Matthew Attonley, el travesti británico conocido como Miss Malibú decidió cambiarse de sexo, de nombre, operarse y convertirse en una rubia imponente con minifaldas y tacones durante siete años.
Pero esa opción ya no le llena. Según cuenta Chelsea, en el diario The Mirror, es muy duro vestirse, maquillarse y actuar como una mujer. Además, añadió, que nunca se ha sentido valorada como tal y que por muchas operaciones que se hiciese nunca llegaría a ser una mujer plena.
Ahora, para recuperar su virilidad, exige al sistema de salud británico que le pague las operaciones necesarias para recuperar su identidad y volver a ser Matthew ya que ella vive de prestaciones sociales del estado porque su depresión y ansiedad no le permiten trabajar.
Chelsea, que actualmente vive en Londres y ya se está sometiendo a un tratamiento de testosterona como primer paso para volver a ser Matthew, espera poder disfrutar de manera gratuita de esa cirugía de reasignación de sexo valorada en 18,000 euros.
Su petición ha sido muy criticada por la asociación británica de contribuyentes que entiende que no es un caso de salud que el sistema público deba cubrir.
Unas declaraciones que a Chelsea no le importan: 'Necesito estos cambios para poder ser feliz y continuar con mi vida. Necesito estas operaciones por salud mental'.
