Estados Unidos
Un hombre estadounidense llamado Tom Beark sospechaba que su mujer le era infiel, colocó una cámara oculta en su casa y se llevó una gran sorpresa.
Durante vario tiempo Beark presentía que su esposa tenía un amorío y quería confirmar lo que su instinto le dictaba.
Por tal razón colocó una cámara oculta y al salir de la propiedad, apenas segundos después de cruzar la puerta, la infame mujer se entrega a los brazos de su amante.
Lo curioso del caso es que la esposa no lo engañaba con otro hombre, sino con la joven que hacía la limpieza en su casa.