Opinión

Gran Parque Central Toncontín

En marzo de 2010, escribí un artículo titulado “Gran Parque Central Toncontín”, que tuvo como propósito plantear la propuesta de que, una vez se decidiera la construcción de la terminal del aeropuerto de Palmerola en Comayagua, el área del aeropuerto de Toncontín y sus alrededores en Tegucigalpa sea utilizada para la creación de un gran parque central para la capital, emulando lo que los costarricenses hicieron en el área de La Sabana, en donde antes funcionó su aeropuerto internacional.

En aquel momento dijimos que sería una lástima que una vez se tomara la decisión de construir la nueva terminal en Comayagua, como ya se hizo, el área que ocupa el aeropuerto de Toncontín fuese utilizada para llenar la ciudad de más edificaciones, grandes “moles” o junglas de concreto que rinden tributo al materialismo consumista.

Tegucigalpa es una ciudad cuya topografía no permite dedicar amplios espacios para áreas verdes y los pequeños espacios que los urbanizadores o la municipalidad dejaron en algún momento para este propósito, han sido ocupados o vendidos por personas sin escrúpulos, que se han enriquecido a costa de que la niñez capitalina y la ciudadanía en general carezcan de espacios libres, verdes y con aire puro para poder dedicar tiempo al deporte y al esparcimiento.

Si echamos un vistazo al mapa de Google sobre Tegucigalpa, nos daremos cuenta de que Toncontín es uno de los últimos grandes espacios abiertos, sin construcción, en la ciudad. El cerro Juana Laínez, que es pulmón de la ciudad también, no presenta las características necesarias para la construcción de un parque central, pero debe siempre quedar como un área verde principal de la ciudad y desarrollar el antiguo proyecto del teleférico que comunique este histórico parque con El Picacho.

Toncontín y la base aérea Hernán Acosta Mejia, esta última que ya ha comenzado su proceso de transformación en un parque por iniciativa de la Fuerza Aérea y que ya no operaría como tal si el aeropuerto se cierra, cuentan con un gran espacio de bosque frondoso y edificios históricos que serían propicios para el funcionamiento de un gran teatro para conciertos, museos de arte, de ciencias, de historia, del aire, este último ya funciona ahí, y con áreas verdes para la construcción de canchas y hasta de un nuevo estadio para la ciudad, como lo hicieron los ticos con la cooperación del gobierno chino.

La Ley de Asociación Público Privada contiene la normativa necesaria para el desarrollo de este gran proyecto. Se hace necesario desarrollar un estudio legal de la propiedad de las tierras, que seguramente son del Estado, que deberá aportarlas y bajo la dirección de ingenieros y arquitectos, hacer un diseño propicio, reforestando el área, creando lagos y lagunas, senderos, y siguiendo la idea de un líder empresarial, un zoológico, todo condicionado a que el área de Toncontín se destine al beneficio de la población del Municipio del Distrito Central.

Si los candidatos a la Presidencia de la República y sus candidatos a alcaldes realmente quieren dejar huella en la ciudad, sin andar haciendo distingos de clases y fomentando la polarización social, el proyecto “Gran parque central Toncontín” podría ser el principal proyecto social del siglo XXI; no importa quien lo haga, su construcción cambiará la cara de la ciudad y permitirá a los capitalinos tener un área destinada al esparcimiento sano y libre de nuestros hijos, tal como ocurre en los países desarrollados y de primer mundo, haciéndolos santuarios del deporte, del arte, de la flora y la fauna y como eje central, del ser humano.