Hace unos días sorprendía el caso de una mujer adicta a la gasolina.
Ahora le toca el turno de llamar
la atención a otra adicta, pero esta vez de esmalte. Si, aunque usted no lo crea.
Ese es el caso de Bertha, una mujer residente en Florence, Alabama, Estados Unidos, y que gasta semanalmente unos 75 dólares en mantener 'surtida' su alacena de esmaltes.
Su historia trascendió en el programa 'My strange addiction', así como la de la adicta al combustible.
Todo comenzó hace cinco años, cuando Bertha decidió probar un esmalte de uñas ante lo agradable del aroma. La curiosidad dio paso a una adicción que la lleva a consumir hasta cinco frascos diarios.
“Tengo diversas formas de tomarlo, directamente del frasco o pintándome la lengua con el pincel. El color hace que cada esmalte sepa diferente, mi color favorito es el azul”, explica.
Aunque los de escarcha también están entre sus preferidos. 'Cuando lo tomo estoy brillando en el estómago y por fuera”.
La mujer tiene hasta 15 frascos de esmalte de uñas a la mano. “Si no tengo esmalte me vuelvo loca. Lo intenté por un día y no pude”.
