejó Bolivia y se estableció en Perú. Sin embargo, allí su identidad fue develada por la prensa, lo que propició que los cazanazis Serge y Beate Klarsfeld diesen con su paradero.

Tuvo que volver a Bolivia amparado por las sucesivas dictaduras de Hugo Banzer (1971-1978) y Luis García Meza Tejada (1980-1981), en cuyos golpes de Estado tomó parte. Durante este último gobierno, Klaus fue responsable de la organización de violentos grupos paramilitares al servicio del régimen.

Pero la privilegiada situación de Barbie cambió en 1982, con la llegada de un gobierno democrático de centro-izquierda al país. El 25 de enero de 1983 el gobierno del presidente Siles Suazo lo deportó a Francia. Poco antes, su esposa, Regina, había muerto de cáncer en La Paz en 1982.
En 1987 Barbie fue acusado de la deportación o ejecución de 842 hombres, mujeres y niños, un pequeño porcentaje del total de sus víctimas.

Fue hallado culpable de 341 cargos y condenado a cadena perpetua.
Klaus Barbie murió de leucemia en el hospital de la prisión de Lyon en 1991.