Acontecer Empresarial

Talento femenino integra las cuadrillas de EEH

Satisfecha de su trabajo en EEH termina la jornada, ansiosa por compartir con su familia, regresa en bus y emprende otra vez la caminata hacia su hogar

26.01.2018

Tegucigalpa, Honduras
No tiene la fuerza de un hombre, pero su inteligencia, precisión y destreza la posiciona como Inspectora de Medidas en la parte operativa en la Ciudad de La Ceiba, de Empresa Energía Honduras (EEH).

Graduada como Técnica Electricista, Gleny Faviana Ramos Antúnez (28) desde las cuatro de la mañana, inicia el día llena de entusiasmo y una completa vocación de servicio.

Camina casi cuatro kilómetros hasta abordar el bus que la pondrá antes de las 7 en la oficina, donde guarda la seducción femenina de sus tacones y su vestidura de menuda figura, para rodearse de hombres, calzada de rudos burros, suda la camisa amarilla que ciñe su cuerpo con el pesado arnés, y como uno más de la cuadrilla, tenaza en mano, sale a instalar acometidas en ocasiones utiliza la pértiga ( instrumento diseñado para proporcionar protección contra descargas eléctricas, aislamiento térmico para evitar quemaduras o lesiones) y escala postes dependiendo de la asignación, tareas que alterna con la elaboración de planos unifilares, digitalización de datos.

Su carpeta laboral, suma experiencia en medición, calibración, verificación de lecturas de medidores; pero su pasión esta en el trabajo al aire libre, con la cuadrilla en la calle.

Gleny, recuerda que con la complicidad de su tía Argentina, cambió su matrícula secundaria de mercadotecnia por la de electricista, sorprendiendo a su padre el día de su graduación.

En sus ratos libres disfruta en familia, recordando con sus primos los juegos de mables, trompo y las potras vividas en su infancia.

Al margen de luchas feministas, Gleny, esquiva la juerga varonil, es buena compañera, lucha por lo que quiere.

Soltera, sueña con ser ingeniera electricista, le gustaría contraer segundas nupcias, comprar su casa y continuar proveyendo a sus abuelos y a su amada hija Scarlett.

Satisfecha de su trabajo en EEH termina la jornada, ansiosa por compartir con su familia, regresa en bus y emprende otra vez la caminata hacia su hogar, en su tierra de alegría inspirada en la exuberante reserva ecológica de Cuero y Salado en el caribe hondureño.