Editorial

¿Y la hoja de ruta para salvar a la ENEE?

Desde hace ya mucho tiempo la sociedad hondureña y los mismos organismos internacionales exigen la implementación de una hoja de ruta para recuperar las deterioradas finanzas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), pero muy poco se sabe de lo que se ha avanzado hasta ahora en este proceso, y más bien en este año las cifras que se reportan son escalofriantes. Para el caso, en su edición de ayer EL HERALDO informaba que, al 30 de junio de 2018, el déficit de la empresa eléctrica se situaba en 3,873.5 millones de dólares, es decir 2,178.8 millones de lempiras por encima de la meta proyectada para el actual período. En el mismo informe se citan las causas del descalabro financiero de la empresa, resaltando entre ellas el que no se han reducido las pérdidas técnicas y no técnicas debido a problemas de inversión y desfase en la ejecución de las inversiones para lograr las metas, y los altos costos de la energía solar, que ya representa casi el 20% del total del parque energético nacional. Pero no todo para allí. El saldo de la deuda -a la misma fecha- era superior a los 826 millones de lempiras y se establecía que la tarifa vigente no cubre el costo de los suministros y representa una pérdida para la ENEE.

En conclusión, nada nuevo. Esas causas se conocen desde hace varios años y se siguen arrastrando en detrimento de las finanzas de la empresa, a pesar de los reclamos generalizados de que urge una limpieza de las mismas. Y si todos estamos conscientes de ello, ¿por qué no se aligera la aplicación de esa hoja de ruta?, ¿qué atrasa la aplicación de la misma?, ¿hay sectores interesados en mantener el descalabro de la ENEE?

Tanto el gobierno como los empresarios del sector están obligados a retomar el camino para la redefinición de las políticas administrativas que lleven a sacar la empresa del atolladero en que se encuentra. No hay excusa válida. No deben olvidar que la ENEE es una empresa estratégica para el desarrollo de Honduras y que están obligados a manejarla con honradez y transparencia, dejando de lado de una vez por todas los intereses políticos. Es oportuno que las autoridades de la Secretaría de Energía (Sen) informen de las acciones que emprenderán para evitar el deterioro de las alicaídas de las finanzas de la ENEE.