Editorial

A prevenir el cáncer de mama

El 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos con el fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de quienes se vean afectadas con esta enfermedad. Es una fecha que toma relevancia ya que con el paso de los años este cáncer se ha convertido en el más frecuente en las mujeres de los países desarrollados y de aquellos en desarrollo. Y Honduras no es la excepción. Los registros de organizaciones privadas (porque el Estado hondureño no las tiene) son de más de 600 nuevos casos cada año y de al menos 350 muertes en el mismo período. Es una enfermedad de alto impacto emocional para quienes son diagnosticadas positivas, y muchas veces se ven abandonadas por sus esposos, que se niegan a aceptar una realidad tan dura y que vulnera los presupuestos familiares por los altos costos de su tratamiento. Es por eso que en el mes de octubre se extiende por el mundo el uso de una pequeña cinta rosada en la solapa de la camisa. Un acto que pareciera insignificante, pero de un alto significado, ya que con ella se busca llamar la atención sobre el cáncer mamario. El cáncer que afecta los pechos con que las madres amamantaron a sus hijos cuando pequeños; los pechos de una esposa que son fuente de amor para una pareja y con los que amamanta a los hijos del matrimonio; y a los pechos de las hijas, muchas de las que piensan que por ser jóvenes no serán víctimas de una enfermedad que mata a diario a miles de mujeres, principalmente jóvenes. Una cinta rosada que abre la oportunidad para hablar del tema con las madres, las hijas, las hermanas, las amigas, y exhortarlas a hacerse autoexámenes regulares y al menos una mamografía al año, que son los métodos más eficaces para su detección temprana, lo que podría representar la línea que separa la vida de la muerte porque facilita el tratamiento oportuno y asegura la sobrevivencia en más del 80% de los casos que se tratan a tiempo, y si bien combatir la enfermedad es responsabilidad de la mujer, también lo es del Estado, que debe redefinir las estrategias de prevención, concienciación y asistencia de la enfermedad, y no solo dejarla en manos de las instituciones privadas que en los últimos años han abanderado la lucha contra el cáncer de mama.