Editorial

Semana Santa atípica

La pandemia del coronavirus Covid-19 ha trastocado todas las formas de vivir del ser humano. Las normas de contención del virus -que ya ha contagiado a más de un millón de personas alrededor del mundo y matado a más de 62,500- ha orillado a la humanidad a cambiar sus tradicional forma de vivir y de celebrar festividades como la Semana Santa, la más importante del calendario litúrgico cristiano. El papa Francisco ha realizado la tradicional misa de Domingo de Ramos en la iglesia (vacía) de San Pedro en Roma, acompañado de un reducido número de sacerdotes, monjas y miembros de un coro, quienes guardaban entre sí las distancias recomendadas para evitar el contagio. La gran Plaza de San Pedro también estuvo sin fieles, como lo ha estado en las últimas semanas. Pero no solo ha sucedido en Italia, uno de los países más golpeados por la pandemia con más de 15,000 muertos. Las imágenes de iglesias vacías se han replicado alrededor del mundo. Pero la pandemia no ha terminado con la fe de los católicos, quienes han hecho uso de la creatividad para recordar los últimos días de Jesús desde los balcones de sus casas, a través del internet y las redes sociales, y colgando los ramos en las puertas de sus hogares y gritar desde sus corazones: ¡Hossanna al hijo de David, bendito al que viene en nombre del Señor! Tampoco ha minado la fe de fieles como la hondureña María Elena Bustillo, quien salió a hacer sola el tradicional recorrido del Domingo de Ramos en Tegucigalpa para pedir al Señor que tenga misericordia por todo el mundo entero que está siendo azotado por la peste del coronavirus, orar por las víctimas de esta enfermedad que están muriendo solos y sin el auxilio de familiares o un sacerdote, y haga conciencia en las autoridades para que ayuden a los más necesitados. Esta semana, la pandemia también ha obligado a millones de personas que solían disfrutar de sus vacaciones de verano a quedarse en casa, lo que golpea fuertemente a la industria del turismo, que tenía en esta semana su más alto pico de actividad a lo largo del año. Esta será una semana atípica, una semana que llama a la reflexión y la convivencia en familia; a ser mejores seres humanos cada día, más solidarios