Editorial

Un alto a falsas agencias de empleo

La Unidad Investigativa de EL HERALDO dejó esta semana al descubierto el inescrupuloso mundo de las agencias de colocaciones, que se aprovechan de las necesidades de empleo de los hondureños, en su mayoría jóvenes, para estafarlos. El robo es descarado.

Los dueños de estas empresas son personas sin escrúpulos, que no tienen ningún remordimiento de quitarles el dinero a los que no tienen trabajo.

Los cobros van desde los 200, 300 y 600 lempiras por integrarlos a una base de datos y ponerlo en contacto con las empresas que les abrirían las puertas al mercado laboral, pero hay quienes llegan a cobrar hasta 4,000 dólares por empleos en países como Canadá y Estados Unidos, que nunca llegan.

Las autoridades de la Secretaría del Trabajo dicen no contar con cifras sobre el número de personas que habrían sido ya estafadas por estos inescrupulosos, aunque reconocen que son más de 65 las empresas que están operando en ese mercado y que de ellas solamente cinco lo hacen en el marco de las leyes vigentes, y una está certificada.

También dicen no contar con cifras del total de personas que estarían siendo víctimas de estos estafadores. Exponen que son muy pocas las denuncias que por esta causa se presentan a la Secretaría y al Ministerio Público.

Es así que queda claro que si bien el Estado cuenta con una ley y un reglamento que regula las actividades de este tipo de negocios, muy poco se hace desde los estamentos respectivos para vigilar que operen en ese marco legal, y que el gobierno impulse programas de inversión que generen los empleos que el país necesita para su población económicamente activa.

La actual administración del Estado ha ofrecido crear en este período 600,000 nuevos empleos, ojalá que lo consigan porque solo abriendo las puertas a trabajos dignos se derrotará la pobreza y, lo más importante, se combatirá al ejército de inescrupulosos que pululan en oficinas oscuras de edificios lúgubres en el centro de las principales ciudades del país, engañando a quienes aspiran a tener una plaza digna en el mercado laboral. Hay que parar a los estafadores de los más necesitados.